Los tres tipos de anuncios son como peldaños de una escalera, dice Nick Novella, meteorólogo del Centro de Predicción Climática de la NOAA.
En el peldaño más bajo está la alerta de calor, con la posibilidad de que se produzca un episodio de calor excesivo en las próximas 24 a 72 horas. No se sabe si se producirá ni cuándo exactamente.
Un peldaño más arriba está el aviso de calor, cuando se espera que las condiciones sean “favorables para un episodio de calor”, dice Novella.
Los avisos se emiten en las 12 horas siguientes a la aparición de condiciones de calor peligrosas, cuando se prevé que los valores del índice de calor superen los 100 durante dos días y las temperaturas nocturnas no bajen de 75 grados.
El peldaño más alto de la escala son las advertencias de calor o las advertencias de calor excesivo.
“La advertencia de calor o advertencia de calor excesivo es la más grave”, dijo Novella. Las advertencias de calor indican que, en algún momento de las próximas 12 horas, los valores del índice de calor pueden alcanzar más de 105 grados y que las temperaturas nocturnas no bajarán de 75 grados.
El calor nocturno es peligroso, dijo Novella, señalando a Phoenix como ejemplo de una zona cuyas temperaturas nocturnas nunca bajaron de 95 grados.
“La mayoría de la gente tiende a preocuparse por las temperaturas diurnas porque son calurosas… El calor nocturno puede ser peligroso porque impide cualquier tipo de alivio de las altas temperaturas diurnas”, añade Novella.
Las temperaturas diurnas no son los únicos récords que se baten durante una ola de calor.
“Vemos que se baten récords de temperaturas mínimas tanto como de máximas diurnas”, dijo Novella. “Es importante que el público sepa que debe consultar la página de pronósticos del servicio meteorológico y la página de pronósticos locales para ver si se avecina un episodio de este tipo”.
El Dr. Ketan Patel, director médico del Departamento de Urgencias de Adultos del UMC, subraya la gravedad de los episodios de calor extremo.
“Cuando tienes extremos de calor, ese calor actúa como un factor estresante, y ese estrés puede desencadenar más cosas en aquellos pacientes que son más susceptibles a él”, dice Patel.
“El estrés como el calor, el frío extremo o cualquier otra cosa puede ser el desencadenante de infartos de miocardio, de un ictus, de una disminución de las funciones inmunitarias que resulte una enfermedad posterior”, añade Patel. “Hay que estar en sintonía con lo que uno siente y atraviesa para buscar atención pronto”.