La historia de Juana
Parece apenas ayer cuando los médicos les informaron a la pareja de jóvenes profesionales que Juana, su primera y única hija llegaría a endulzar sus vidas. Carlos y Alicia, -quienes prefirieron dejar sus apellidos bajo anonimato-, contaron en una entrevista exclusiva para el periódico El Tiempo, que por ocho años consecutivos lucharon para quedar en embarazo. “El milagro no se nos daba, por lo que decidimos recurrir a especialistas de inseminación artificial,” cuenta la pareja. Luego de cuatro años de tratamiento exhaustivo, llegó la alegría de toda pareja, su primera hija, Juana.
Según cuenta Alicia, Juana fue la alegría de todos. El embarazo transcurrió bien, sin ninguna complicación, “hasta muy rápido se pasaron los nueve meses porque el primer trimestre no sentí nada. Hasta le preguntaba al doctor si estaba seguro de mi embarazo, porque no sentía nada,” recuerda Alicia.
Así llegó Juana, en medio de un núcleo familiar amoroso, lleno de alegría y expectativa por su llegada. “Juana tuvo una niñez maravillosa, era una niña feliz, quien sonreía a cada minuto. Su sonrisa y sus ojos alegraba a todos”, cuenta su madre. Sus padres, trabajaban duro para darle gusto en todo, ya que Juana era una niña “sumamente inteligente y aplicada, lograron brindarle la mejor educación en una escuela privada. Todo parecía ir a perfección hasta que sus padres notaron un cambio radical en su hija de 13 años de edad.
Repentinamente, el estado de ánimo de Juana cambió. Al madurar y pasar de la niñez a la adolescencia, Juana empezó a sufrir profundamente. Su sonrisa, ya no era común y aquella felicidad que irradiaba se había esfumado. Juana estaba sufriendo un desbalance hormonal que la sumía en una depresión intensa.
En este momento comenzó el calvario de Juana y su familia. Según cuenta su madre, Juana no tenía un motivo específico por el cual sufrir o deprimirse. No había nada que estuviera causando esto. Era una niña hermosa, inteligente, querida por todos, pero simplemente algo le impedía ser feliz. Jamás estaba tranquila, y cualquier situación deshataba aún más su depresión y tristeza.
Juana tuvo la fortuna de contar con los medios y el apoyo de sus padres para tratar aquel cuadro de depresión y bipolaridad que según los médicos la joven presentaba. Juana fue tratada con medicina. “El primer año funcionó de maravilla. Juana volvió a ser aquella niña que todos extrañábamos. El primer mes y medio fue un poco duro porque las medicinas le causaban sueño, pero después de unas semanas, el tratamiento funcionó maravillosamente,” cuenta el padre de Juana conteniendo sus lágrimas.
Exactamente, después de un año, el problema volvió. Y según cuentan sus padres, se quedó para siempre. A Juana le diagnosticaron una depresión aguda, fue tratada varias veces con anti depresivos, pero jamás logró vencer esa enfermedad. “Se iba y volvía. A veces estaba bien, feliz, estable, llena de vida, a veces parecía muerta en vida. Perdía mucho peso, a veces dormía todo el día y a veces no cerraba los ojos, parecía haber perdido su vida. Cualquier problema por pequeño que fuera, para ella era en fin del mundo y no le encontraba sentido a la vida,” cuentan sus padres.
Así fue como Juana luchó contra la depresión toda su vida. Había épocas en las que estaba bien, y épocas en las que no. “Se iba y volvía como un espíritu que la atormentaba cada que quería. La depresión consumía a Juana en su totalidad. Los médicos nos decían que podía ser consecuencia de que Juana no se estuviera tomando sus medicinas. Pero yo era testigo que lo hacía,” cuenta Alicia.
Juana, quien siempre contó con el apoyo de su familia y amigos, logró terminar su escuela secundaria y le propuso a sus padres irse a estudiar al exterior. La pareja accedió con la condición de que Juana siguiera su tratamiento. Así fue como la joven en medio de altos y bajos terminó su carrera de Ciencias Políticas, de manera brillante y con honores. “Las cosas seguían igual, momentos buenos y momentos malos, pero pensábamos que todo estaba bien, dentro de lo que cabía, hasta que entró la llamada,” cuenta su madre.
