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¿Llegó la hora de cámaras de tránsito en Las Vegas? Alguacil cree que sí

El máximo responsable del Departamento de Policía Metropolitana dijo estar cansado de que sus agentes tengan que lidiar con cuerpos “rotos y destrozados” en las calles del valle de Las Vegas, resultado de accidentes mortales provocados por una mala conducción.

¿Qué quiere hacer el alguacil Kevin McMahill al respecto? Instalar cámaras de semáforo en rojo y de velocidad en todo el valle, sumándose así a una tendencia nacional de control del tránsito que se inició en Arizona en 1987 y que desde entonces se ha extendido a más de 200 comunidades de Estados Unidos.

Los intentos de instalar cámaras de tránsito en Nevada han fracasado repetidamente a lo largo de los años, pero McMahill cree que 2025 podría ser el momento adecuado.

“Cuando tienes que salir y lidiar con esas cosas una y otra vez, duele el corazón, la mente, el cuerpo y el alma de los hombres y mujeres que están aquí haciendo este trabajo. Y para mí, es simplemente demasiado”, dijo McMahill.

Pero en Nevada, la policía no puede instalar cámaras de tránsito, todavía. La ley estatal dice que las cámaras de tránsito solo se pueden usar cuando están en la mano de un agente de policía o instaladas en un vehículo o instalación policial.

McMahill dijo que está en conversaciones con los legisladores –muchos de los cuales aspiran a la reelección en noviembre– sobre el cambio de esta ley durante el periodo de sesiones de 2025 para que las cámaras pudieran servir para la aplicación del reglamento de tránsito sin un agente presente.

Para el alguacil, la cuestión se reduce al mal comportamiento al volante en Las Vegas, y dijo que una mayor presencia policial no cambiaría este comportamiento de la misma manera que lo harían las cámaras de tránsito, deteniendo el creciente número de muertes en accidentes de tránsito.

Las cifras

Para finales de agosto, más de 260 personas habían muerto en accidentes mortales en Nevada desde principios de año, según datos de Zero Fatalities, el programa estatal de educación sobre seguridad vial. Los factores que más contribuyeron fueron la conducción bajo los efectos de sustancias y el exceso de velocidad.

Aunque los datos de 2024 no estarán terminados hasta principios de 2025, hasta ahora, el número de víctimas mortales va camino de ser aún mayor este año.

“Las cifras de muertes simplemente no bajan”, dijo Anita Pepper, directora de información pública del Departamento de Seguridad Pública de Nevada.

Erin Breen, directora del Proyecto de Alianza para la Equidad Vial de la UNLV y coordinadora de la Coalición para la Seguridad en el Tránsito de la escuela, dijo que estaba “indignada porque seguimos librando esta batalla”.

Breen, activista desde hace mucho tiempo de lo que ella llama radares de tráfico, afirmó que la iniciativa no es nueva. En “otras comunidades, muchísimas otras comunidades, el número de víctimas mortales está bajando porque han tomado estas decisiones. Y las nuestras están subiendo”, afirmó.

Los datos más actualizados de Zero Fatalities abarcan desde 2017 hasta 2021, según Pepper. Estos datos muestran que alrededor del 30 % de las muertes ocurrieron en una intersección, y el 30 % estaban relacionadas con el exceso de velocidad.

Activistas como Breen y McMahill sostienen que las cámaras de tránsito pueden reducir este tipo de muertes. Aunque el Departamento de Seguridad Pública no tiene una postura oficial sobre la legalización de las cámaras de tránsito, Pepper dijo que “lo que sí sabemos por los datos es que hay beneficios probados por usarlas”.

Preocupación por la privacidad y la equidad

La idea de introducir cámaras de tránsito en Nevada “suscita gran disgusto en mucha gente”, dijo Breen.

Un oponente de estas cámaras es la American Civil Liberties Union Nevada (ACLU).

“Participar en prácticas que permitan multar de esta manera plantea una serie de problemas diferentes”, dijo Athar Haseebullah, director ejecutivo de la ACLU de Nevada.

