WINDER, Georgia – Un tirador en una preparatoria de Georgia mató a cuatro personas e hirió al menos a nueve el miércoles, dijeron las autoridades, haciendo que los estudiantes buscaran refugio en sus aulas –y eventualmente al estadio de fútbol americano– mientras agentes rodeaban el campus y los padres corrían para averiguar si sus hijos estaban a salvo.
Hay un sospechoso bajo custodia, dijeron las autoridades. No estuvo claro de inmediato si el agresor era un estudiante de Apalachee High School en Winder, Georgia, a las afueras de Atlanta.
“Lo que ven detrás de nosotros es algo malvado”, dijo el alguacil del Condado Barrow, Jud Smith, en una breve conferencia de prensa frente a la escuela. Se negó a dar detalles sobre el sospechoso. La Oficina de Investigación de Georgia dijo que cuatro personas murieron y al menos nueve resultaron heridas.
El episodio es el más reciente entre decenas de tiroteos en escuelas de Estados Unidos en los últimos años, incluidos los especialmente letales en Newtown, Connecticut; Parkland, Florida, y Uvalde, Texas. Los asesinatos en las aulas han desencadenado fervientes debates sobre el control de armas y crispado los nervios de los padres cuyos hijos crecen acostumbrados a los simulacros de agresor activo en las aulas. Pero no han servido de mucho para cambiar las leyes nacionales sobre armas de fuego.
Jacob King, jugador de fútbol americano de segundo año, dijo que se había quedado dormido en su clase de Historia Mundial después de un entrenamiento matutino cuando escuchó unos 10 disparos.
King dijo que no creyó que el tiroteo fuera real hasta que escuchó a un agente gritar a alguien que bajara el arma. King dijo que cuando su clase fue conducida al exterior, vio a agentes protegiendo lo que parecía ser un estudiante herido.
Antes del tiroteo del miércoles, se habían producido 29 asesinatos en masa en Estados Unidos en lo que va del año, según una base de datos mantenida por The Associated Press y USA Today en colaboración con la Northeastern University. Al menos 127 personas han muerto en esos asesinatos, que se definen como incidentes en los que mueren cuatro o más personas en un periodo de 24 horas, sin incluir al asesino, la misma definición que usa el FBI.
El año pasado terminó con 217 muertos por 42 asesinatos en masa en Estados Unidos, lo que convierte a 2023 en uno de los años más letales registrados en el país.
Ashley Enoh estaba en casa el miércoles por la mañana cuando recibió un mensaje de texto de su hermano, que cursa el último año en Apalachee High:
“Solo para que lo sepas, te quiero”, le escribió.
Cuando ella le preguntó en el chat del grupo familiar qué estaba pasando, él le dijo que había un tirador en la preparatoria. La hermana pequeña de Enoh, que cursa el penúltimo año en la preparatoria, dijo que había escuchado lo del tirador y que todo estaba cerrado.
Kaylee Abner, de segundo año, estaba en clase de Geometría cuando escuchó disparos. Ella y sus compañeros se agacharon detrás de la mesa de su maestro, y entonces este empezó a voltear la mesa en un intento de atrancar la puerta del aula, dijo Abner. Un compañero que estaba a su lado rezaba y ella le tomó de la mano mientras los alumnos esperaban a la policía.
Las autoridades dieron pocos detalles de inmediato. Las fuerzas del orden fueron enviadas poco antes de las 10:30 a.m. para responder a un “tiroteo activo”, dijo la Oficina del Alguacil en un comunicado.
El video del helicóptero de WSB-TV mostró a docenas de fuerzas del orden y vehículos de emergencia rodeando la escuela en el Condado Barrow, unas 50 millas al noreste de Atlanta.
Cuando Erin Clark, de 42 años, recibió un mensaje de texto de su hijo Ethan, un alumno de último año en la preparatoria, diciendo que había un tirador activo, corrió de su empleo en el almacén de Amazon a la escuela. Los dos se enviaron mensajes de “te quiero”, y Clark dijo que rezó por su hijo mientras conducía hacia la preparatoria.
Con la carretera principal hacia la escuela bloqueada, Clark se estacionó y corrió con otros padres. Los padres fueron dirigidos al campo de fútbol americano. En medio del caos, Clark encontró a Ethan sentado en las gradas.
Clark dijo que su hijo estaba escribiendo una redacción en clase cuando escuchó por primera vez los disparos. Su hijo trabajó entonces con sus compañeros para atrancar la puerta y esconderse.
“Estoy muy orgullosa de él por haber hecho eso”, dijo. “Fue muy valiente”.
Los alumnos apenas habían empezado el año escolar hacía poco más de un mes.
“Me da miedo enviarle de vuelta”, dijo. “No sé qué voy a hacer”.
El tránsito que se dirigía a la escuela estaba congestionado por más de una milla mientras los padres trataban de llegar allí con sus hijos.
“He dirigido todos los recursos estatales disponibles para responder al incidente en Apalachee High School e insto a todos los georgianos a unirse a mi familia en oración por la seguridad de los que están en nuestras aulas, tanto en el Condado Barrow como en todo el estado”, dijo el gobernador de Georgia, Brian Kemp, en un comunicado.
“Seguiremos trabajando con socios locales, estatales y federales mientras recopilamos información y seguimos respondiendo a esta situación”, añadió Kemp.
La oficina del FBI en Atlanta dijo que sus agentes estaban en la escuela “coordinando y apoyando a las fuerzas del orden locales”.
La Casa Blanca dijo que el presidente Joe Biden fue informado sobre el tiroteo y que la administración se coordinará con funcionarios federales, estatales y locales a medida que reciba más información.
Apalachee High School tiene unos mil 900 alumnos, según los registros de los funcionarios de educación de Georgia. Se convirtió en la segunda preparatoria pública más grande del Condado Barrow cuando abrió en 2000, según el Sistema Escolar del Condado Barrow. Debe su nombre al río Apalachee, en el extremo sur del Condado Barrow.
El tiroteo tuvo repercusiones en Atlanta, donde se reforzaron los patrullajes en las escuelas de esa ciudad, según las autoridades. Se realizarán más patrullajes en las escuelas de Atlanta “durante el resto del día por precaución”, dijo el alcalde de Atlanta, Andre Dickens.
En Winder, Abner dijo que cuando regrese a casa el miércoles por la noche, espera evitar pensar en esos momentos aterradores en su clase de Geometría.
“Probablemente no pensaré en ello, aunque haya ocurrido”, dijo. “Solo tendré pensamientos felices, no pensaré más en ello”.