La Iglesia católica mexicana convocó a todos los sectores sociales a comprometerse para combatir la inmoralidad, la impunidad, la corrupción y el cinismo que “tienen arrodillada a la sociedad y han cubierto de vergüenza al país”.
“Los remiendos ya no sirven de nada, los discursos oficiales llenos de falsedades e hipocresías sólo irritan a la sociedad”, advirtió la Iglesia en un editorial publicado este domingo en el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México.
Aseguró que la clase política se ha exhibido “indigna” y sus partidos se han mostrado “totalmente incompetentes” para tan grande tarea, y se cuestiona si la sociedad “será capaz de emprender esta tarea que parece imposible”.
La crítica clerical se suma a las expresiones de indignación que vive el país desde hace un mes por la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, a manos de fuerzas policiales vinculadas con el crimen organizado.
La Iglesia afirmó que los mexicanos carecen “de memoria histórica”, al recordar la matanzas de Acteal (Chiapas, 1997), Aguas Blancas (Guerrero, 1995) y San Fernando (Tamaulipas, 2011), donde fueron encontrados los cuerpos de decenas de inmigrantes víctimas del crimen organizado.
Señaló que todos esos sitios están ligados a “una memoria triste de asesinatos masivos, abuso de poder y, sobre todo, impunidad para los responsables e indiferencia al dolor de tantas familias.
La institución religiosa aseguró que todos los sectores, incluida ella misma, han permitido llegar a esta situación de desprecio de la vida humana y el imperio de la impunidad.
En particular, advirtió que el Estado ha tolerado una “corrupción sistemática” y los partidos que han hecho de la actividad política “lo más despreciable de la sociedad”.
La Iglesia afirmó que el conflicto que vive el país no se resuelva con “discursos vacíos sobre el Estado de Derecho”, ni con reacciones “hipócritas ante la impunidad y la corrupción”, ni siquiera con el ejercicio “indispensable” de la Justicia.
Asimismo, aseveró que México vive una “verdadera descomposición del tejido social” al que no escapa ningún sector y la gravedad de la crisis reclama un “replanteamiento profundo” de la moral, de las leyes y de la organización social y política del país.
No obstante, advirtió que México puede caer “más bajo”, si no se toman medias que rompan los criterios de la “conveniencia política y de sobrevivencia” que solo han frenado la indignación social y que, de no atenderse, puede traer “consecuencias irremediables”.
“No es demasiado tarde, aún podemos actuar”, afirmó la Iglesia.