El Presidente Barack Obama regresó a Las Vegas el viernes 21 de noviembre, dos años después de haber prometido trabajar en una reforma migratoria. El presidente hizo un llamado al Congreso y dijo que “no se rendirá” y que el Congreso necesita aprobar un proyecto de ley aún después de que tomó la acción ejecutiva para proteger a 5 millones de indocumentados de la deportación.
“El tiempo se ha desperdiciado”, dijo Obama, añadiendo además que las familias inmigrantes han sido separadas mientras se espera por la acción de los legisladores con respecto al tema de inmigración. “Las Vegas, he venido de nuevo a Del Sol a decirles que no me daré por vencido. Nunca lo haré”.
Los aplausos de los asistentes no se hicieron esperar en el gimnasio de la preparatoria Del Sol, en donde Obama ofreció su discurso. El presidente fue interrumpido por un manifestante, que gritó que su familia no tendría derecho a la protección bajo las órdenes ejecutivas de Obama. El presidente recalcó que es precisamente por eso que el Congreso debe actuar, ya que él no tiene el poder de cambiar las leyes de inmigración en sí. “Así es, no todo el mundo va a poder beneficiarse de esta disposición. Esa es la verdad”, dijo Obama. “…te entiendo, y lo que estoy diciendo es que aún necesitamos aprobar una ley…Esto es solo el primer paso”. Cuando el hombre continuó gritando, Obama le pidió tranquilizarse diciéndole: “Yo he sido respetuoso con usted. Ahora yo quiero que seas respetuoso hacia mí, ¿de acuerdo?”
El hombre salió del gimnasio por su propia cuenta, pero los guardias de seguridad lo escoltaron hasta que salió del edificio.
La persona que interrumpió fue José Patiño, de 25 años, de Phoenix. Él vino a Las Vegas con el grupo de Arizona Dream Act Coalition. Se describió a sí mismo y a sus hermanos como soñadores (Dreamers). Sus padres no calificarán para la protección bajo la orden de Obama, dijo.