El suroeste de Estados Unidos se prepara para otra semana de temperaturas abrasadoras, con los meteorólogos extendiendo una advertencia de calor excesivo hasta el fin de semana para la zona más poblada de Arizona, y alertando a los residentes del sur de Nevada y Nuevo México a permanecer en interiores.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que la temperatura en el Aeropuerto Internacional Harry Reid podría llegar a 111 °F el viernes y 113° el sábado.
El área de la metrópolis de Phoenix está en camino de empatar o batir un récord establecido en el verano de 1974 para el mayor número de días consecutivos con la temperatura máxima en o por encima de 110°. Incluso las temperaturas mínimas de la mañana están empatando récords históricos, con el aeropuerto registrando 91° para igualar la mínima más cálida establecida en 2020.
Con tantos días consecutivos de calor excesivo, los meteorólogos, médicos y funcionarios de salud locales en todo el suroeste están recomendando que las personas limiten su exposición al aire libre y conozcan los signos de advertencia de enfermedades por calor.
Conocer las señales
Desde sudoraciones intensas y mareos hasta espasmos musculares e incluso vómitos, los expertos afirman que es probable que el agotamiento y el golpe de calor sean cada vez más frecuentes. En las próximas décadas, se prevé que Estados Unidos experimente temperaturas más altas y olas de calor más intensas.
El golpe de calor es la enfermedad más grave relacionada con el calor y se produce cuando el cuerpo pierde su capacidad de sudar.
La piel se calienta y enrojece, y el pulso se acelera a medida que la temperatura corporal de la persona sube hasta 103° o más. Se tienen dolores de cabeza, náuseas, confusión e incluso desmayos.
Jon Femling, médico de urgencias y científico de la Universidad de Nuevo México, explica que el cuerpo intenta compensar bombeando sangre a la piel para refrescarse. Y cuanto más respira una persona, más líquidos pierde, deshidratándose cada vez más.
“Así que una de las primeras cosas que ocurre es que los músculos empiezan a sentirse cansados a medida que el cuerpo empieza a moverse”, dijo. “Y luego pueden empezar a dañarse órganos como los riñones, el bazo o el hígado. Si las cosas se ponen realmente mal, entonces empiezas a no recibir la misma perfusión cerebral de la misma manera”.
Los expertos dicen que es importante reconocer los signos del golpe de calor en los demás, ya que las personas pueden no darse cuenta del peligro que corren debido a un estado mental alterado que puede implicar confusión.
En caso de golpe de calor, los expertos sugieren llamar al 911 e intentar bajar la temperatura corporal de la persona con paños frescos y húmedos o un baño frío.
En caso de agotamiento por calor, el cuerpo puede estar frío y húmedo. Otros síntomas son sudoración intensa, náuseas, calambres musculares, debilidad y mareos. Según los expertos, lo mejor es trasladarse a un lugar fresco, aflojarse la ropa y beber agua a sorbos.
Las personas mayores, los niños y las personas con problemas de salud pueden correr mayores riesgos cuando las temperaturas son altas.
En general, las autoridades de salud afirman que permanecer en interiores, buscar edificios con aire acondicionado y beber más agua de lo habitual puede evitar las enfermedades relacionadas con el calor. La cafeína y el alcohol es mejor evitarlos. Comer comidas más mesuradas a lo largo del día puede ayudar.
Conocer los límites
Los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) intentan comprender mejor los efectos del calor extremo en el organismo y qué es lo que hace que el calor sea tan mortal.
Para ello usan un maniquí térmico especial llamado ANDI, equipado con casi tres docenas de superficies diferentes controladas individualmente con sensores de temperatura y poros similares a los humanos que producen gotas de sudor.
“Muchas de las investigaciones que realizamos mis colegas y yo solo se enfocan en comprender cómo responden las personas a niveles más altos de calor extremo durante periodos de tiempo más largos y qué podemos hacer al respecto”, explica Jenni Vanos, profesora asociada de la Escuela de Sostenibilidad de la ASU.
Existen 10 maniquíes térmicos, la mayoría usados por empresas de ropa deportiva para realizar pruebas. El maniquí de la ASU es el primero que puede usarse al aire libre gracias a un exclusivo canal de refrigeración interno.
La universidad también ha desarrollado una nueva “sala caliente”, o cámara de calor, donde los investigadores pueden simular situaciones de exposición al calor de todo el mundo. Las temperaturas pueden alcanzar los 140° en el interior de la sala, y el viento y la radiación solar pueden controlarse para los experimentos.
Vanos explica que medir la radiación de onda corta y larga en el ambiente también puede indicar a los investigadores cuánto se calentaría una superficie -o una persona- en un lugar concreto de una ciudad.
“En estas condiciones extremas, lo que realmente se puede modificar o cambiar en el entorno urbano es la sombra”, explica. “En un lugar como Phoenix o cualquier zona soleada y calurosa, la sombra es un factor fundamental para reducir la carga térmica total del cuerpo humano”.
Encontrando alivio
Mientras los aparatos de aire acondicionado se encienden y los ventiladores soplan a toda potencia, los residentes de la región esperan ansiosos el comienzo de la estación de los monzones, con la esperanza de que ayude a disminuir el calor.
Pero en lo que va de año, las tormentas de verano -que suelen traer nubosidad, relámpagos y lluvias al desierto del suroeste- están ausentes debido al actual patrón meteorológico de El Niño en la región, según el meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional Sam Meltzer.
“Parece que las cosas van a estar anormalmente secas durante el próximo par de meses”, dijo Meltzer, señalando que las tormentas que podrían terminar con el calor dependen de los patrones de viento que atraen aire húmedo desde el Golfo de California hacia Arizona, Nuevo México y Nevada.
“Pero eso no significa que no vayamos a tener actividad de tormentas eléctricas”, dijo Meltzer. “Solo puede que se retrase”.
Meltzer trabajó en Phoenix antes de mudarse el invierno pasado a Las Vegas. Señaló que mientras las temperaturas aumentaron el mes pasado en la zona de Phoenix, junio se mantuvo anormalmente fresco en el sur de Nevada.
La temperatura diurna oficial en el aeropuerto Harry Reid se mantuvo por debajo de 100° durante un récord de 294 días, antes de que las temperaturas alcanzaran los 102° el 30 de junio. El récord anterior de 290 días, de 1964 a 1965, se había mantenido durante 58 años.