Jeffrey Soffer
El urbanizador de Florid Jeffrey Soffer anunció sus planes para el Fontainebleau en 2005, el mismo año en que adquirió el emblemático hotel Fontainebleau de Miami Beach, construido en la década de 1950.
Se asoció con Glenn Schaeffer, exejecutivo de casinos, para construir el resort en el norte del Strip, que en aquel momento se describía en las noticias como un proyecto de 4 mil habitaciones y mil 500 millones de dólares.
El proyecto, de más de 60 pisos, empezó a construirse en 2007 –según los informes, su precio ascendía entonces a 2 mil 900 millones de dólares– y estaba previsto que abriera sus puertas en 2009. Pero el mercado inmobiliario no tardó en desplomarse y la economía cayó en picada.
En la primavera de 2009, los urbanizadores del Fontainebleau demandaron a varios bancos, alegando que prestamistas “sin escrúpulos” se habían echado atrás en su compromiso de financiar la construcción del complejo.
Sin los fondos adicionales, el proyecto “no podrá terminarse y nunca abrirá”, advirtieron los urbanizadores.
El complejo inacabado quebró a mediados de 2009, uno de los innumerables proyectos inmobiliarios del sur de Nevada que descarrilaron tras el estallido de la burbuja.
Carl Icahn
El multimillonario Carl Icahn compró el Fontainebleau a principios de 2010 por unos 150 millones de dólares.
“Ahora mismo hay bastante tormenta en Las Vegas”, dijo por aquel entonces. “Siempre nos ha gustado Las Vegas, pero probablemente se ha sobreedificado demasiado. Pero eso no significa que vaya a estar sobredimensionada para siempre. Tenemos la esperanza de que vuelva a salir el sol”.
Al final, Icahn no hizo gran cosa con el rascacielos teñido de azul.
Los operadores del Plaza, en el centro de Las Vegas, adquirieron muebles, alfombras y papel tapiz que estaban destinados al Fontainebleau. Años más tarde, Icahn accedió a envolver una sección oxidada de la estructura inacabada para cubrir el adefesio, según informes de prensa.
En el verano de 2017, con la economía de Las Vegas recuperándose de la recesión, Icahn vendió el Fontainebleau por 600 millones de dólares, el cuádruple de su precio de compra.
Steve Witkoff
El urbanizador Steve Witkoff se asoció con la inmobiliaria New Valley, filial de un fabricante de cigarrillos, para comprar a Icahn el paralizado rascacielos.
Witkoff no desveló ningún plan detallado al principio, pero dijo que el rascacielos era “uno de los mejores activos físicos del país” y un proyecto “bien diseñado y estructuralmente sólido”.
A principios de 2018, Witkoff y el gigante hotelero Marriott International anunciaron que el hotel-casino se llamaría ahora Drew Las Vegas y contaría con las marcas Edition y JW Marriott. Bautizó la propiedad con el nombre de su hijo Andrew, quien murió de una sobredosis de OxyContin en 2011 a los 22 años.
En una entrevista con Las Vegas Review-Journal en la primavera de 2019, Witkoff dijo que había escuchado “150 rumores desagradables” sobre el estado del edificio antes de comprarlo, incluyendo que se estaba cayendo, que los cables de cobre fueron robados y que fontaneros vertieron concreto en las tuberías.
En realidad, dijo, el proyecto estaba en “estado excepcional”.
En enero de 2020 declaró al Review-Journal que estaba a punto de obtener un préstamo para la construcción del Drew de unos 2 mil millones de dólares. Pero en marzo, mientras Las Vegas se paralizaba rápidamente por temor al brote del coronavirus, suspendió la construcción del proyecto.
Los contratistas presentaron embargos alegando facturas impagadas por su trabajo en el Drew, y varios exempleados demandaron a Witkoff, alegando que fueron despedidos del proyecto en medio de la pandemia y no se les pagó lo que exigían sus contratos.
A principios de 2021, Soffer volvió y adquirió la propiedad mediante una “escritura en lugar de ejecución hipotecaria”.
El corredor de bienes raíces de Las Vegas Michael Parks, especialista en hoteles-casino de CBRE Group, dijo en ese momento que una escritura en lugar de una ejecución hipotecaria se realiza normalmente porque una propiedad está en dificultades financieras y que tales transacciones son “más frecuentes en tiempos de agitación económica”.
Los nuevos propietarios se hicieron con el terreno con el rascacielos inacabado por 350 millones de dólares.
Jeffrey Soffer (de nuevo)
Soffer, presidente y director ejecutivo de Fontainebleau Development, se asoció con el ala inmobiliaria del conglomerado Koch Industries de Kansas para la adquisición.
Al principio, no ofrecieron detalles sobre sus planes para el sitio. Luego, en otoño de 2021, Soffer rebautizó el proyecto como Fontainebleau Las Vegas, dijo que la construcción estaba en marcha y fijó su apertura para el cuarto trimestre de 2023.
“Es una historia un poco loca, pero volví”, dijo en un encuentro con los medios.
Dijo al Review-Journal que, tras readquirir la propiedad, la recorrió por primera vez en más de una década y le pareció que nada había cambiado.
“Estaba tal y como lo dejamos”, afirmó.
En 2022, su equipo desveló los planes para el espacio de reuniones y convenciones del Fontainebleau y la zona comercial de lujo. Trabajadores también colocaron una valla publicitaria para el complejo que declaraba: “Los milagros aún ocurren”.
Más tarde, Soffer presentó un préstamo de 2 mil 200 millones de dólares para la construcción del megaresort, y en septiembre anunció que el Fontainebleau abrirá sus puertas el 13 de diciembre, casi dos décadas después de que anunciara el proyecto por primera vez.