La investigadora mexicana Norma Patricia Esparza trabajó en la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra hasta hace tres años, pues lleva dos presa en la cárcel de máxima seguridad de Orange County, en California, acusada de coparticipar en el homicidio del hombre que, asegura, la violó hace 20 años.
Las autoridades penitenciarias, destaca la web del periódico mexicano El Universal, la tratan como una persona altamente peligrosa. Fue detenida el 17 de octubre de 2012 en el aeropuerto Logan de Boston, donde haría una escala para asistir a una convención en Massachusetts. “Había una alerta de la fiscalía, había una orden de detención en mi contra por el asesinato de un hombre llamado Gonzalo Ramírez”, cita el medio a la mujer.
Ese era el mismo nombre de la persona que había abusado sexualmente de ella 20 años de atrás, en su dormitorio en el Pomona College, señala.
Esparza compartió en aquel entonces la dolorosa experiencia con Gianni Van, un exnovio de origen vietnamita. Según la investigación, Gianni Van y un grupo de amigos —Shannon Ray Gries y Diane Tran— golpearon al también mexicano Gustavo Ramírez hasta matarlo, publicó en su tiempo The Huffington Post.
Los involucrados han exonerado a la mujer de toda culpa, pero es una cómplice para las autoridades.
“La celda es tan pequeña que mi compañera y yo (otra mujer acusada de homicidio) nos turnamos para caminar. Es imposible estar paradas al mismo tiempo”, cita El Universal a la mujer de 42 años, que duerme en un delgado tapete de yoga puesto sobre una cama de metal.
Pese a que en 2013 se declaró inocente, la investigadora mexicana decidió después aceptar un acuerdo de culpabilidad para pasar siete años tras las rejas, y no cadena perpetua. El actual esposo de Patricia Esparza, Jorge Mancillas, sigue en Europa, recuperándose de cáncer, cuidando de la pequeña hija de ambos y trabajando para la defensa legal de su esposa con quien, asegura, el fiscal de Orange County, Michael Murray, se ensaña por ser mexicana.