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Sacerdote Miguel Corral celebró un año de servicio en la iglesia San Francisco de Sales

“Quiero agradecerle a Dios por el don del sacerdocio, porque fue su voluntad de que pudiera servirle a todos ustedes. Yo no me puedo bendecir, absolver, ungir; yo debo hacerlo por todos ustedes, por eso le damos gracias a Dios, por permitirnos servirles con mucha humildad en San Francisco de Sales”, expresó Miguel Corral que, mediante una solemne ceremonia religiosa, realizada el viernes 31 de mayo, celebró un año de labor pastoral en la iglesia católica, apostólica y romana, localizada en el oeste de la ciudad.

En la misa participaron el párroco Bruno Maurici y el sacerdote Jessie Cortéz, así como seminaristas y diáconos de la Diócesis de Las Vegas.

“El padre Bruno Maurici me dijo: debes celebrar tu primer aniversario, pero con el pueblo, con la comunidad a la que sirves. El párroco ha sido un extraordinario ejemplo de fe, no solo para mí, sino para todos los seminaristas y diáconos que hemos trabajado bajo su guía”, precisó.

A mi familia que ha caminado conmigo, que me ha apoyado durante este proceso, quiero agradecerles su apoyo. El año pasado mis padres no pudieron acompañarme a mi primera celebración, gracias a un favor que le pedí a la Virgen María, estuvieron presentes en mi ordenación, hoy están aquí y quiero aprovechar para entregarles la estola con que me acreditaron para el apostolado del ministerio de Dios. También este mantel, con que me limpiaron las manos y así poder oficiar la Santa Misa, quiero entregárselos hoy para que el día que Nuestro Señor Jesucristo lo llame a casa y les pregunte: ¿qué hicieron con la vida que les di?, ustedes le contesten: te dimos un sacerdote”, expresó Corral a sus orgullosos padres.

Una de las lecturas de la liturgia fue tomada de Hebreos 5,1-10.

Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres. Él mismo es nombrado para representar a su pueblo ante Dios, y ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Por tal razón se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como también por los del pueblo.

Nadie ocupa ese cargo por iniciativa propia; más bien, lo ocupa el que es llamado por Dios, como sucedió con Aarón. Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios le dijo: «Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado». En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión. Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer; y, llevado a la consumación, se convirtió para todos los que le obedecen, en el autor de salvación eterna.

Luego de la ceremonia religiosa, la gente acudió al salón parroquial La Voy Hall, “como dicen en mi Presidios, Durango: de la misa a la mesa”, agregó contento el sacerdote nacido en el municipio de Tepehuanes, Durango, México.

La misa fue amenizada por el talentoso músico Ángel y La Promesa, que desde tiempos del padre Manuel Quintero, mantiene su presencia en las celebraciones que se llevan a cabo en la parroquia San Francisco de Sales.

Contacte a Frank Alejandre en: falejandre@espanol.reviewjournal.com, o siga la cuenta de Twitter de El Tiempo: @eltiempolv.

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