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La conductora del accidente que mató a 3 adolescentes de Las Vegas parecía “más que intoxicada”

SANTA ANA, Calif. — Los fiscales pueden probar que Bani Duarte conducía borracha el año pasado cuando causó un fuerte choque que mató a tres adolescentes de Las Vegas e hirió a un cuarto, admitió su abogado el miércoles.

“Van a escuchar que estas cuatro personas inocentes estaban sentadas en un semáforo en rojo, obedeciendo todas las leyes de tránsito, cuando de repente…”, le dijo el abogado Justin Glenn al jurado, y al momento de chasquear sus dedos, continuó, “fueron arrebatados de sus familias, eso no está en cuestión”.

Pero, menciona Glenn durante su declaración de apertura en el juicio de Duarte, los fiscales no podrán probar que sus crímenes equivalen a asesinatos.

El miércoles marcó el primer día de testimonios sobre el juicio, que se espera dure una semana.

Duarte, de 28 años, se declaró inocente en agosto del año pasado de tres cargos de asesinato en segundo grado y un cargo de conducir bajo la influencia del alcohol que causó lesiones.

Los estudiantes de Centennial High School, Dylan Mack, de 18 años, Brooke Hawley, de 17 años, y Albert “A.J.” Rossi, de 17 años, estaban visitando Huntington Beach para las vacaciones de primavera cuando fueron asesinados en el accidente del 29 de marzo de 2018 en la Pacific Coast Highway. Un cuarto estudiante, Alexis Vargas, sobrevivió pero fue hospitalizado con quemaduras y una conmoción cerebral.

La llamada al 911 llegó justo antes de la 1:10 a.m. de tres hombres que habían estado siguiendo a Duarte después de notar su aparente conducción imprudente. Los testigos le informaron a la policía que vieron a Duarte chocar contra una acera al girar a la izquierda en Pacific Coast Highway, minutos antes del accidente fatal.

Los testigos revelaron que le preguntaron a la acusada si necesitaba un aventón después de salir de su vehículo para verificar el daño. Pero cuando los hombres estaban hablando por teléfono con un despachador del 911, Duarte volvió a su vehículo y salió a toda velocidad.

“Eructando, tambaleándose”

“Describieron su apariencia como más que intoxicada”, agregó el fiscal adjunto del Condado de Orange, Daniel Feldman, en su declaración de apertura. “hablando mal, eructando y tambaleándose”.

La evidencia y el testimonio de tres oficiales revelaron el miércoles que después del accidente inicial, Duarte continuó dirigiéndose hacia el norte por Pacific Coast Highway hasta que se estrelló contra la parte trasera del Toyota Corolla rojo de los adolescentes, el cual estaba detenido frente a un semáforo en rojo. El automóvil fue lanzado hacia la intersección y se impactó contra un poste antes de estallar en llamas.

Feldman reprodujo una parte de la llamada al 911.

“¡Acaba de chocar con un auto!”, gritó uno de los hombres. “¡Uno de los autos está en llamas!”

El sargento del departamento de policía de Huntington Beach. Joshua Page, el investigador principal asignado al caso, testificó que los datos recuperados de su vehículo mostraron que el pie de Duarte todavía estaba en el pedal del acelerador al momento del choque. Ella viajaba tan rápido como a 78 mph medio segundo antes del choque y en ningún momento en los minutos previos a la colisión presionó el pedal del freno, recalcó.

“La defensa reconoce que podrán demostrar que estaba bajo la influencia”, aseveró Glenn, el abogado defensor, al jurado. “Es la posición de la defensa que, cuando todo esté dicho y hecho, Feldman se quedará corto. No va a probar todos los elementos de asesinato”.

Eso es porque, dijo, después de que Duarte fue arrestada bajo sospecha de delito menor de conducción bajo la influencia de sustancias (DUI, por su sigla en inglés) en junio de 2016, los agentes no le emitieron una advertencia formal, requerida en California, conocida como una advertencia Watson.

Dicha advertencia habría informado a Duarte de que si ella mataba a alguien mientras conducía bajo la influencia, no podría afirmar que no entendía las consecuencias, incluso enfrentar un cargo de asesinato en segundo grado.

“¿Alguien acaba de morir?”

Mientras tanto, las secuelas inmediatas del accidente fueron capturadas por la cámara corporal del oficial de policía de Huntington Beach, Daniel Kim.

Kim, quien testificó el miércoles, fue uno de los primeros oficiales en llegar a la escena.

Al comienzo del video de aproximadamente una hora de duración, Duarte, todavía sentada dentro de su vehículo y aparentemente inconsciente de la gravedad del accidente, le preguntó al oficial: “¿Alguien acaba de morir? ¿Qué pasó?”

Más tarde, los investigadores determinaron que Duarte acababa de salir de un bar de Newport Beach y estaba tratando de llegar a casa cuando ocurrió el accidente.

Durante la reproducción del video, Duarte, de San Clemente, California, permaneció sentada en su asiento en la sala del tribunal. La recepcionista y madre de cuatro hijos ha estado arrestada (por segunda vez) desde fines de abril de 2018 después de que los investigadores obtuvieron más evidencia y descubrieron que “posiblemente tenía la intención de huir del país para evitar el enjuiciamiento”.

Para entonces, había quedado en libertad bajo pago de fianza de 100 mil dólares por semanas.

El resto de las imágenes de la cámara corporal reproducidas el miércoles en la corte, mostraron a otro oficial de policía de Huntington Beach que intentaba realizar una prueba de sobriedad en el campo con Duarte, quien por momentos se mostraba cooperativa y otras veces parecía ser combativa y estar confundida por las instrucciones y preguntas del oficial.

“Solo quiero irme a casa, todo lo que tienes que hacer es dejarme allí y es todo”, le dijo Duarte a un oficial, balanceándose de un lado a otro con sus palabras arrastradas. “¿Puedes hacer eso?”

El video terminó con Duarte colocada en la parte trasera de una patrulla.

“Oye, hazme un favor y ponte de pie”, le pidió el oficial a Duarte, quien, para ese momento, estaba sentada en la acera.

“¿Por qué, iré a la cárcel?”, preguntó.

“Sí, irás”, respondió el oficial. “Estás bajo arresto por conducción bajo la influencia de sustancias”.

Cuando esposaron a Duarte, ella gritó: “¡Pero no estoy conduciendo!”.

Las familias de las víctimas declinaron hacer comentarios el miércoles, pero la madre de Dylan, Renee Mack, dijo previamente en un velorio en Las Vegas para los adolescentes que “Dylan no murió en vano, A.J. no murió en vano, y Brooke no murió en vano, porque habrá justicia para ellos”.

El juicio se reanudará el jueves por la mañana. El juez Gary Paer, en un movimiento inusual, se ha negado a permitir cámaras dentro de la sala del tribunal a la espera de un veredicto, alegando preocupación por la seguridad del acusado.

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