Un empresario de North Las Vegas se convirtió esta semana en la primera persona en recibir una licencia de vendedor ambulante en el Condado Clark.
José Manuel Carrera, de 50 años, compartió su entusiasmo en una ceremonia junto a funcionarios del condado el miércoles y dijo que el proceso fue fluido y sencillo, ahora quiere alentar a otros proveedores a hacer lo mismo.
Carrera es el orgulloso propietario del puesto de venta ambulante recién autorizado llamado Paletas y Aguas, que será dirigido principalmente por su hijo Alan, de 16 años, y los artículos se harán en su tienda, LV Michoacana. Planean vender paletas, aguas frescas de varios sabores, anotjitos mexicanos y otros artículos para mantenerse frescos durante el verano.
La mayoría de los días, dijo Carrera, se instalarán en la gasolinera Circle K en Dean Martin Drive y Cactus Avenue.
“Le agradecemos por invertir en nuestra comunidad, en su hogar y en nuestro hogar”, dijo la comisionada Marilyn Kirkpatrick durante la ceremonia.
Los proveedores del condado han expresado confusión y preocupación sobre el proceso para obtener una licencia dentro del condado desde que se aprobó la ordenanza a mediados de abril que establece requisitos sobre qué y dónde los vendedores pueden operar legalmente.
En un taller de venta ambulante en el Centro de Gobierno del Condado Clark el 9 de mayo, los vendedores compartieron sus preocupaciones sobre el precio de adquirir una licencia, que incluye no solo obtener una licencia del condado, sino también tener un permiso con el distrito de salud y mantener una póliza de seguro, entre otros requisitos.
Algunos dijeron que el costo de alquilar una cocina comisaria por sí solo era más caro que lo que ganaban durante un mes exitoso de ventas. Otros tenían preguntas sobre cómo obtener un carrito aprobado por el condado que requiere un fregadero para lavarse las manos, recipientes para mantener los alimentos a una temperatura segura y no puede exceder más de 25 pies cuadrados.
Los funcionarios del Condado Clark recibieron tres solicitudes en el primer mes después de que la ordenanza entró en vigor, según un portavoz del condado.
Carrera completó el proceso en aproximadamente un mes, lo que atribuye a que ya tenía un carrito que cumplía con todos los requisitos. Lo consiguió en California hace unos años y lo ha utilizado en el pasado para vender en festivales de todo el valle.
El proceso de solicitud, dice, le costó alrededor de $1,200 y su LV Michoacana le servirá como su cocina comisaria.
Carrera comprende de primera mano las dificultades que enfrentan los vendedores ambulantes a diario. Después de migrar a Estados Unidos desde Jalisco, México en 1988, Carrera vivió en Los Ángeles y operó algunos carritos de churros en varios eventos y swapmeets, dijo. Una vez, aunque los organizadores del evento le habían dado permiso para trabajar, los agentes de policía cerraron los puestos y tiraron todos sus productos.
“Yo sé que es difícil, pero es la única forma que nadie nos va a molestar”, dijo.
Este gran logro se hizo gracias a su espíritu emprendedor que ahora quiere transmitir a su hijo.
Y su mensaje para otros vendedores: “Que no se den por vencidos, que no piensen que ya les pusieron muchas trabas, o que no se puede, claro que se va a poder”.
Taylor R. Avery, reportera de Las Vegas Review Journal, contribuyó a esta historia.