Aunque Haseebullah está de acuerdo en que hay que hacer algo ante el aumento del número de víctimas mortales en accidentes de tránsito, cree que la iniciativa de la Policía Metropolitana de instalar cámaras de tránsito es un ejemplo de lo que él llama el “estilo Nevada”, es decir, que el gobierno toma malas decisiones simplemente porque algo tiene que cambiar.

Un problema clave para la ACLU es que el despliegue de las cámaras de tránsito suele subcontratarse a terceros, explica Haseebullah, que reciben comisiones por las multas.

“Incentivan la persecución y la recaudación”, dijo.

Otra preocupación que suele plantearse es que las cámaras de tránsito invaden la intimidad. Pero, según McMahill, aunque no se pueden usar para hacer cumplir las reglas de tránsito, “cada intersección ya tiene una cámara”.

“No creo que haya una expectativa de privacidad para ti mientras conduces por la calle en tu vehículo”, dijo McMahill.

Haseebullah dijo que el hecho de que las entidades públicas ya rastreen los movimientos de la gente es “la parte tácita” de la conversación en torno a las cámaras de tránsito.

“La otra es que hay un impacto dispar en las comunidades minoritarias”, dijo McMahill de las preocupaciones comunes en torno a la legalización de las cámaras de tránsito.

Haseebullah se hizo eco de esta preocupación, diciendo que las cámaras corren el riesgo de tener un impacto desproporcionadamente perjudicial en las comunidades donde la gente ya está sufriendo dificultades financieras.

McMahill sugirió empezar por los 20 cruces “más conflictivos” y ampliar después el número de vecindarios con cámaras.

La colocación de cámaras en determinados vecindarios que acaban “pagando más de lo que les corresponde” es algo que, según Breen, ha ocurrido en otros lugares. Cree que las tarifas por las sanciones no deberían ser “impagables”.

Pero al igual que la gente puede tener dificultades para pagar las multas si son pillados por una cámara, dijo Breen, “tampoco pueden permitirse perder la vida”.

Reducir las muertes

Para el sargento Richard Rundell, de la oficina de tránsito de la Policía Metropolitana, las cámaras de tránsito serían “solo una herramienta más en el cinturón”.

Rundell dijo que no cree que las cámaras eliminen las colisiones mortales, pero señaló que cuando él patrullaba, su mera presencia en la calle cambiaba el comportamiento de los conductores.

“Cuando yo estaba cerca, todos aprendían a conducir de nuevo”, bromeó.

Las cámaras, junto con una mayor presencia de agentes, pudieran funcionar, afirmó.

Uno de los principales objetivos de Rundell es desacelerar a los conductores que circulan con exceso de velocidad.

“Cuando añadimos velocidad a estas colisiones, eso es lo que mata a la gente”, dijo.

Rundell, Breen y Pepper coincidieron en que, cuando se produjo la pandemia del COVID-19, los autos que circulaban por las calles lo hacían a mayor velocidad.

“La gente era más arriesgada en la calle”, afirmó Pepper.

Sin embargo, esas tendencias se mantuvieron una vez finalizada la pandemia. El número de sanciones impuestas a conductores que circulaban a más de 100 mph en Nevada superó las 4,000 en 2020, según datos del Departamento de Seguridad Pública. Desde entonces, los números no han descendido por debajo de esa cifra.

Breen recordó conversaciones que tuvo con compañeros expertos en tránsito durante la pandemia. “Todos nos preguntábamos: ¿qué pasa si no se desaceleran?”, dijo. “Y no lo hicieron”.

McMahill dijo que espera que las cámaras de tránsito acaben con estos malos hábitos que los conductores de Las Vegas no han podido quitarse de encima.

Romper estos hábitos puede tener un precio, dijo el alguacil, ya que estudios muestran que cuando se instalan cámaras de luz roja, se producen más accidentes por alcance. “Pero son de menor velocidad y no son mortales”, dijo.

“Tenemos que acostumbrarnos a desacelerar de verdad y a salvar vidas”, dijo McMahill. “Esa es la intención de lo que intento hacer”.

El reportero del Review-Journal Noble Brigham contribuyó a este artículo.

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