KYIV, Ucrania.- Rusia presionó el jueves para que Occidente levante las sanciones impuestas a causa de su guerra en Ucrania, alegando sin pruebas que las medidas punitivas están impidiendo que millones de toneladas de grano y otros productos agrícolas salgan de los puertos ucranianos, exacerbando una crisis alimentaria mundial.
Ucrania es uno de los mayores exportadores mundiales de trigo, maíz y aceite de girasol, pero la guerra, incluido el bloqueo ruso de sus puertos, ha impedido que la mayoría de esos productos salgan del país, poniendo en peligro el suministro mundial de alimentos.
Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, trató el jueves de trasladar la culpa a las sanciones occidentales. “Acusamos a los países occidentales de llevar a cabo una serie de acciones ilegales que han conducido al bloqueo”.
Los funcionarios occidentales han rechazado las afirmaciones de Rusia de que las sanciones son las responsables. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, señaló esta semana que los alimentos, los fertilizantes y las semillas están exentos de las sanciones impuestas por Estados Unidos y muchos otros países, y que Washington está trabajando para garantizar que los países sepan que el flujo de esas mercancías no debe verse afectado.
Con la guerra entrando en su cuarto mes, los líderes mundiales intensificaron sus llamados a la búsqueda de soluciones esta semana.
“Esta crisis alimentaria es real, y debemos encontrar soluciones”, dijo el miércoles la directora general de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, en la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. “Si no encontramos soluciones, por supuesto los países que sufrirán serán los más pobres del mundo”.
Dijo que actualmente hay unas 25 millones de toneladas de grano ucraniano almacenadas y que otros 25 millones de toneladas podrían cosecharse el mes que viene.
El Ministerio de Defensa ruso propuso el miércoles abrir un corredor para que los barcos extranjeros puedan salir de los puertos del Mar Negro y otro para que los barcos puedan salir de Mariupol, en el Mar de Azov. Pero Rusia dijo que el puerto de Mariupol, en particular, tenía que ser limpiado de minas primero. Ucrania expresó su escepticismo sobre esta propuesta.
En su intervención en Davos, Suiza, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, dijo que Ucrania estaba dispuesta a acordar, en principio, corredores seguros, pero que no estaba segura de poder confiar en que Rusia cumpliera cualquier acuerdo.
La cuestión, dijo, era “cómo garantizar que en el momento en que creemos este paso seguro y se desmine la entrada al puerto, cómo asegurarse de que por la noche o por la mañana temprano, Rusia no violará el acuerdo sobre el paso seguro y sus buques militares no se colarán en el puerto y atacarán Odesa”.
Los países europeos han intentado aliviar la crisis sacando el grano del país por ferrocarril, pero los trenes solo pueden transportar una pequeña fracción de lo que produce Ucrania, y se necesitan barcos para realizar la mayor parte de las exportaciones.
Mijail Mizintsev, que dirige el Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia, dijo que 70 buques extranjeros de 16 países se encuentran ahora en seis puertos del Mar Negro, incluidos Odesa, Kherson y Mykolaiv. No especificó cuántos podrían estar preparados para transportar alimentos.
En el campo de batalla, el Estado Mayor del ejército ucraniano dijo el jueves que las fuerzas rusas seguían intentando presionar su ofensiva en varias secciones de la primera línea de la región ucraniana del Donbás oriental. Ese corazón industrial de minas de carbón y fábricas es ahora el centro de los combates después de que Rusia sufriera una serie de reveses y se viera obligada a perseguir objetivos más limitados.
Funcionarios militares dijeron que las fuerzas rusas continuaron sus esfuerzos por afianzarse en la zona de Sievierodonetsk, que es la única parte de la región de Luhansk del Donbás que está bajo control del gobierno ucraniano.
Asimismo, dijeron que Rusia también lanzó misiles y ataques aéreos contra instalaciones de infraestructura en todo el país.