BOGOTA, Colombia. (AP) — El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ganó el premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para acabar con el mayor conflicto armado en Latinoamérica, un reconocimiento otorgado cinco días después de que los colombianos rechazaron en un plebiscito el acuerdo que el gobierno logró con la guerrilla de las FARC.
El Comité Noruego del Nobel elogió a Santos por su determinación de detener una guerra civil que se ha cobrado la vida de más de 200.000 colombianos y desplazado a millones desde la década de 1960.
Aunque tradicionalmente un premio de este tipo se entregaba a las dos partes de un proceso de paz, los cinco miembros del comité dejaron fuera a la contraparte de Santos, el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño.
“Dar el premio a Santos no es un menosprecio a ninguna de las otras partes”, dijo a The Associated Press la presidenta del comité, Kaci Kullman.
Santos, de 65 años, dedicó el premio al pueblo colombiano y a las víctimas del conflicto.
“Colombianos, este premio es de ustedes”, declaró desde la presidencial Casa de Nariño, donde compareció junto a su esposa. “Es por las víctimas y para que no haya una sola víctima más, un solo muerto más, que debemos reconciliarnos y unirnos”, agregó tras agradecer el galardón y hacer mención especial a los negociadores de ambas partes.
Santos y Londoño, mejor conocido por su alias de Timochenko, firmaron el acuerdo de paz a finales de septiembre, luego de más de cuatro años de negociaciones, aunque aún debía ser sometido a la decisión de los colombianos en un plebiscito.
En la consulta, realizada el domingo, se impuso por menos de medio punto porcentual el “no” al acuerdo, un severo revés al mandatario.
Bajo el acuerdo, los rebeldes que entreguen sus armas y confiesen sus crímenes podrán evitar la cárcel, además que el grupo tendría garantizados 10 asientos en el Congreso hasta el 2026 para ayudarlos en su transformación en un movimiento político.
“El referéndum no fue un voto a favor o en contra de la paz”, explicó la vocera del Comité Noruego del Nobel en conferencia de prensa, al insistir que el proceso de paz no ha muerto. “Lo que rechazaron los partidarios del ‘No’ no fue el deseo de paz, sino un acuerdo de paz en concreto”.
Londoño señaló en su cuenta de Twitter que “el único premio al que aspiramos es de la #PazConJusticiaSocial para #Colombia sin paramilitarismo, sin retaliaciones ni mentiras #PazALaCalle”.
El principal opositor al acuerdo de paz y líder de la campana por el ‘no’ en el plebiscito, el ex presidente Álvaro Uribe, felicitó a Santos desde su cuenta de Twitter. “Deseo que (el premio) conduzca a cambiar acuerdos dañinos para la democracia”, escribió.
Los negociadores de paz aseguraron que siguen comprometidos con el acuerdo firmado y con el cese al fuego, pero que están dispuestos a escuchar a los votantes del ‘No’. “Es importante que sigamos escuchando, en un proceso rápido y eficaz, a los diferentes sectores de la sociedad y definir prontamente una salida”, explicaron en un comunicado conjunto leído por los jefes negociadores del gobierno, Humberto de la Calle, y de las FARC, Iván Márquez, desde Cuba. También pidieron a Naciones Unidas que autorice la misión de monitoreo y verificación a la que se había comprometido, en principio, para el desarme de la guerrilla.
Los colombianos amanecieron contrariados con la noticia. “Estamos con el premio pero sin paz”, lamentó Luis Pineda, un portero de 60 años desplazado por la violencia. “Tiene que ganárselo un poco más”, agregó. “Se lo dieron más para presionar (el fin del conflicto) que por haber logrado la paz”, opinó por su lado el taxista Fernando Chaparro, 53, que admitió que Santos merece un reconocimiento por haber conseguido “lo que ningún otro presidente logró”.
Según el Comité Noruego del Nobel, Santos “a pesar de la mayoría del ‘No’ en el referéndum, ha acercado significativamente el sangriento conflicto a una solución pacífica”.
El premio debe considerarse también “un homenaje al pueblo colombiano que, a pesar de pasar grandes dificultades y abusos, no han perdido la esperanza de una paz justa, y a todas las partes que han contribuido al proceso de paz”, agregó.
El acuerdo de paz se cerró tras casi cuatro años de negociaciones públicas en Cuba. El proceso se alargó en total seis años, incluyendo una primera fase de diálogo secreta, según explicó Santos en su día.
Santos, de 65 años, es un mediador inesperado en este conflicto. Criado en una de las familias más ricas de Colombia y educado en la Universidad de Harvard, durante su etapa como ministro de Defensa hace una década fue responsable de algunos de los mayores golpes militares a las FARC. Entre las operaciones más destacadas están una incursión transfronteriza a Ecuador en 2008 que derivó en la captura de un alto comandante y en el rescate de tres estadounidenses secuestrados por la guerrilla cinco años antes.
En base al acuerdo de paz que negoció, los rebeldes que entreguen sus armas y confiesen sus delitos evitarán cumplir penas de cárcel y las FARC obtendrán 10 escaños en el congreso hasta 2026 para suavizar su conversión en un movimiento político.
Santos y Londoño se reunieron solo en dos ocasiones durante todo el proceso de paz: el año pasado, cuando dieron los últimos retoques a la parte más controvertida del acuerdo – la que aborda las sanciones a la guerrilla por sus crímenes de guerra – y el mes pasado en la firma del acuerdo ante líderes mundiales y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Esta es la primera vez que el Premio Nobel de la Paz va a parar a Latinoamérica desde 1992, cuando el comité reconoció a la activista por los derechos humanos guatemalteca Rigoberta Menchú.
Al reconocimiento aspiraban este año 376 candidatos, una cifra récord. El año pasado se premió al Cuarteto para el Diálogo Nacional de Túnez por sus esfuerzos para construir una democracia plural.
Ritter informó desde Estocolmo, Suecia. Mark Lewis contribuyó desde Oslo, Noruega.