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La pregunta universal es: ¿Es sostenible el aprendizaje a distancia?

Con un mes de escuela virtual en los registros, el personal del Distrito Escolar del Condado Clark y las familias reportan experiencias muy variadas con el aprendizaje a distancia, pero tienen una pregunta unificadora en marcha: ¿Cuánto tiempo es sostenible este sistema para todas las partes involucradas?

Esta conversación en las aulas y salas de juntas marca un cambio desde el salto inicial para que los estudiantes se conecten a sus aulas virtuales, hasta el entendimiento de que el aprendizaje a distancia es un maratón (aquí para quedarse por lo menos los próximos dos meses) que debe ser factible hasta entonces.

“Me preocupa la sostenibilidad de este sistema, especialmente para los más pequeños que tienen dificultades para ver las pantallas durante largos periodos de tiempo mientras tienen que ser supervisados por sus padres”, mencionó la presidenta del consejo escolar, Lola Brooks, en una reunión el jueves. “Esto es muy difícil para los niños pequeños”.

“Mi preocupación es que tenemos niños de seis y siete años literalmente sentados frente a una computadora durante cuatro o cinco horas”, señaló el administrador, Chris Garvey. “Apenas conozco a ningún adulto que pueda hacer eso sin levantarse a tomar una taza de café… No estoy seguro de que sea así como vamos a mantener a las familias involucradas. Sigo recibiendo correos electrónicos de gente que afirma que no pueden seguir haciendo esto mucho más tiempo”.

Inscripción y asistencia

Según los números, el distrito escolar está reportando más compromiso ahora que durante el trimestre de primavera, cuando hasta 100 mil estudiantes estuvieron fuera del contacto semanal con los maestros.

Durante la primera y segunda semana de clases, el distrito reportó una tasa de asistencia del 88.7 y 90.3 por ciento, respectivamente, y ha promocionado la estadística de que el 99 por ciento de todos los estudiantes han estado presentes al menos una vez desde que comenzó la escuela.

Además, se ha contactado con el 95 por ciento de los estudiantes para informarles de sus necesidades tecnológicas, y de ellos, el 95 por ciento ha informado de que tienen acceso a dispositivos y el 96 por ciento están conectados a Internet, según una presentación del distrito, y la asociación comunitaria Connecting Kids Nevada estima que todavía quedan nueve mil 317 estudiantes por contactar.

El trabajo para encontrar a los estudiantes desaparecidos restantes está en curso, señaló Punam Mathur, director ejecutivo de la Elaine P. Wynn and Family Foundation. Ahora incluye no sólo los esfuerzos de puerta a puerta para encontrar a los estudiantes que han estado ausentes, sino también los esfuerzos para ayudar a los estudiantes que no se están conectando al sistema de gestión de aprendizaje Canvas de forma consistente, lo que sugiere que su conectividad puede no ser fiable.

“Incluso si ya saben qué hacer o están haciendo lo que sea necesario, si no tienen una conectividad fiable o un dispositivo para cada niño de la casa, deberían arreglarlo”, dijo Mathur.

De los estudiantes que aún faltan, los estudiantes afroamericanos e hispanos están desproporcionadamente representados, según Connecting Kids. Los datos de un día mostraron que los estudiantes afroamericanos representan el 15 por ciento de la población total del distrito, pero el 23.8 por ciento del número de estudiantes desaparecidos, mencionó Mathur, mientras que los estudiantes hispanos representan el 47 por ciento de la población del distrito y el 53 por ciento de los estudiantes no contactados.

La pobreza y las barreras del idioma son dos obstáculos para el compromiso, comentó Mathur, que Connecting Kids está tratando de combatir tocando puertas, ofreciendo una línea telefónica de ayuda en español y transmitiendo en medios de comunicación comunitarios.

En términos generales, Mathur dijo que el aprendizaje a distancia va mucho mejor que en la primavera, en particular con la participación de la comunidad en la asociación Connecting Kids.

“Nada es posible en el aprendizaje a distancia sin conectividad y un dispositivo”, agregó Mathur. “Pero en sí mismo, la conectividad y un dispositivo no se traduce en un verdadero compromiso”.

En el aula

Una vez superado el obstáculo de la tecnología, las familias caracterizan la enseñanza a distancia como una mezcla de cosas: bien para los estudiantes independientes pero una lucha para los estudiantes más jóvenes, y especialmente difícil para los hogares que tienen más de un horario escolar.

