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La vida adulta en el autismo [Parte IV]

En los capítulos anteriores de esta serie especial de El Tiempo se abordaron distintos tópicos de interés sobre el autismo, desde saber en qué consiste, etapas, cómo detectar posibles casos de abuso, trabajo del Distrito Escolar del Condado Clark en las aulas de clases especiales y recursos accesibles en el estado de Nevada.

Este último capítulo de la serie será dedicado a la vida adulta de las personas con autismo y la transición por la que pasan jóvenes adolescentes con esta condición. Para abordar el tema, la señora Yolanda González, de origen colombiano, compartió con este medio de comunicación el aprendizaje de vida que ha tenido con su hijo Miguel Ángel, quien a los dos años y medio de edad fue diagnosticado con el espectro del autismo.

“Ahora y debido a que el espectro del autismo ha tomado tanto interés por la parte médica, los medios de comunicación se han encargado de darle la importancia que requiere y tomando en cuenta que el número de niños diagnosticados ha aumentado en forma alarmante, la intervención temprana es muy importante además de todos los servicios y recursos que ya conocemos en nuestra comunidad”, dijo González.

El hijo de Yolanda, Miguel Ángel, actualmente tiene 20 años de edad, comenzó la escuela elemental a los tres años y siguió su educación hasta graduarse de la preparatoria. “En realidad él solo recibió un par de años de servicios (para el autismo) porque a la edad de doce años le cancelaron todo argumentando que ya no calificaba para recibir más servicios, entonces decidimos buscar más alternativas en la parte académica y soporte emocional”, sentenció la madre colombiana.

Sobre la transición de adolescente a joven adulto, la señora González describió que ha sido muy difícil para su hijo y para la familia el que sea catalogado como un “adulto”, ya que considera que es complicado el entorno social.

“Necesita enfrentarse a una cruda realidad y una sociedad que todavía no está preparada para respetar y aceptar las diferentes condiciones de los seres humanos. Por todo esto mi llamado a la Inclusión y la concientización no debe ser solo el mes de abril sino todos los días del año.

Como padres de un joven diagnosticado con autismo tenemos que trabajar con sus habilidades sabiendo que todo tiene el doble de esfuerzo y persistir hasta lograr la meta. Yo estoy segura que con un buen entrenamiento mi hijo podría desarrollar un trabajo excelente porque tiene muchas aptitudes en ciertas áreas”, compartió González.

La madre de familia es clara en aseverar que se debe trabajar dando el apoyo y entrenamiento necesario a los adultos con autismo para que puedan ser independientes en todos los aspectos de su vida, aunque es consciente de que las opciones laborales son escasas.

“Las oportunidades de trabajo son mínimas, las organizaciones que están dispuestos a ofrecer trabajo son pocas y requieren que el aspirante haya cumplido con algún tipo de entrenamiento. Las empresas deberían dar una oportunidad a nuestros jóvenes, se podrían sorprender con los buenos resultados”, comentó González.

Previo a esta entrevista, Yolanda formuló una pregunta sobre si los adultos con autismo que ahora reciben un trato diferente al de un infante ¿en realidad son adultos emocionalmente?

“Si es muy controversial esta afirmación ‘son adultos porque ya cumplieron 18 años’, no lo creo. En un joven con autismo llegar a la etapa de adulto es relativo porque también depende su grado de funcionamiento. No podemos generalizar, cada caso es totalmente diferente y requiere un proceso individual”, consideró González.

Miguel Ángel actualmente continúa con sus clases de música en CSN, además de trabajar como voluntario en Nevada PEP, una organización que trabaja por la inclusión de las personas con condiciones diferentes.

Otra organización local que busca la inclusión es Opportunity Village, la cual trabaja a beneficio de adultos con discapacidades intelectuales con el objetivo de mejorar sus vidas y las de sus familiares. Así lo informó la coordinadora de actividades, Lorena Guifarro.

“Ayudamos a las personas a identificar sus habilidades para facilitar un trabajo dentro de la comunidad”, dijo Guifarro. Opportunity Village tiene varios programas como el Centro de Recursos para el Empleo, habilitación, artes escénicas, entre otros.

“Definitivamente se ha convertido en la experiencia más gratificante y desafiante. Aprender sobre nuestros individuos y cada una de sus diferencias. Al aumentar su independencia y aprender más habilidades para la vida, pueden desarrollar un estilo de vida favorable”, agregó Guifarro.

Esta organización no lucrativa está dedicada a ayudar a las personas a desarrollar sus habilidades mediante la capacitación vocacional, el empleo comunitario, los servicios diurnos, la defensa, las artes y la recreación social, los ciudadanos con discapacidades severas pueden encontrar nuevos amigos, realizar futuros trayectos profesionales, buscar la independencia y la integración comunitaria, además de desatar pasiones creativas.

Opportunity Village, fundado en 1954, ha crecido hasta convertirse en el programa de rehabilitación comunitario privado sin fines de lucro más grande de Nevada, atendiendo a casi 2,000 personas anualmente.

“Trabajar aquí me enseñó a reconocer a las personas con discapacidades como individuos con diferencias; la discapacidad no hace diferencia en nuestra manera de ser quienes somos”, concluyó Lorena Guifarro.

Para más información visite www.opportunityvillage.org

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