El sistema ferroviario de alta velocidad Brightline West, con un presupuesto de 12 mil millones de dólares, está en vías de empezar a construirse a finales de este año, según un portavoz de la empresa.
Durante la mayor parte de la última década, los habitantes del sur de Nevada han escuchado que “pronto” se iniciará la construcción de varias versiones del proyecto de tren bala entre Las Vegas y el sur de California.
La semana pasada, Brightline y el Departamento de Transporte de Nevada solicitaron una subvención de hasta 3,750 millones de dólares del Programa de Asociación Federal-Estatal para la construcción del sistema, según explicó Ben Porritt, portavoz de Brightline. El dinero forma parte de la ley de infraestructuras de Estados Unidos.
El costo restante se pagaría con asignaciones de bonos de actividad privada exentos de impuestos de Nevada (800 millones de dólares) y California (2,400 millones de dólares), y capital privado.
“Los bonos de actividad privada no están respaldados por organismos gubernamentales, ni federales, ni estatales, ni locales”, explicó Porritt. “Están respaldados por los activos del proyecto y se venden a inversores privados y grandes entidades bancarias. Somos los mayores usuarios del país. Hemos vendido más de cuatro mil millones de dólares de ellos en el estado de Florida para ayudar a financiar Florida (el sistema ferroviario de alta velocidad)”.
Brightline también anunció recientemente múltiples acuerdos entre la empresa y los sindicatos que ayudarán a construir y gestionar el sistema.
Con toda la actividad reciente, parece más real que en años pasados que el proyecto llegue finalmente a buen puerto, según el comisionado del Condado Clark, Michael Naft.
“Llevamos toda la vida hablando del tren de alta velocidad al sur de California”, dijo Naft. “La Comisión del Tren de Alta Velocidad California-Nevada se creó hace más de 30 años y ha sido un trabajo en curso. Hasta el último par de años no ha llegado a ser tan emocionante como ahora”.
La línea ferroviaria de 218 millas conectaría a los pasajeros entre Las Vegas y Rancho Cucamonga en unas dos horas, según Brightline. Desde Rancho Cucamonga, los viajeros pueden continuar hasta el centro de Los Ángeles a través del Metrolink, lo que llevaría unos 40 minutos, según Porritt.
Está previsto construir otras estaciones en Hesperia y Apple Valley, en California.
El ferrocarril discurriría por la mediana de la carretera interestatal 15 en el 96 por ciento del trazado. Algunas partes en Nevada discurrirán por el lateral de los carriles en dirección norte de la interestatal, a medida que se acerque a la estación de Las Vegas.
“Tenemos acuerdos de derechos de paso con el Departamento de Transporte de Nevada y Caltrans para acceder a la I-15”, dijo Porritt. “Ese tramo del corredor nunca se habría usado para nada. No ambos estados generarán ingresos con nuestro arrendamiento. Y como parte de los costos del proyecto de 12 mil millones de dólares, vamos a mejorar la autopista I-15, con unos 800 millones de dólares de inversión. Son dólares que, de otro modo, habría tenido que pagar el propio estado”.
Porritt calcula que Brightline ya ha gastado alrededor de 600 millones de dólares para preparar la construcción del proyecto, lo que incluye las evaluaciones medioambientales realizadas.
“Hemos hecho todo el diseño y la ingeniería necesarios para poner una pala en el suelo”, Porritt. “En su mayor parte hemos terminado”.
El proyecto comenzaría a construirse a finales de este año, dependiendo de la decisión de la Administración Federal de Ferrocarriles sobre la evaluación medioambiental del proyecto. Se espera que llegue este verano.
“Creo que podría funcionar, porque va a haber una inversión privada significativa y un socio que ya ha hecho esto con éxito antes”, dijo Naft. “Ahora operan en Florida hasta Orlando”.