Los profesores, por su parte, dicen que se están adaptando al medio, pero que trabajan hasta tarde o durante el fin de semana para mantenerse al día, haciendo malabares con las lecciones para sus estudiantes y ayudando a sus propios hijos.

Rebecca Dirks García, presidenta de la Asociación de Padres y Maestros de Nevada y moderadora del grupo de padres del CCSD en Facebook, señaló que una de las peticiones constantes de los padres desde que comenzó el año escolar ha sido más flexibilidad en los horarios de sus hijos. Aunque algunas escuelas han escuchado y proporcionado, las adaptaciones no han sido universales, dijo.

“Aunque seamos un distrito, la experiencia es muy diferente según la escuela a la que asista su hijo. Obviamente, algunas familias se retiran debido a estos problemas y otras siguen compartiendo abiertamente que están considerando la posibilidad de no inscribirse de nuevo porque el sistema actual no es sostenible”, explicó García. “Sostenible es una palabra que surge mucho; está claro que tanto los profesores como las familias están agotados y no están seguros de cuántas semanas más podrán seguir el ritmo”.

Bárbara Vesci agregó que su hija de 11 años (que tiene problemas de aprendizaje y epilepsia) ha batallado para trabajar en un Chromebook durante las seis horas necesarias cada día, y ha salido con dolores de cabeza, mareos y aumento de las convulsiones. Vesci añadió que con su limitada fluidez técnica, no siempre puede ayudar a su hija a navegar por los diferentes programas requeridos en clase.

Espera revisar el Plan de Educación Individualizado de su hija para limitar el tiempo frente a la pantalla, dijo, y ofrecer una mezcla de diversas actividades en su lugar.

“No es sostenible. No voy a sacrificar su salud física y emocional”, aseveró Vesci. “No quiero estar llorando y peleando con mi hija todos los días”.

Allysha McLaughlin elaboró un horario codificado por colores para sus hijos estudiantes de primer y tercer grado a principios de año, y afirma que la familia se ha apegado a él. Como su hija mayor trabaja de forma independiente, dice que puede concentrarse en ayudar a su hijo de primer grado en sus lecciones virtuales.

Los paquetes de papel han ayudado a limitar el tiempo frente a la pantalla, dijo, y un incentivo al final del día como hacer burbujas ayuda a mantener a los niños en el camino de terminar su trabajo. Incluso ha habido beneficios imprevistos, como unas vacaciones familiares en las que los niños podían seguir el ritmo de su trabajo escolar virtualmente.

“Pero eso tiene un costo, todos los días preguntan cuándo podrán volver a la escuela real”, dijo. “Bueno, por ahora, esta es una escuela real. Para ellos ha sido difícil a ese nivel”.

Jessica Jones, una maestra de jardín de niños de la Primaria Hickey, dijo que el aprendizaje virtual va mejor para su clase, ya que encuentra formas innovadoras de enseñar a los que carecen de suministros en casa. ¿No hay lápices? ¿No hay papel? No hay problema; Jones dijo que pide a los estudiantes que hagan letras y números con lo que tengan a mano.

Pero la contrapartida es que Jones no puede ayudar a sus propios hijos con sus tareas escolares durante el día, dijo. A su hija de secundaria le va muy bien, señaló, mientras que su hija de primaria lucha por navegar la plataforma de forma independiente. Para cuando Jones termina su trabajo y puede ayudar, la niña lleva más de cinco horas en la computadora y tiene dolor de cabeza, cuatro semanas de las cuales han llevado a signos de depresión y problemas de concentración, aseveró.

“Me siento culpable porque no puedo ayudarla durante el día porque estoy enseñando”, comentó Jones. “Así que aunque suene horrible decir esto, siento que tengo que elegir mi clase en lugar de mi propia hija cuando se trata de esto”.

El profesor de la Preparatoria Spring Valley, William Hemberger, añadió que está tratando de encontrar el equilibrio adecuado entre asignar demasiado trabajo y demasiado poco, y que algunos estudiantes afirman sentirse abrumados. A su propia hija en edad de asistir a la primaria le va bien académicamente, afirmó, pero el aprendizaje a distancia ha minado parte de su motivación para ir a la escuela.

Una actividad que ha funcionado bien durante el aprendizaje a distancia, señaló, es un día dedicado a la organización, así como a las salas de descanso que permiten a los estudiantes la oportunidad de sentirse normales.

“Todos tratamos de hacer lo mejor que podemos en esta situación”, dijo.

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