PHOENIX — Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, se ha detenido a un número cada vez mayor de ciudadanos estadounidenses que intentaban introducir drogas ilegales en Estados Unidos, un aumento que se ha producido en medio de las restricciones de viaje en la frontera con México.
Durante más de un año, el cierre de la frontera sur al tránsito no esencial ha limitado drásticamente el número de ciudadanos extranjeros que entran en Estados Unidos por tierra. Las normas se han prorrogado al menos hasta el 21 de junio, pero las autoridades mexicanas han permitido a la mayoría de los ciudadanos estadounidenses cruzar la frontera a pie o en coche con relativa facilidad.
Las autoridades policiales y los expertos en narcotráfico afirman que las normas fronterizas (puestas en marcha en abril de 2020 para frenar la propagación del coronavirus) y su aplicación desigual están provocando el aumento de ciudadanos estadounidenses implicados en redadas de drogas en la frontera. Sin embargo, los traficantes mexicanos llevan mucho tiempo reclutando estadounidenses para el trabajo.
Los ciudadanos estadounidenses fueron detenidos casi siete veces más a menudo que los ciudadanos mexicanos entre octubre de 2020 y el 31 de marzo por tratar de contrabandear drogas en vehículos, según muestran los datos de U.S. Customs and Border Protection (CBP). En los años fiscales 2018 y 2019, los estadounidenses fueron capturados aproximadamente dos veces más a menudo que los mexicanos.
“A medida que los viajes transfronterizos cambiaron a viajes esenciales solamente, las organizaciones criminales también cambiaron sus operaciones”, indicó la agencia en un comunicado reciente. Señaló que incautaron cada vez más drogas traficadas por ciudadanos estadounidenses y por camiones comerciales durante la pandemia. Ambos grupos están exentos de las restricciones en las fronteras terrestres de Estados Unidos.
Pese a las primeras interrupciones de la pandemia en el comercio mundial de drogas, desde entonces las sustancias ilegales han entrado a raudales en Estados Unidos, el mayor consumidor del mundo. Customs and Border Protection afirma que las incautaciones de narcóticos a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México aumentaron ligeramente en el año fiscal 2021, mientras que el U.S. Department of Homeland Security reveló que la capacidad de los traficantes mexicanos para introducir drogas en el país se ha mantenido “prácticamente intacta”.
“Empresa de gestión de riesgos”
La mayor parte de las drogas ilegales en Estados Unidos, especialmente los estupefacientes, entran por la frontera sur. Los estadounidenses son fundamentales para estas operaciones, alegan expertos en tráfico.
“La percepción es que los ciudadanos estadounidenses son objeto de un menor escrutinio por parte de la Border Patrol y CBP”, dijo Michael Corbett, quien trabajó en la Drug Enforcement Administration durante 30 años y ahora es un testigo experto en narcóticos. “El contrabando de drogas es una empresa de gestión de riesgos. Buscan cualquier método que puedan encontrar para mover las drogas de la manera más segura y eficiente a través de la frontera”.
Víctor Manjarrez, ex jefe de sector de la Border Patrol en El Paso y Tucson, comentó que “el uso de ciudadanos estadounidenses como que fluye y refluye”.
“Las organizaciones de narcotraficantes… son mucho más hábiles para cambiar que el gobierno”, dijo Manjarrez, ahora profesor de seguridad fronteriza y nacional en la Universidad de Texas, El Paso.
Las cifras de Customs and Border Protection muestran que la agencia incautó casi 92 mil libras (41,730 kilogramos) de drogas en vehículos en los puertos de entrada del sur entre octubre de 2020 y mayo.
Los ciudadanos estadounidenses habían sido detenidos unas 2,400 veces hasta finales de marzo por contrabando de drogas durante las inspecciones de los vehículos que cruzan esos puestos de control. En comparación, solo 361 aprehensiones de este tipo durante el mismo periodo involucraron a ciudadanos mexicanos, que generalmente son los segundos (por detrás de los estadounidenses) en cuanto a detenciones por tráfico de drogas en los puertos de entrada.
Aumentan las detenciones
También han aumentado las detenciones de ciudadanos estadounidenses que introducen drogas en su cuerpo. En los primeros cuatro meses del año fiscal 2021, 505 estadounidenses fueron detenidos con drogas ocultas en sus cuerpos en los puestos de control del sur, en comparación con solo 35 personas de todos los demás países durante el mismo periodo.
Aunque las sustancias ilegales traídas por ese tipo de mensajero representan solo una fracción del total de drogas que cruzan a Estados Unidos, esas aprehensiones en el año fiscal 2018 estuvieron más equilibradas entre ciudadanos estadounidenses y no ciudadanos, con 467 frente a 386, respectivamente, muestran los datos de Customs and Border Protection.
Las cifras de aprehensión de ciudadanos estadounidenses y mexicanos atrapados conduciendo drogas a través de la frontera en los últimos años tampoco fueron tan distantes como este año: 1,693 frente a 793 en 2018 y 2,694 frente a 1,218 en 2019, respectivamente.
En muchos casos, los distribuidores de drogas en Estados Unidos son reclutados para asignaciones puntuales para conducir un cargamento a través de la frontera a cambio de un pago único basado en la cantidad de producto que transportan, afirman expertos.
Yatziri Barboza era una de ellas. En marzo, esta joven de 24 años de Houston fue detenida después de que una radiografía y una inspección posterior en un puerto de entrada de Laredo, Texas descubrieran casi 127 libras (58 kilogramos) de metanfetamina líquida oculta en el depósito de gasolina de la camioneta que conducía, según los documentos judiciales.
Barboza le dijo a los agentes de la ley que iba a llevar el cargamento a un lugar no revelado de Houston a cambio de 10 mil dólares, según una denuncia penal.
Mryna Montemayor, una defensora pública que representa a Barboza, no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios.
Oportunidades de contrabando
Asimismo, Mike Mendoza, de 23 años, también de Houston, fue detenido en febrero después de que los agentes fronterizos lo detuvieran en el puente internacional Juárez-Lincoln, en Laredo, mientras conducía una camioneta con 132 libras de metanfetamina escondidas en sus llantas, según una denuncia penal. Las autoridades estiman que el valor de la droga en la calle es de 360 mil dólares.
Abundio René Cantú, un abogado que representa a Mendoza, comentó que cree que a su cliente se le ofreció una recompensa “de miles” de dólares. Negó saber qué organización criminal mexicana reclutó a Mendoza, que previamente trabajaba en construcción.
“Esto no era algo en lo que estuviera involucrado regularmente”, dijo Cantú sobre Mendoza, quien se declaró culpable de un cargo de contrabando de drogas en marzo. “Pero en general… la gente a veces puede encontrarse en un aprieto. Y entonces se encuentran con alguien que conoce a alguien de una organización mexicana, y le ofrecen el dinero para que se involucre en este tipo de actividad”.
Cantú estima que el número de casos que ha manejado de ciudadanos estadounidenses que enfrentan cargos de contrabando de drogas se duplicó desde 2019. Lo atribuye en gran medida al cierre parcial de la frontera.
“Simplemente ha abierto esa oportunidad de conseguir nuevos reclutas”, dijo. “Los ciudadanos estadounidenses … personas que están batallando financieramente”.