MOSCÚ — La estrella del básquetbol estadounidense Brittney Griner fue a juicio el viernes, 4½ meses después de su arresto por cargos de posesión de aceite de cannabis cuando volvía a jugar para un equipo ruso, en un caso que se ha llevado a cabo en medio de tensas relaciones entre Moscú y Washington.
La sesión inicial del juicio, que se aplazó hasta el 7 de julio, ofreció la mayor interacción pública entre Griner y los reporteros desde que la pívot del Phoenix Mercury y dos veces medallista de oro olímpica de Estados Unidos fue arrestada en febrero en el aeropuerto moscovita de Sheremetyevo.
Griner, de 31 años, fue escoltada a la sala del tribunal en el suburbio capitalino de Khimki mientras estaba esposada y llevaba una camiseta de Jimi Hendrix. El lunes, en una audiencia preliminar a puerta cerrada, se prorrogó su detención por otros seis meses, hasta el 20 de diciembre.
La policía dijo que llevaba cartuchos de vapor con aceite de cannabis cuando fue detenida en el aeropuerto. Podría enfrentarse a 10 años de prisión si es declarada culpable de transporte de drogas a gran escala.
Menos del uno por ciento de los acusados en casos penales rusos son absueltos, y a diferencia de los tribunales de Estados Unidos, las absoluciones pueden ser anuladas.
La agencia de noticias estatal Tass citó a Griner diciendo en el tribunal que entendía los cargos pero que no haría más comentarios sobre ellos hasta más tarde.
La fiscalía interrogó a dos testigos: un funcionario de aduanas del aeropuerto, que habló en audiencia pública, y un testigo no identificado en una sesión a puerta cerrada, según la agencia estatal de noticias RIA-Novosti. El juicio se aplazó después, dijo, cuando otros dos testigos no se presentaron.
Alexander Boykov, abogado de Griner, le dijo a los reporteros en la salida del tribunal que “no querría hablar de los detalles del caso y de los cargos ni comentar nuestra posición al respecto porque es demasiado pronto para ello”.
Boykov también dijo a RIA-Novosti que ha estado haciendo ejercicio y dando paseos en la zona de detención. El sitio web ruso Business FM afirmó que Griner, que sonrió en ocasiones a los reporteros, dijo que le gustaría poder hacer más ejercicio y que estaba teniendo dificultades porque no entiende ruso.
Su caso llega en un momento extraordinariamente bajo en las relaciones entre Moscú y Washington. Griner fue arrestada menos de una semana antes de que Rusia enviara tropas a Ucrania, lo que agravó las ya elevadas tensiones entre ambos países. Estados Unidos impuso entonces amplias sanciones a Moscú, y Rusia denunció a Estados Unidos por enviar armas a Ucrania.
Elizabeth Rood, encargada de negocios de Estados Unidos en Moscú, estuvo en el tribunal y dijo que habló con Griner, que “está tan bien como se puede esperar en estas difíciles circunstancias”.
“La Federación Rusa ha detenido injustamente a Brittney Griner”, dijo Rood. “La práctica de una detención errónea es inaceptable dondequiera que ocurra y es una amenaza para la seguridad de todos los que viajan, trabajan y viven en el extranjero”.
Dijo que el gobierno de Estados Unidos, desde sus más altos niveles, “está trabajando arduamente para traer a casa a Brittney y a todos los ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente de forma segura”.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, negó el viernes que la política haya jugado un papel en la detención y el procesamiento de Griner.
“Los hechos son que la famosa atleta fue detenida por posesión de sustancias prohibidas que contenían narcóticos”, le dijo Peskov a los periodistas. “De acuerdo a lo que menciono, no puede tener una motivación política”, añadió.
Los partidarios de Griner habían mantenido un perfil bajo con la esperanza de una resolución discreta hasta mayo, cuando el Departamento de Estado la reclasificó como detenida injustamente y trasladó la supervisión de su caso a su enviado presidencial especial para asuntos de rehenes, que es en realidad el principal negociador del gobierno de Estados Unidos.
La esposa de Griner, Cherelle, ha instado al presidente Joe Biden a conseguir su liberación, llamándola “un peón político”.
“Fue bueno verla en algunas de esas imágenes, pero es duro. Cada vez es un recordatorio de que su compañera de equipo, su amiga, está encarcelada injustamente en otro país”, dijo el lunes la entrenadora de las Phoenix Mercury, Vanessa Nygaard.
La entrenadora esperaba que Biden “diera los pasos necesarios para asegurarse de que vuelva a casa”.
Los partidarios de Griner han alentado un intercambio de prisioneros como el que en abril trajo a casa al veterano de los Marines Trevor Reed a cambio de un piloto ruso condenado por conspiración de tráfico de drogas.
Los medios de comunicación rusos han especulado repetidamente con la posibilidad de intercambiarla por el comerciante de armas ruso Viktor Bout, apodado “el Mercader de la Muerte”, que cumple una condena de 25 años por conspiración para matar a ciudadanos estadounidenses y por proporcionar ayuda a una organización terrorista.
Rusia lleva años presionando para que Bout sea liberado. Pero la gran discrepancia entre el caso de Griner —que implica la supuesta posesión de cartuchos de vapor que contienen aceite de cannabis— y el tráfico mundial de armas mortales de Bout, podría hacer que un intercambio de este tipo sea inaceptable para Estados Unidos.
Otros han sugerido que podría ser intercambiada junto con Paul Whelan, un exmarine y director de seguridad que cumple una condena de 16 años por espionaje que Estados Unidos describió en repetidas ocasiones como un montaje.