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Rusia golpea el este de Ucrania mientras Occidente promete a Kiev nuevas armas

TORETSK, Ucrania.- Rusia golpeó el martes el este de Ucrania mientras el secretario de Defensa de Estados Unidos prometía “seguir moviendo cielo y tierra” para conseguirle a Kiev las armas que necesita para repeler la nueva ofensiva, incluso cuando Moscú advirtió que ese apoyo corría el riesgo de ampliar la guerra.

Tras dos meses de devastador conflicto, las armas occidentales ya han ayudado a Ucrania a detener la invasión rusa, pero sus dirigentes han dicho que necesitan más apoyo rápidamente.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que la ayuda estaba en camino, al convocar una reunión de funcionarios de unos 40 países en la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania, para prometer más armas. Alemania anunció que había despejado el camino para la entrega de cañones antiaéreos Gepard a Ucrania.

“Esta reunión refleja el mundo galvanizado”, dijo Austin en su discurso de apertura. Añadió que quería que los funcionarios salieran de la reunión “con un entendimiento común y transparente de las necesidades de seguridad a corto plazo de Ucrania, porque vamos a seguir moviendo cielo y tierra para poder satisfacerlas”.

Después de que la feroz defensa de las fuerzas ucranianas frustrara el intento de Rusia de tomar la capital de Ucrania al principio de la guerra, Moscú dice ahora que su objetivo es el Donbás, la región industrial del este de Ucrania, de mayoría rusófona. Este movimiento ya está teniendo un efecto devastador sobre los civiles atrapados en el conflicto.

En la pequeña ciudad de Toretsk, los residentes luchan por sobrevivir, recogiendo agua de lluvia para limpiar y lavar y esperando fervientemente el fin de los combates.

“Es malo. Muy malo. Sin esperanza”, dijo Andriy Cheromushkin. “Te sientes tan impotente que no sabes lo que debes o no debes hacer. Porque si quieres hacer algo, necesitas dinero; y ahora no hay dinero”.

Con la batalla potencialmente crucial por el Donbás en marcha, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN se esfuerzan por llevar artillería y otro armamento pesado a esa zona a tiempo para marcar la diferencia.

La ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, dijo que su gobierno decidió el lunes autorizar la entrega de cañones antiaéreos autopropulsados Gepard a Ucrania, aunque no dio detalles. El canciller alemán Olaf Scholz se ha enfrentado a una creciente presión, incluso desde dentro de su coalición de gobierno, para que apruebe el envío de armas pesadas, como tanques y otros vehículos blindados, a Ucrania.

Austin también señaló el martes que más de 30 aliados y socios se han unido a Estados Unidos en el envío de ayuda de seguridad a Ucrania y que se han comprometido a enviar equipos por valor de más de cinco mil millones de dólares.

La reunión en Alemania se produce después de que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, advirtiera en la televisión rusa que las armas suministradas por los países occidentales “serán un objetivo legítimo”, y acusara a la OTAN de “echar aceite al fuego” con su apoyo a Ucrania, según una transcripción en el sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

Lavrov también advirtió del peligro de provocar la Tercera Guerra Mundial y dijo que la amenaza de un conflicto nuclear “no debe subestimarse”.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha citado la expansión de la OTAN y el riesgo de que Kiev se una a la alianza como razones para su invasión.

El ministro de las Fuerzas Armadas de Reino Unido, James Heappey, rechazó las acusaciones de Lavrov sobre la agresión de la OTAN y las calificó de “absurdas”.

Dijo que “la razón por la que hay una guerra en Ucrania ahora mismo es porque Rusia traspasó las fronteras de un país soberano y empezó a invadir su territorio”.

Heappey también dijo que Rusia estaba tomando decisiones militares “poco acertadas” y cediendo ventajas tácticas debido al deseo de Putin de asegurarse algún tipo de victoria para el 9 de mayo, cuando Rusia conmemora su victoria en la Segunda Guerra Mundial.

En medio de las conversaciones sobre el envío de armas, también continuaron los esfuerzos diplomáticos para buscar el fin de los combates. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, se reunió con Lavrov el martes y volvió a llamar a un alto el fuego. El jefe de la ONU tiene previsto reunirse con Putin más tarde.

En otro lugar, el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, visitó la central nuclear de Chernóbil para entregar equipos, realizar evaluaciones radiológicas y restablecer los sistemas de vigilancia de las salvaguardias, después de que tanques y tropas removieran allí el suelo altamente contaminado en las primeras horas de la invasión rusa de febrero. Su visita se produce en el aniversario de la catástrofe de la central en 1986, el peor accidente nuclear del mundo.

En su más reciente evaluación de los combates, el Ministerio de Defensa británico reportó los avances rusos y los intensos combates en la región de Donbás, con la caída de una ciudad, Kreminna, tras días de combates callejeros.

El Estado Mayor ucraniano dijo que las fuerzas rusas bombardearon Kharkiv, la segunda ciudad más grande del país, que se encuentra fuera del Donbás, pero que ha sufrido importantes ataques, ya que Moscú busca el control total de la región. Las fuerzas ucranianas contraatacaron en la región de Kherson, en el sur.

Un alto funcionario ruso dijo que el objetivo de Rusia es el control total del este y el sur de Ucrania, lo que le daría una franja de tierra que se encuentra entre Rusia y Crimea, que Moscú tomó en 2014.

Cuatro personas murieron y otras nueve resultaron heridas el lunes en el bombardeo ruso de la región de Donetsk, en el Donbás, según dijo su gobernador Pavlo Kyrylenko en Telegram. Dijo que entre los muertos había una niña de nueve años y un niño de 14.

El ayuntamiento y el alcalde de Mariupol dijeron que se había identificado una nueva fosa común a unos 10 kilómetros (seis millas) al norte de la ciudad portuaria, que es clave en la batalla del Donbás. El alcalde Vadym Boychenko dijo que las autoridades estaban tratando de calcular el número de víctimas. Se trata de al menos la tercera fosa común nueva descubierta en las zonas controladas por Rusia cerca de Mariupol en la última semana.

Mariupol ha sido destruida por los bombardeos y los feroces combates callejeros de los últimos dos meses. La toma de la ciudad por parte de Rusia, en la que se calcula que se refugian unos dos mil soldados ucranianos y unos mil civiles en una extensa planta siderúrgica, privaría a Ucrania de un puerto vital, ayudaría a completar el corredor terrestre hacia Crimea y liberaría a las tropas para que se desplegaran en otros lugares del Donbás.

Gran Bretaña dijo que cree que 15 mil soldados rusos han muerto en Ucrania desde que comenzó la invasión rusa, muy por encima de las 1,351 muertes reconocidas por Moscú. El secretario de Defensa, Ben Wallace, dijo que el 25 por ciento de las unidades de combate rusas enviadas a Ucrania “no han sido eficaces en el combate”.

Funcionarios ucranianos han dicho que hasta mediados de abril habían muerto entre 2,500 y tres mil soldados ucranianos.

Occidente espera que el aumento de los suministros de armas ayude a los combatientes restantes a repeler la invasión rusa.

Al inaugurar la reunión en Alemania, Austin trató de tranquilizar a Kiev: “Sabemos, y deben saber, que todos nosotros los estamos respaldando y por eso estamos hoy aquí: para reforzar el arsenal de la democracia ucraniana”.

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