JERUSALEN. (AP) — El expresidente israelí Shimon Peres era enterrado el viernes 30 ante los miles de admiradores y las docenas de dignatarios internacionales que asistieron a su funeral. Fue el último tributo a un hombre que personificó la historia de Israel durante su notable carrera de siete décadas en política y que era considerado por muchos un potente símbolo de las esperanzas de paz en Oriente Medio.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el expresidente Bill Clinton y el líder palestino Mahmud Abás encabezaron la larga lista de líderes mundiales que se congregaron en el cementerio nacional de Israel, el monte Herzl, para la ceremonia. En un gesto con el líder palestino, Abás se sentó en primera fila en el funeral.
En su intervención en la ceremonia, Obama dijo que Peres mostró que “la justicia y la esperanza” están en el centro de los ideales sionistas de Israel. “Nunca vio cumplido su sueño de paz… Y sin embargo no dejó de soñar y no dejó de trabajar”, declaró.
El mandatario estadounidense se refirió a la improbable amistad que forjó con el israelí dado su origen dispar.
“Fue muy sorprendente vernos a los dos, donde habíamos comenzado, hablando en la Casa Blanca, reuniéndonos aquí en Israel”, dijo. “Creo que los dos entendimos que estamos aquí solo porque de algún modo reflejamos la magnífica historia de nuestras naciones”.
Peres nunca se quedó anclado en el pasado y siempre parecía estar trabajando en un nuevo proyecto, agregó Obama. “La creencia de que el mañana puede ser mejor nos hace no solo honrar a Shimon Peres, sino quererlo”, agregó despidiéndose con la frase en hebreo “Toda rabah haver yakar” (“Muchas gracias mi querido amigo”).
Peres, premiado con el Nobel de la Paz y que ostentó todos los cargos de poder en su país, entre ellos los de presidente y primer ministro, falleció en la madrugada del miércoles 28, dos semanas después de sufrir un derrame cerebral. Tenía 93 años.
El funeral del viernes 30 fue el más multitudinario en cuanto a presencia de líderes extranjeros desde el del ex primer ministro Yitzhak Rabin, socio de Peres en su objetivo de lograr la paz y que fue asesinado por un nacionalista judío en 1995. La ceremonia provocó numerosos desafíos logísticos y de seguridad, y las autoridades cerraron varias carreteras, incluyendo la autovía que une Tel Aviv y Jerusalén.
En una emotiva elegía, Clinton describió a Peres como “un gran defensor de nuestra humanidad común”, habló de su amistad de un cuarto de siglo y rechazó a los críticos que retratan al israelí como un soñador ingenuo. Recordó una reunión con Peres en la que niños árabes e israelíes cantaron juntos “Imagine”, de John Lennon.
“Empezó su vida como el estudiante más brillante de Israel, se convirtió en su mejor maestro y terminó siendo su mayor soñador”, dijo Clinton.
“Vivió 93 años en un estado de asombro constante por el potencial increíble de los demás para levantarnos sobre nuestras heridas, nuestros resentimientos, nuestros miedos para sacar lo mejor de hoy y reclamar la promesa del mañana”, agregó.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo en su intervención que la lista de asistentes era un testimonio del optimismo de Peres, de su búsqueda de la paz y de su amor por Israel.
“Él era el gran hombre de Israel. Era un gran hombre del mundo. Israel le llora. El mundo le llora”, manifestó.
Peres y Netanyahu, de corte más beligerante, mantuvieron un encendido enfrentamiento político y tenían visiones del mundo muy diferentes. Pero Netanyahu dijo que tenían una fuete relación personal y describió a Peres como un hombre con visión.
“Lo te quería. Todos te queríamos. Buen viaje Shimon. Querido hombre. Gran líder”, agregó.
El féretro con los restos mortales de Peres estuvo expuesto el jueves en el exterior del parlamento, a donde miles de personas, incluyendo Clinton, acudieron a presentar sus respetos. A primera hora del viernes, una guardia de honor escoltó el ataúd, junto a la familia de Peres, durante su viaje al cementerio para el sepelio.
Tras el funeral, una guardia de honor de ocho miembros trasladó el féretro a su tumba mientras otros soldados portaban coronas. Netanyahu y Obama charlaron durante el trayecto, conversando también con la familia de Peres.
La bandera de Israel fue retirada del ataúd a medida que éste descendía al interior de su tumba, próxima a la de los también ex primeros ministros, Rabin y Yitzhak Shamir.
Con los dignatarios sentados alrededor, los soldados se pasaron bolsas de tierra para cubrir el féretro mientras otro recitaba una oración para los muertos. Tras el entierro, la tumba quedó cubierta con las coronas.