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Rusia dice que se reducirá cerca de Kiev mientras avanzan las conversaciones

KIEV, Ucrania.- El ejército de Rusia anunció el martes que reducirá “fundamentalmente” sus operaciones cerca de la capital de Ucrania y de una ciudad del norte, mientras las conversaciones hacían prever un posible acuerdo para poner fin a la despiadada guerra.

El viceministro de Defensa, Alexander Fomin, dijo que la medida pretendía aumentar la confianza en las conversaciones, después de que varias rondas de negociaciones no consiguieran detener lo que se ha convertido en una sangrienta campaña de desgaste.

Aunque Rusia presentó la medida como un gesto de buena voluntad, se produce en un momento en que las tropas del Kremlin se han empantanado ante la dura resistencia ucraniana que ha frustrado las esperanzas del presidente Vladimir Putin de lograr una rápida victoria militar.

Fomin dijo que Moscú había decidido “reducir fundamentalmente… la actividad militar en dirección a Kiev y Chernihiv” para “aumentar la confianza mutua y crear condiciones para nuevas negociaciones”. No detalló inmediatamente lo que eso significaría en términos prácticos.

El ejército ucraniano declaró que había observado la retirada de algunas fuerzas en los alrededores de Kiev y Chernihiv. El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo a CNN que “no hemos visto nada que corrobore” los reportes de que Rusia ha retirado fuerzas significativas de los alrededores de Kiev. “Pero lo que hemos visto en los dos últimos días es que han dejado de intentar avanzar sobre Kiev”.

Rob Lee, experto militar del Instituto de Investigación de Política Exterior, con sede en Estados Unidos, tuiteó: “Esto parece más bien un reconocimiento de la situación en torno a Kiev, donde el avance de Rusia lleva semanas estancado y las fuerzas ucranianas han tenido éxitos recientes. Rusia no tiene fuerzas para rodear la ciudad”.

Los negociadores de Rusia y Ucrania se reunieron el martes en Estambul, sus primeras conversaciones cara a cara en dos semanas. Las conversaciones anteriores, celebradas en persona en Bielorrusia o por video, no lograron ningún avance para poner fin a la guerra de más de un mes de duración que ha matado a miles de personas y ha expulsado a más de 10 millones de ucranianos de sus hogares, incluidos casi cuatro millones que han huido del país.

Fomin sugirió que había habido avances el martes, diciendo que “las negociaciones para preparar un acuerdo sobre la neutralidad y el estatus no nuclear de Ucrania, así como para dar a Ucrania garantías de seguridad, están pasando a ser cuestiones prácticas”.

El equipo de Ucrania, por su parte, estableció un marco detallado para un acuerdo de paz según el cual el país seguiría siendo neutral, pero su seguridad estaría garantizada por un grupo de terceros países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Turquía, China y Polonia, en un acuerdo similar al principio de la OTAN de que “un ataque a uno es un ataque a todos”.

Ucrania dijo que también estaría dispuesta a mantener conversaciones durante un periodo de 15 años sobre el futuro de la península de Crimea, que fue tomada por Rusia en 2014, y que ambos países acordarían no usar sus fuerzas armadas para resolver la cuestión mientras tanto.

La opinión de Rusia sobre las propuestas no quedó clara de inmediato.

El ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, declaró que las conversaciones habían logrado avances “significativos” y que ambas partes habían alcanzado “un consenso y un entendimiento común” en algunas cuestiones.

Dijo que a la reunión le seguiría otra entre los ministros de Asuntos Exteriores ruso y ucraniano en un momento no especificado. También está “en la agenda” una reunión entre los presidentes ruso y ucraniano.

Moscú ha exigido, entre otras cosas, que Ucrania abandone cualquier esperanza de ingresar en la alianza de la OTAN, que considera una amenaza.

Antes de las conversaciones, el presidente Volodymyr Zelenskyy dijo que su país estaba dispuesto a declarar su neutralidad. Zelenskyy también dijo que estaba abierto a un compromiso sobre el Donbás, la región de habla predominantemente rusa donde los rebeldes respaldados por Moscú llevan ocho años librando una guerra separatista.

Sin embargo, mientras los negociadores se reunían en Estambul, las fuerzas rusas atacaron un depósito de petróleo en el oeste de Ucrania a última hora del lunes y abrieron un enorme agujero el martes por la mañana en un edificio administrativo gubernamental de nueve pisos en la ciudad portuaria de Mykolaiv, al sur del país. Al menos siete personas murieron en ese ataque, dijo Zelenskyy.

“Es terrible. Esperaron a que la gente fuera a trabajar” antes de atacar el edificio, dijo el gobernador regional Vitaliy Kim. “Me quedé dormido. Tuve suerte”.

En otros acontecimientos:

- El jefe de la agencia de vigilancia nuclear de la ONU llegó a Ucrania para intentar garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares del país. Las fuerzas rusas tomaron el control de la planta clausurada de Chernóbil, sitio en 1986 del peor accidente nuclear del mundo, y de la planta activa de Zaporizhzhia, donde un edificio resultó dañado en los combates.

- Rusia ha destruido más de 60 edificios religiosos en todo el país en poco más de un mes de guerra, y la mayoría de los daños se han concentrado cerca de Kiev y en el este, según el ejército ucraniano.

- Bloomberg anunció que suspendió sus operaciones en Rusia y Bielorrusia. Los clientes de ambos países no podrán acceder a ningún producto financiero de Bloomberg, dijo.

- En la sala de las conversaciones de Estambul estaba Roman Abramovich, un viejo aliado de Putin que fue sancionado por Gran Bretaña y la Unión Europea. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el propietario del equipo de fútbol Chelsea actuó como mediador no oficial aprobado por ambos países. Pero el misterio sobre su rol se ha profundizado al reportarse que pudo haber sido envenenado durante una ronda anterior de conversaciones.

En los combates, que se han convertido en un punto muerto de ida y vuelta, las fuerzas ucranianas retomaron Irpin, un suburbio clave al noroeste de la capital, Kiev, dijo Zelenskyy a última hora del lunes. Pero advirtió que las tropas rusas se estaban reagrupando para volver a tomarse la zona.

Las fuerzas ucranianas también recuperaron el control de Trostyanets, al sur de Sumy, en el noreste, tras semanas de ocupación rusa que dejaron un paisaje devastado.

Al llegar a la ciudad el lunes, poco después, The Associated Press vio los cadáveres de dos soldados rusos en el bosque, y tanques rusos quemados. Una “Z” roja marcaba un camión ruso, con el parabrisas agrietado, cerca de cajas apiladas de munición. Las fuerzas ucranianas, encima de un tanque, exhibían letreros de victoria. Los residentes, aturdidos, hacían fila entre los edificios carbonizados en busca de ayuda.

No estaba claro adónde fueron las tropas rusas ni bajo qué circunstancias huyeron.

Las fuerzas terrestres de Putin se han visto frustradas no solo por una resistencia ucraniana más fuerte de lo esperado, sino por lo que, según los funcionarios occidentales, son errores tácticos rusos, falta de moral, escasez de alimentos, combustible y equipo para el clima frío, y otros problemas.

Reforzando lo dicho por los militares la semana pasada, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo el martes que “liberar Donbás” es ahora el “objetivo principal” de Moscú.

Si bien esto supone una posible estrategia de salida para Putin, también ha suscitado los temores ucranianos de que el Kremlin pretenda dividir el país y obligarlo a ceder una franja de su territorio.

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