La figura de juicio político o impeachment en Estados Unidos es un mecanismo excepcional y a la vez extraño en un régimen electoral, ya que a un mandatario electo se le puede destituir a través de un proceso constitucional que se lleva a cabo en el Congreso, expuso la doctora en Historia Erika Pani.
“Es un mecanismo bastante excepcional. La idea es que, si un funcionario público electo no funciona, entonces la elección siguiente debe de castigar y sacar a quienes no son aptos y aquí existe un mecanismo de emergencia para un mandatario”, que traiciona, es corrupto o tiene malos comportamientos. Dicho mecanismo es el impeachment, a través del cual “se le puede destituir”, explicó Pani en entrevista.
Un impeachment es “un proceso político, porque sólo la Cámara de Representantes puede echar a andar este proceso y sólo el Senado puede juzgar si se cometieron o no esas acciones que ameritan que un presidente sea destituido. Por definición es un proceso político”, aseguró.
En un juicio político la Cámara de Representantes se erige como investigador y fiscal, mientras que el Senado hace las veces de jurado y juez, según establece la Constitución de Estados Unidos.
En ese proceso político “cada parte presenta sus versiones, pero en realidad lo que va a decidir el asunto es la política, tanto en el caso (de juicio político contra Andrew) Johnson (en 1869) como en el de (William) Clinton (en 1998), lo que vemos reflejado en los votos es quiénes son los del partido del presidente y quiénes no”, indicó la investigadora.
En el caso de juicio político contra el presidente Richard Nixon en 1974, “gran parte de los republicanos no iba a apoyar al mandatario. Entonces no tenía los votos y renunció antes. Este mecanismo tiene los riesgos de un proceso político que es bastante incierto”, precisó Pani.
En el caso del actual mandatario, Donald Trump, “creo que este proceso de echar a andar un juicio para destituir a un presidente, según las reglas constitucionales del impeachment, es una manera para tratar de coartar a un presidente, a este presidente que es un presidente claramente importante para la clase política, pero para los demócratas un presidente cuya presencia y discurso es intolerable”, opinó.
Trump, del Partido Republicano, enfrenta un proceso de investigación de juicio político tras la queja de un denunciante anónimo sobre una llamada telefónica en la que el mandatario estadounidense habría presionado a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, para que investigara a su rival demócrata Joe Biden. Ello, a cambio de ayuda militar millonaria para Kiev. Un “quid pro quo”, un favor por otro.
En el proceso contra Trump, los demócratas, que dominan la Cámara de Representantes, tratarán “por un lado de hacer algo, pero por el otro, creo que los resultados del proceso no son necesariamente los que ellos quieren”, indicó la experta, profesora de El Colegio de México.
Los demócratas pretenderían “expulsar a Trump del Ejecutivo o hacerlo ver tan mal y demostrar que lo que hizo constituye un delito que amerita ser destituido, que amerita abandonar un puesto para el cual fue electo por los ciudadanos”, agregó la investigadora.
“Pero creo que todo anuncia que esto no va a suceder, creo que históricamente es muy difícil que se destituya a un presidente”, indicó.
Mientras, los republicanos son mayoría en el Senado. “En ese sentido veo muy difícil que una mayoría vote en una destitución por el presidente, (…) es un proceso en el que creo no podemos asegurar nada, pero puedo sugerir que no va a cambiar la postura política”, destacó Pani.
“Los representantes en la Cámara Baja van a votar para que (Trump) sea destituido, pero esa decisión la tiene que tomar el Senado, entonces podría presentarse a las elecciones (generales de noviembre de 2020) y de todas maneras ser candidato y ganar la elección. Si el Senado decide antes, podría decir que lo que ha hecho no amerita la destitución, es una apuesta arriesgada, sobre todo pensando en el carácter político de este juicio”, estimó.
Pani agregó que este “no es un juicio común y corriente en donde deciden unos jueces, donde decide un jurado, sino que deciden los representantes que están identificados con uno o con otro partido”.
Señaló que el debate público entre republicanos y demócratas va a reforzar a Trump entre los electores que lo apoyan, y “quien no lo apoya va a seguir preguntándose cómo es posible que hayamos electo a un personaje como éste y cómo es que este señor sigue siendo presidente de Estados Unidos. Creo que el impacto electoral no va a ser el que quieren los demócratas”.
Los padres fundadores de Estados Unidos establecieron que “la soberanía popular es la base de toda autoridad, pero tiene que haber peso y contrapesos. Tenemos que limitar las facultades de las distintas autoridades. Por eso hay una separación entre poderes y hay pesos y contrapesos entre el gobierno federal y los gobiernos estatales”, explicó la experta en Historia.
En ese contexto, dijo que el impeachment “es un mecanismo antidemocrático porque pretende poner fin a un mandato popular, cosa que a los padres fundadores no les hubiera agobiado mucho”.
Pero, de que el juicio político “es un mecanismo poco democrático, lo es. El hecho de que sean los representantes del pueblo los que juzguen es una especie de paliativo. Es menos antidemocrático que si fuera la Suprema Corte (quien juzgara), así que algo de razón llevan quienes dicen que esto es un caso antidemocrático, pero es un caso absolutamente constitucional”, concluyó.