CIUDAD DE MÉXICO (AP) – La recién electa presidenta de México, la primera mujer en ganar el cargo, se enfrenta a una larga lista de desafíos, incluyendo la persistente violencia de los cárteles, un país profundamente dividido, programas sociales con escasez de efectivo y la larga sombra de su mentor, el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.
Pero para algunos analistas, todo se reduce principalmente a tres cosas: dinero, diálogo y el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Claudia Sheinbaum, que inicia su sexenio el 1° de octubre, tiene cuatro meses por delante para definir la agenda de su administración. Durante este tiempo, se espera que López Obrador siga ofreciendo sus ruedas de prensa matutinas diarias mientras intenta solidificar su legado.
La convivencia podría no ser nada fácil: él ha dividido a la sociedad; ella dice que quiere unirla. Él es un líder de masas; ella es académica y científica.
López Obrador ha dicho que no interferirá en la gestión de su protegida. “No aspiro a ser un ‘líder moral’, un ‘jefe máximo’, un ‘caudillo’”, dijo el lunes.
Ha insistido en que, una vez acabada su presidencia, va a “hablar con los árboles, vivir con los pájaros”. Sin embargo, fue él quien anunció el lunes que el actual secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, permanecería en su puesto durante la próxima administración, en un intento por evitar un colapso de los mercados.
El equilibrio entre continuidad y cambio no será sencillo.
Uno de los principales retos económicos será si Sheinbaum tendrá el dinero para continuar con los populares programas sociales de su predecesor, considerando que el gobierno tiene un gran déficit de casi 6 por ciento que Hacienda se ha comprometido a reducir.
“Tiene que haber una reforma fiscal”, afirma Isidro Morales, experto en economía y relaciones internacionales. De lo contrario, advierte, multando los decrecientes ingresos petroleros de México como uno de los problemas, “Claudia va a tener las manos atadas”.
La petrolera estatal mexicana Pemex es el símbolo más ferviente del nacionalismo de López Obrador, pero sigue perdiendo dinero y el petróleo dista mucho de ser la principal fuente de ingresos que fue antaño. Sin embargo, es una línea roja para Sheinbaum que, a pesar de ser una científica del clima que quiere dedicarse a las energías limpias, cerró su campaña la semana pasada ante gigantescas pancartas de apoyo de trabajadores de la industria petrolera.
La transición presidencial en México también coincide con la campaña presidencial en Estados Unidos.
“La elección más importante de México tiene lugar el 5 de noviembre”, dijo Carlos A. Pérez Ricart, profesor del centro de investigación pública mexicano CIDE, refiriéndose a las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
La reelección del presidente Joe Biden o el regreso al poder del expresidente Donald Trump será “la verdadera variable que cambiará los escenarios”, dijo Pérez Ricard. El resultado podría influir no solo en las políticas de seguridad, comercio e inmigración, sino también en muchas decisiones internas sobre el papel del ejército mexicano, dijo.
Sheinbaum estudió en Estados Unidos, habla inglés y entiende la política de ese país, lo que llevaría a pensar que habría más entendimiento con Washington, pero nadie puede controlar el factor Trump.
Y cuando se trata de inmigración y seguridad, a la nueva presidenta de México solo le quedan las políticas existentes, que solo han frenado de manera intermitente la migración hacia la frontera con Estados Unidos y no han logrado disminuir de manera significativa la persistente violencia en México.
Para hacer frente a la creciente violencia en México, los analistas han afirmado que el país necesita reforzar la policía civil y las fiscalías. En lugar de ello, López Obrador optó por militarizar el país, otorgando a las fuerzas armadas un poder sin precedentes en un sinfín de ámbitos civiles -desde la seguridad interior hasta la construcción-, con los riesgos para los derechos humanos y la rendición de cuentas que ello implica.
Aún no está claro qué querrá Sheinbaum de los militares, qué podría cambiar o qué tipo de presión podrían ejercer los militares sobre ella.
Políticamente, la mayoría parlamentaria de su partido Morena podría ser un arma de doble filo.
Para el aproximadamente 40 por ciento de los votantes que no la apoyaron, se verá como algo peligroso porque, si se mantienen los resultados preliminares, podría tener suficientes legisladores para modificar la Constitución. López Obrador ha presentado una serie de controvertidas propuestas constitucionales, como la eliminación de las instituciones de control del poder ejecutivo y el sometimiento de los jueces a elecciones públicas.
Será clave que México cuente con un gobierno fuerte que defienda incuestionablemente la separación de poderes, dijo Pérez Ricart.
El politólogo Luis Miguel Pérez Juárez, sin embargo, sostiene que la contundente victoria del domingo le da a Sheinbaum “un enorme poder” para actuar de manera independiente, incluso desde el partido que creó López Obrador.
“Ella no tendrá que acudir a nadie”, dijo.