WASHINGTON — El presidente Joe Biden se puso a trabajar el miércoles tras su toma de protesta, armado con varias órdenes ejecutivas listas para firmar, nombramientos para jurar y un gran proyecto de ley de inmigración para enviar al Congreso.
El proyecto de ley de inmigración, la Ley de Ciudadanía de Estados Unidos de 2021, proporcionaría un estatus legal temporal y una vía de acceso a la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados que se encuentren en el país a partir del 1º de enero de 2021, además de abordar las causas fundamentales de la migración desde los países centroamericanos.
El jefe de gabinete de Biden, Ron Klain, explicó en un memorándum del fin de semana que las órdenes ejecutivas, que pueden ser utilizadas para anular las directivas del ex presidente Donald Trump, probablemente resistan los desafíos legales porque se basan en una teoría legal bien fundada y representan “una restauración de un papel apropiado y constitucional para el presidente”.
Las órdenes incluyen la reincorporación al acuerdo climático de París y a la Organización Mundial de la Salud, el lanzamiento de una orden de 100 días para que las personas usen cubrebocas mientras están en propiedad federal y tierras federales o trabajan como empleados y contratistas federales.
Otras órdenes incluyen poner fin a la emergencia nacional declarada por Trump que aceleró la construcción del muro a lo largo de la frontera sur con México, detener su financiación, y poner fin a la prohibición de viajar desde varias naciones de mayoría musulmana, “una política arraigada en la animadversión religiosa y la xenofobia”, declaró la secretaria de prensa entrante de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Las órdenes también incluyen la revocación de un permiso presidencial para el oleoducto Keystone XL, y una moratoria temporal para la exploración de petróleo y gas en el Arctic National Wildlife Refuge.
Biden también pedirá al Departamento de Educación que prorrogue una pausa en los pagos e intereses de los préstamos estudiantiles y que amplíe las restricciones a los desahucios y las ejecuciones hipotecarias, además de pedir a su gabinete que trabaje para restaurar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), que proporciona un estatus legal a los inmigrantes indocumentados que cruzaron la frontera siendo menores de edad.
También pretende volver a la política de la era del presidente Obama de priorizar las deportaciones en función de la seguridad pública y las amenazas a la seguridad nacional.
Klain advirtió que quedan muchas cosas por hacer, “pero para el 1º de febrero, Estados Unidos estará avanzando en la dirección correcta en materia” de COVID-19, la crisis económica, el cambio climático y las cuestiones de equidad racial, todas ellas objetivos del equipo de Biden.