El tráfico humano es una forma de esclavitud moderna que afecta a nuestras poblaciones más vulnerables y es un problema serio que merece toda nuestra atención. Las cifras son alarmantes. Según estadísticas del proyecto Polaris, actualmente existen alrededor de 27 millones de personas en el mundo que son víctimas, de los cuales un millón son niños(as) que están siendo explotados sexualmente.
Desafortunadamente, este crimen tan horrífico afecta a nuestro estado. Desde el año 1994 hasta el año 2013, el Departamento de la Policía Metropolitana de Las Vegas ha identificado 2,377 menores de edad víctimas del tráfico sexual. Tan solo en el 2013, rescataron a 148 menores que fueron victimizados por traficantes de personas. Una de las víctimas era una niña de tan solo 13 años de edad, y el 91% de los identificados, adolescentes de entre 15 y 18 años.
Viendo que Nevada estaba sufriendo las dolorosas consecuencias, de este crimen, en el 2013 entró en vigor la ley AB 67 que establece como delito el tráfico sexual tanto de niños(as) como de adultos, lo que hace que las víctimas sean elegibles para ayuda del estado, permitiendo que demanden a los traficantes. La procuradora general de Nevada, Catherine Cortéz Masto, quien se ha comprometido con esta causa profundamente, introdujo y trabajó en conjunto con líderes y organizaciones comunitarias, logrando que la ley tomará efecto en julio del año pasado. En una gala organizada por United Citizens Foundation, que se celebró en el mes de febrero, para recaudar fondos y crear conciencia sobre el tráfico sexual de menores, la procuradora general fue la oradora principal y resaltó la necesidad de trabajar como comunidad y apoyar a las víctimas.
“Para los que piensan que las víctimas de tráfico sexual son usualmente personas de otros países, deben saber que de las personas que el Departamento de la Policía Metropolitana de Las Vegas logró identificar en los últimos dos años, el 62% eran de nuestro estado, nuestros propios niños fueron traficados sexualmente,” destacó Cortéz Masto.
Hacer la diferencia y evitar que nuestros hijos sean las próximas víctimas es una de las metas de la unidad especial Vice Section Unit del Departamento de la Policía Metropolitana de Las Vegas. La teniente Karen Hughes, en entrevista con El Tiempo, comentó que desafortunadamente este es un negocio de magnitudes billonarias, en donde es de suma importancia colaborar a nivel federal y estatal para poder combatirlo. “El mensaje de esta nueva ley es hacerle ver a nuestra comunidad que nuestros niños importan, y de la misma forma hacerles entender a los traficantes que se tienen que atener a las consecuencias de traficar con menores y que nosotros estaremos persiguiéndolos y que el peso de la ley caerá sobre ellos” reiteró Hughes. “Nuestra juventud necesita educación, de esa forma nuestros hijos necesitan saber que las mujeres no deben ser explotadas, nuestros hijos necesitan aprender y absorber que el respeto hacia las mujeres es lo más importante,” subrayó la teniente Hughes.
La tarea de proteger a nuestros niños(as) y nuestros jóvenes está dentro de la familia. Muchos de los traficantes y explotadores de menores están al acecho de menores vulnerables como niños(as) que están bajo cuidado temporal o foster care, menores que se escapan de sus casas, que tienen problemas o que simplemente se sienten solos. Pamela Samuels Young, abogada especialista en leyes de discriminación y acoso y autora de libros y artículos sobre este problema en particular. En una entrevista telefónica con El Tiempo, comentó lo difícil que es crear conciencia sobre esta situación y sabe de antemano que es un delito que está creciendo a pasos agigantados. “Los explotadores o depredadores no solo están afuera esperando atrapar a su siguiente víctima, sino que también están dentro de la misma casa, por medio del acceso al internet y las diferentes redes sociales. Es muy importante que los padres pongan atención en todo lo que sus hijos se involucran, especialmente cuando se trata de interactuar con personas desconocidas en internet. Los padres necesitan entender que esto le puede pasar a cualquier persona, a sus hijas e hijos, tienen que saber qué es lo que sus hijos hacen mientras están en el internet,” aseveró Young.
Una de las organizaciones sin fines de lucro que se dedican a ayudar a víctimas de tráfico sexual es “The Embracing Project”, su Fundadora Esther Rodríguez Brown, contó como ha sido su experiencia al trabajar con jóvenes que han sufrido el dolor de ser explotadas sexualmente. El primer caso de tráfico sexual con el que Esther tuvo contacto fue una jovencita de solo 13 años de edad, ella había sido explotada a través de una pandilla. “Hoy en día el aumento de explotación sexual a través de las pandillas está creciendo increíblemente rápido porque es menos riesgoso vender a un ser humano que vender armas o drogas,” dijo Rodríguez Brown.
A pesar de que las leyes están cambiando y las penalidades son más severas, el problema sigue creciendo. Rodríguez Brown comentó que las leyes no son las mismas para la persona que consume o pide los servicios sexuales de menores. “Las leyes deben acatar ambos lados, no solo al traficante pero también al consumidor, las leyes deberían ser igual de fuertes para los clientes.” Aseguró. “Mientras exista la demanda por jóvenes, desafortunadamente existirán explotadores,” concluyó Esther Rodríguez Brown, Fundadora de The Embracing Project.
Muchas de las jóvenes caen en un ciclo en donde regresan a sus abusadores. El miedo, la co- dependencia y el no tener a donde ir después de ser rescatadas las pone en riesgo de volver con estos traficantes. Desafortunadamente, un gran porcentaje de las mujeres que son explotadas sexualmente, hacen parte de grupos minoritarios, tales como hispanas y afroamericanas. En el 2013, se desmanteló una red de explotación sexual de inmigrantes, la cual obligaba a mujeres provenientes de México y Centroamérica a prostituirse y ser tratadas virtualmente como esclavas. La banda constituía de 12 personas, ocho hombres y cuatro mujeres. Los fiscales dijeron que el grupo ilegal habían actuado desde el 2008 como una red de proxenetas que atrajo a decenas de mujeres a Estados Unidos provenientes de México y Centroamérica y las obligó a trabajar como prostitutas en hogares, cuartos de hotel y parques de casas rodantes. A los clientes se les cobraba la suma de 30 dólares por cada relación sexual, de acuerdo con las autoridades. Las mujeres eran trasladadas de una ciudad a un estado a otro aproximadamente una vez a la semana. Casos y bandas como estas son desmanteladas, todos los días en la nación. Según cuenta Rodríguez Brown, la falta de recursos y programas hace difícil el poder ayudar a las víctimas a no volver al mismo peligro. Es por eso que es muy importante apoyar a las organizaciones y proyectos que apoyan y abogan por las víctimas. Necesitamos involucrarnos más como comunidad y entender que esto es un problema que está más cerca de lo que pensamos. The Embracing Project apoya a estas jóvenes de varias maneras. La Fundación no solo se enfoca en la restauración de las vidas de estas jóvenes, sino que también proporcionan tutoría, ropa y artículos de higiene, y referencias para programas de tratamiento. Si desea ayudar puede contactar a Esther Rodríguez Brown por medio de un correo electrónico embracingproject@yahoo.com, o visitar el sitio de internet www.theembracingproject.org