WASHINGTON (AP) – Los empleadores de Estados Unidos agregaron unos sólidos 236 mil puestos de trabajo en marzo, lo que refleja un mercado laboral resistente y sugiere que la Reserva Federal podría ver la necesidad de seguir aumentando las tasas de interés en los próximos meses.
La tasa de desempleo cayó al 3.5 por ciento, no muy lejos del mínimo de 53 años del 3.4 por ciento por ciento registrado en enero. El crecimiento del empleo del mes pasado fue inferior al de febrero, que fue de 326 mil puestos de trabajo.
El reporte gubernamental del viernes sugería que la economía y el mercado laboral se mantienen en una base sólida a pesar de los nueve aumentos de tasas impuestos en el último año por la Reserva Federal. El aumento del empleo en marzo puede llevar a la Reserva Federal a la conclusión de que el ritmo de contratación sigue poniendo presión al alza en los salarios y la inflación y que son necesarios nuevos aumentos de las tasas. Cuando el banco central endurece el crédito, suele subir las tasas de las hipotecas, los préstamos para automóviles, los préstamos con tarjeta de crédito y muchos préstamos a empresas.
A pesar del fuerte crecimiento del empleo del mes pasado, los últimos indicios económicos sugieren cada vez más que podríamos estar ante una desaceleración económica. El sector manufacturero se está debilitando. El comercio de Estados Unidos con el resto del mundo está disminuyendo. Y aunque los restaurantes, los minoristas y otras empresas de servicios siguen creciendo, lo hacen más lentamente.
Para los responsables de la Reserva Federal, controlar la inflación es la primera tarea. Tardaron en responder después de que los precios al consumo empezaran a subir en la primavera de 2021, concluyendo que era solo una consecuencia temporal de los cuellos de botella de la oferta causados por el sorprendentemente explosivo repunte de la economía tras la recesión pandémica.
Solo en marzo de 2022 la Reserva Federal empezó a aumentar su tasa de interés de referencia desde casi cero. En el último año, sin embargo, ha subido las tasas más agresivamente de lo que lo había hecho desde la década de 1980 para atacar el peor brote de inflación desde entonces.
Y a medida que los costos de los préstamos han ido aumentando, la inflación ha ido disminuyendo. El más reciente índice interanual de inflación al consumo, el seis por ciento, está muy por debajo del 9.1 por ciento que alcanzó el pasado mes de junio. Pero sigue estando considerablemente por encima del objetivo del dos por ciento de la Reserva Federal.
Las turbulencias del sistema financiero complican las cosas. Dos grandes bancos estadounidenses quebraron en marzo, y unas tasas más altas y unas condiciones crediticias más restrictivas podrían desestabilizar aún más a los bancos y frenar el endeudamiento y el gasto de consumidores y empresas.
El objetivo de la Reserva Federal es lograr la llamada caída suave: desacelerar el crecimiento solo lo suficiente para controlar la inflación sin provocar una recesión en la mayor economía del mundo. La mayoría de los economistas dudan de que funcione y prevén una recesión este mismo año.
Hasta ahora, la economía ha demostrado su resistencia frente a unos costos de endeudamiento cada vez más elevados. El producto interno bruto estadounidense -la producción total de bienes y servicios de la economía- creció a buen ritmo en el segundo semestre de 2022. Sin embargo, datos recientes sugieren que la economía está perdiendo impulso.
El lunes, Institute for Supply Management (ISM), una asociación de directores de compras, reportó que la actividad manufacturera de Estados Unidos se contrajo en marzo por quinto mes consecutivo. Dos días después, el ISM señaló que el crecimiento de los servicios, que representan la gran mayoría del empleo en Estados Unidos, se había desacelerado bruscamente el mes pasado.
El miércoles, el Departamento de Comercio reportó de que tanto las exportaciones como las importaciones de Estados Unidos cayeron en febrero, en otra señal del debilitamiento de la economía mundial.
El jueves, el Departamento de Trabajo comunicó que había ajustado la forma de calcular el número de estadounidenses que solicitan prestaciones por desempleo. El ajuste añadió casi 100 mil solicitudes a sus cifras de las dos últimas semanas y podría explicar por qué los fuertes despidos en la industria tecnológica este año aún no se habían reflejado en las listas de desempleo.
El Departamento de Trabajo también reportó esta semana que los empleadores publicaron 9.9 millones de vacantes en febrero, la menor cifra desde mayo de 2021, pero aún muy por encima de todo lo visto antes de 2021.
En su búsqueda de una caída suave, la Reserva Federal ha expresado su esperanza de que los empleadores alivien las presiones salariales anunciando menos vacantes en lugar de recortar muchos empleos existentes. La Reserva también espera que más estadounidenses empiecen a buscar trabajo, aumentando así la oferta de mano de obra y reduciendo la presión sobre los empresarios para que aumenten los salarios.