Según cuentan los padres de Juana, ella tenía planeado volver a su ciudad pero esta vez acompañada de su futuro esposo. Días antes, el prometido de Juana, le dijo que no estaba listo para casarse y empezar una familia con ella. Por lo cual se dio por terminada la relación. Aunque todos sabíamos que le afectaría, pensamos que Juana lo había tomado de manera estable pero no fue así. Días antes de viajar, la joven se comunicó con su mejor amiga, le comentó lo triste que estaba. “Todos conocíamos a Juana, pero jamás llegamos a pensar que se quitaría la vida. Nos tomó completamente por sorpresa,” dijeron los padres en medio de llanto, con una foto de su única hija en las manos.
La Psicóloga Sandra Morel otorgó una entrevista exclusiva para El Tiempo donde compartió su conocimiento entorno a este tema el cual es una problemática que ha venido afectando a muchos jóvenes de nuestra comunidad.
“La depresión es una condición médica que puede causar una gran variedad de síntomas psicológicos y físicos y puede tener consecuencias graves. La depresión en los adolescentes no se diagnostica con frecuencia porque los síntomas son difíciles de reconocer. La depresión es diferente a una tristeza ocasional o melancolía porque se manifiesta por un tiempo prolongado y a menudo interfiere con la habilidad del joven para relacionarse con sus padres y amistades”, dijo Morel en una entrevista con el periódico El Tiempo.
Las causas que provocan la depresión pueden ser variadas y van desde problemas familiares, personales o incluso por relaciones fallidas con la pareja. Según el relato de la psicólogo, el romper con su pareja fue lo que llevó a Juana a tomar esta decisión.
“La depresión no tiene una causa única, puede afectar a un adolescente por cualquier número de razones que pueden incluir el proceso normal de maduración, la influencia de las hormonas sexuales y los conflictos con los padres. El comportamiento depresivo también puede ser desencadenado por un acontecimiento de proporciones inquietantes, como la pérdida de un familiar o amigo, el terminar con una novia o novio, o incluso el fracaso escolar”, dijo Morel.
“Los adolescentes pueden ser peculiares en el comportamiento, a veces es difícil saber exactamente lo que el adolescente está pensando y sintiendo. Vigilar el comportamiento de un adolescente es fundamental por parte de los padres o tutores. Lo mejor que un padre o tutor puede hacer es hablar con sus hijos adolescentes de forma regular. Por supuesto, para algunos jóvenes, esto podría ser visto como una invasión de la privacidad” aseveró.
El apoyo de los miembros de la familia es fundamental para que un adolescente logre alcanzar sus metas académicas y personales, además de buscar que siempre tenga alguna actividad recreativa.
“La familia tiene un rol importante durante la adolescencia, porque el adolescente está experimentando cambios físicos, emocionales y cognitativos como parte de su crecimiento, necesita estabilidad en su hogar y apoyo emocional para manejar mejor los cambios que tendrá que enfrentar durante esta etapa de crecimiento”.
Según comentó la psicóloga, el tratamiento eficaz para un adolescente puede ser psicoterapia, medicamentos, cambios en el estilo de vida, un programa en una instalación de tratamiento o alguna combinación de todo. Al igual que el tratamiento de cualquier persona con depresión, no será un proceso que se resuelve rápidamente en la mayoría de los casos.
Es necesario que los padres estén cerca de sus hijos y reconozcan cuando tengan este problema, un adolescente puede recaer en depresión aún cuando ya haya superado alguna situación similar. Por último la psicóloga Sandra envía un mensaje para los lectores de El Tiempo.
“La depresión en los adolescentes es muy perjudicial si no se trata, por lo tanto no espere que los síntomas desaparezcan, busque ayuda. Esta problemática NO es un signo de mala crianza o que su niño es malo. Lo más importante es conseguir la ayuda profesional que los adolescentes necesitan”, finalizó Sandra Morel quién puede asesorar a la comunidad mediante el sitio web www.bluelotuscounselingservices.com
Espere la segunda parte de esta historia en la siguiente edición de El Tiempo, el viernes, 3 de julio del 2014.
Alerta a los síntomas
Los padres, tutores o familiares deben estar muy atentos ante la presencia de determinados síntomas de la depresión como los siguientes:
– Cansancio permanente y falta de energía.
– Dificultad para la concentración.
– Cambios en el apetito. Lo general es que disminuya pero también hay ocasiones en que aumenta.
– Irritabilidad.
– Pérdida del interés por actividades con las que antes se disfrutaba.
– Sentimientos de desprecio hacia uno mismo.
– Tristeza.
– Pensamientos sobre la muerte o suicidio.
– Alteraciones del sueño.
– Disminución del rendimiento escolar.
– Aparición de actitudes desafiantes.
– Distanciamiento del grupo de amigos.
– Consumo de alcohol o drogas