Las madres siempre serán parte fundamental en la vida de cualquier ser humano, simplemente porque gracias a ellas todos llegamos a este mundo. En el Sur de Nevada hay mamás de origen hispano que han sobresalido excepcionalmente, no solamente por el amor y entrega que tienen con sus hijos, sino también por realizar labores sociales a favor de la comunidad y en contar sus experiencias para ayudar al resto de las mujeres.
El Tiempo dedica este espacio a las madres en su día, presentando a dos mamás de Las Vegas: Olivia Espinoza y Marta Pérez narran sus inspiradoras historias, mismas que representan a muchas mujeres que luchan día a día por sacar adelante a sus hijos.
Olivia Espinoza se convirtió en madre por primera vez a los 30 años de edad, tras mucho tiempo de no tener esa oportunidad, ya que una condición médica llamada endometriosis le impedía quedar embarazada.
“Después de muchos años en espera para ser mamá, pensé que no podría serlo y vino un niño muy especial, su nombre es Mathew; significa ‘regalo de Dios’, porque así lo es. Por muchos años no podía quedar embarazada y cuando mis hermanas o amigas tenían ya a sus bebés y yo no; fue muy difícil y tuve que acudir a tratamientos. Comprendo también a esas mujeres que no pueden ser madres, es difícil, pero siempre les he dicho que hay que ver la vida bonita y ser felices, tengamos hijos o no. Estoy agradecida con la vida por darme la oportunidad de tener dos hijos, un niño y una niña”, reveló Espinoza.
Fueron nueve años los que Olivia y su esposo Luis tuvieron que esperar para poder ver nacer a su primer hijo. El problema médico de la señora Espinoza dificultaba la posibilidad de tener un segundo hijo, sin embargo, dos años más tarde recibirían la llegada de Ana Karen.
“Es difícil pensar en tener que ir a cirugía y que no se logre concebir un hijo, siempre dije que también pensaría en la adopción. Ese momento fue hermoso (cuando fue madre), después de tantos años y saber que ya lo tenía en mis brazos, es… así…”, Olivia volteó a ver a su hijo y se quedó sin palabras.
“A Mathew lo diagnostican con autismo oficialmente a los 20 meses por un neurólogo. Puedo decir que yo lo diagnostiqué a los 10 meses, desde que empecé a ver ese ‘aleteo’ en sus manos, cosas en su desarrollo que no iban acorde a su edad; a pesar de ser una madre primeriza lo noté. Cada uno de mis hijos tiene lo suyo, el niño por ser especial, aunque la niña no sea especial medicamente, también lo es”, expresó Olivia quien añadió que el nivel de autismo de su hijo es de moderado a severo.
Actualmente, Mathew tiene 10 años de edad y Ana Karen 8. Pese que ya han pasado varios años los Espinoza no pierden la esperanza de tener un miembro más en la familia, pero por la vía de la adopción; misma que les fue denegada recientemente, pero siguen sin perder las esperanzas.
“Cuando uno tiene a un niño especial, siempre nos preguntamos nosotros como padres, ‘¿Por qué a mí?’, no tiene nada malo preguntárselo, es natural, yo me lo pregunté. En ese entonces no tenía una respuesta, ahora sé la razón de porque vino a mí Mathew con ésta condición. Él es no verbal, hace seis meses más o menos dejó apenas el pañal y ya pasó por abuso en la escuela; me ha tocado duro con él”, expresó de manera emotiva Olivia.
Debido al autismo de su hijo y a la poca información en español que había en la comunidad sobre dicha enfermedad, Olivia y su esposo Luis decidieron fundar la organización no lucrativa Azul Blue.
Actualmente Azul Blue cuenta con cerca de 200 niños y jóvenes autistas que son partícipes de actividades didácticas en compañía de sus familias, las cuales suman más de 150 y en su mayoría son de origen hispano.
“Con algunos convivo más, porque participan más en las actividades; los veo como mis hijos también. Vamos viendo el progreso que van teniendo y somos partícipes con las mamás. Conozco al niño, lo que pasa con él o ella en la escuela, en las terapias, me siento muy afortunada”, manifestó Espinoza.
“Quiero felicitar a todas esas mamás, sobre todo a esas mamás especiales que día a día están pensando en lo mejor para sus hijos. El camino no es fácil pero están siempre dispuestas a darlo todo. En Azul Blue hay tantas madres que tienen mi admiración y respeto por la vida que han llevado”, concretó Olivia Espinoza.
Por su parte, Marta Pérez narra su historia sobre cómo llegó a este país y la forma en que ha luchado por sus sueños. El ímpetu que busca transmitir a sus 3 hijos, la convierten en una mujer que se destaca por su independencia, ganas de trabajar y de disfrutar de su rol de mamá e hija.
Recientemente divorciada, la batalla de Marta fue contra la presión social que le impedía decidirse a una separación, “¿Divorciada y con 3 hijos, quién te va a querer?” eran los comentarios de sus amistades. “Sin un hombre que te mantenga, no es posible salir adelante”.
El día que dejó su casa pese a no tener nada, fue cuando pudo dormir tranquila, expresó Marta que estudió música en su natal Cuba.
Marta viene de padres que nunca se casaron. Creció en la isla con su abuela, ya que su madre debido a su trabajo viajaba constantemente. Pasaron 20 años hasta que su padre -ciudadano estadounidense-, decidió traerla a este país.
“Las leyes de mi país no dejan salir a músicos, deportistas y médicos, salí ilegal y llegué a Miami”, reveló Pérez.
Luego de ser consejera y maestra de música en Las Vegas consiguió empleo arreglando habitaciones en un hotel.
Dos años después se casó y vinieron los hijos, su pareja le pidió dejar el trabajo y dedicarse al hogar. Ese tiempo en casa lo aprovechó para terminar por correspondencia sus estudios en consejería familiar mediante un colegio de Texas.
Llegó el momento en que Marta pesó 200 libras, por la inactividad y depresión de estar sólo en casa.
“No podía seguir así, me propuse empezar una carrera de modelo, recuperar la música, conseguir un empleo de lo que fuera y mantener a mis 3 hijos de manera independiente. Sabía que era difícil, pero siempre se puede”, señaló la madre de familia.
Decidió escribir un libro sobre “infidelidad emocional”, que trata sobre la vida matrimonial de una mujer que no recibe ninguna atención por parte de su pareja.
La pareja además de ser tu esposo(a), debe ser tu mejor amigo(a), confidente que conoce tus secretos, “si no está ahí, el afectado buscará quien suplante ese puesto. Con el paso de los años, esa amistad puede llegar a una relación establecida, todo por no darle importancia a su pareja”, de esto y demás temas de fortalecimiento conyugal habla el libro que Pérez pretende publicar.
“Estamos atrapados en una sociedad que juzga. Si llegas a los 30 años y no te has casado ya se te fue el tren. La presión para las mujeres si no tienen un hombre es estresante, como mujer no te da más valor estar casada. La mujer debe luchar por sus sueños, vivir de acuerdo a lo que te de felicidad, te enseñan a ser abnegada y vivir para otro”, acotó Pérez.
Las metas, sueños y aspiraciones, deben ser los mismos. Se deben alcanzar esos sueños con o sin el apoyo de una pareja, es el consejo que Marta pretende dar a las mujeres y en particular a sus 3 niños para que busquen la felicidad.