La terrible crisis humanitaria que se vive en la frontera sur de Estados Unidos se puede medir con cientos de historias que cuentan los sobrevivientes, muchos de los cuales pierden a sus seres queridos durante la travesía.
En el peligroso trayecto, los inmigrantes sufren toda suerte de calamidades. Los asaltos son frecuentes, también las violaciones a niños y mujeres, las amenazas y extorsiones, en fin, deben enfrentarse al tráfico humano en poder de mafias criminales.
Los sobrevivientes llegan a diversas ciudades del país, incluida Las Vegas. Muchos cargan con una enorme tristeza por la pérdida de sus seres queridos, incluidos bebés y niños menores de 10 años.
Las Vegas Review-Journal en Español comparte -en exclusiva- la historia de Meybeling Carolina Velásquez, de 27 años, quien partió desde Managua, Nicaragua, hacia Las Vegas el 31 de julio en compañía de un hermano y sus dos pequeños hijos, Kylian Alexander, de 3 años y Noel Alexander, de dos meses y medio.
“La travesía por Centroamérica y México fue muy dura pero lo terrible pasó el 22 de agosto al intentar cruzar el río Bravo por Piedras Negras, Coahuila, para llegar a Estados Unidos”, dijo Meybeling.
“El agua nos arrastró, Kylian fue arrancado de los brazos de mi hermano por la corriente, quien no pudo hacer algo para salvarlo mientras que Noel se hundió bajo las aguas”, relató. “La fuerza de las olas devolvieron al bebé a la superficie donde pudimos rescatarlo momentos después”. El pequeño Noel sufrió daños severos por falta de oxígeno en su cerebro. La madre de los niños y su hermano, sobrevivieron de milagro, dijeron.
“Yo no quería cruzar, las aguas se veían muy fuertes, soy pequeña de estatura y no sé nadar por lo que mi hermano se encargó de los niños”, relató Maybeling vía telefónica desde el Hospital Universitario de San Antonio, Texas, donde el bebé se encuentra hospitalizado luchando por sobrevivir.
“Hay médicos que quieren desconectar al niño, pero yo me opongo porque veo que se está moviendo y reacciona poco a poco”, dijo Maybeling con notoria angustia.
“Salimos de Nicaragua porque allá no hay oportunidades de trabajo, no hay futuro, cada vez está peor”, afirmó. “Hicimos esto para darle un mejor futuro a los niños”.
Maybeling afirma que ha recibido buen trato en el hospital, pero dice que los médicos la confunden porque unos dicen que el bebé tiene muerte cerebral total y otros dicen que es una parte del cerebro.
“Esto es horrible, yo le diría a los que están pensando en venir que no lo hagan, todo el trayecto es muy peligroso, los delincuentes y la policía nos piden dinero para que nos dejen seguir”, reiteró.
El papá de los niños, Noel, quien había logrado cruzar seis meses antes y estaba en Florida, dijo que “venir a EE.UU. es un riesgo, pero igual quedarse en Nicaragua es un riesgo”.
“Muchas empresas han cerrado, la economía está muy mal y no se puede decir nada porque el gobierno nos pone presos; estamos en una dictadura”, aseguró.
Martha Mairena, abuela de los niños y Verónica Oviedo, su tía, recibieron la trágica noticia en Las Vegas donde esperaban a la familia.
Reiteran que en su país tienen que luchar mucho para poder conseguir alimentos. “Uno tiene que ‘rebuscarse’, pero es muy difícil y por eso salí con mis dos hijos de 22 y 21 años”, dijo Martha.
“Tuve que empeñar la casa para poder pagarle al coyote que nos cobró $2,300 por cada uno”, dijo. Confiesa que ella no pensaba viajar, pero sus dos hijos estaban decididos a hacerlo y finalmente decidió acompañarlos.
En Guatemala los esperaba un coyote y empezaron el camino. “Es un viaje muy horrible, nos quieren robar todo el tiempo, uno se expone mucho, ellos consumen droga y nos manosean”, sostuvo Martha.
Recuerda que en un trayecto pasaron 18 horas sin comer ni beber agua lo que le ocasionó una descompensación muy fuerte y estuvo varios minutos desmayada. Otros también se desmayaron.
Al llegar al río Bravo, cruzaron de madrugada por Tamaulipas, en una balsa inflable donde venían como 10 personas. Ahora deben conseguir un abogado de inmigración para que las ayude con la solicitud de asilo.
Rubén Ruiz, del Club Social Nicaragüense de Las Vegas, lamentó la pérdida de vida del niño Kylian, y dijo que “como comunidad estamos tratando de ayudar a esta familia que venía para Las Vegas en todo lo que sea posible porque se quedaron sin nada”.
Estadísticas de las autoridades en Texas reportan que, al mes de julio de este año, 218 migrantes han muerto intentando cruzar el río Bravo, superando las 196 muertes en el mismo periodo del año pasado.
El Departamento de Seguridad Nacional reporta que 748 inmigrantes han perdido la vida en la frontera sur este año, superando en 200 las cifras del año pasado.
La Patrulla Fronteriza señala que en los últimos diez meses han logrado rescatar a 18,897 migrantes, en toda la frontera sur.