Mediante una breve ceremonia, realizada el miércoles 28 de septiembre de 2022 en el 1720 S. Maryland Parkway, funcionarios del Distrito Escolar del Condado Clark (CCSD, por sus siglas en inglés) y líderes de la comunidad, celebraron la apertura del nuevo Centro de Apoyo Familiar.
El Centro de Apoyo Familiar ofrecerá a los estudiantes y sus familias, apoyo continuo –gratuito- que incluye talleres, clases, consultas y otros recursos para ayudar a los estudiantes a tener éxito con su preparación académica.
“Específicamente mi labor será establecer comunicación franca y directa con familias indocumentadas e inmigrantes. Los servicios –en general- serán de gran beneficio, porque muchas veces la gente tiene miedo de hacer preguntas; el centro nos permitirá vencer el primer gran obstáculo que es: preguntar sin temor”, expresó en exclusiva a Las Vegas Review-Journal en Español, la conocida líder comunitaria Astrid Silva, quien recibió la notificación en el evento, que su labor sería requerida en el nuevo centro de apoyo, dada la gran experiencia que acumula en temas migratorios.
El centro centrará su apoyo y recursos en las necesidades de los estudiantes refugiados y recién llegados y sus familias, pero todas las familias pueden visitarlo.
“El discurso de presentación que realizó el Dr. Jesús F. Jara, superintendente del CCSD fue conmovedor. Mencionó que en su infancia fue objeto de escrutinio migratorio; es muy raro escuchar testimonios como este en personas que ostentan cargos importantes, fue emotivo. Para mí es común expresar el miedo que mucha gente le tiene a las autoridades migratorias, pero su testimonio me permite descubrir que hemos avanzado en la concientización de este flagelo”, apuntó Silva, compartiendo que “de niña quería ser parte del equipo de porristas de la escuela, pero me dijeron que no podía por no tener un seguro social válido. No entendía la dinámica migratoria; pero afortunadamente en este centro podremos informar -y resaltar- que los indocumentados no somos una carga, sino que contribuimos para el crecimiento del estado”.
Muchos jóvenes estudiantes se enteran de su irregular estatus, hasta que cumplen 16 años, cuando –como muchos de sus compañeros de la escuela- desean adquirir un permiso de conducir, “pasan su vida pensando que son ‘normales’, pero, aunque ante los ojos de Dios lo seamos, enfrentan esa terrible realidad de que muchas veces no podrán continuar con sus estudios universitarios. Eso es lo que queremos evitar, que pasen tragos amargos como ese”, precisó Silva.
Uno de los objetivos del centro será evitar que lleguen a cierta edad, sin estar preparados; “que al ser ‘seniors’ empiecen a ver las soluciones que hay en su favor, que se enteren de las opciones. Por muchos años se había ignorado este problema, el superintendente y el Buró de Fiduciarias han venido realizando un gran trabajo al poner sobre la lupa esta situación. Con este centro, todas las familias podrán hallar alivio, guía, donde podrán ser asesorados”, concluyó.