Decenas de hispanos fueron a las urnas el martes en Nueva York para las elecciones de mitad de mandato pero pocos hablaron con entusiasmo de su voto y muchos aseguraron que no esperan ver grandes cambios ni con la reforma migratoria, ni con el alto precio de su alquiler.
“Todo es un juego político. Es una lucha entre demócratas y republicanos, pero quien sale perjudicado es el pueblo”, opinó Germán Quintero, un colombiano de 80 años que votó en Queens junto a su esposa Graciela, de 74.
Con cierta resignación los hispanos votaron en un día soleado sin aglomeraciones ni filas en escuelas públicas de los cinco condados de la ciudad para escoger gobernador, procurador general y representantes a la cámara baja, entre otros puestos.
Muchos aseguraron que siguen siendo fieles al Partido Demócrata a pesar de su decepción por los altos impuestos que pagan y la falta de una reforma que garantice algún tipo de ayuda a inmigrantes que residen en el país ilegalmente.
“Eso sí me gustaría verlo”, dijo la dominicana Ada Pineda, de 56 años, y quien también votó en la escuela pública 16 del barrio de Corona, en Queens. “Mis hijos nacieron aquí así que ellos están bien pero mucha otra gente no. Eso debería arreglarse”.
Uno o dos hispanos entraban en el edificio cada cinco o diez minutos para votar, muchos mayores de 60 años y ya retirados, saludándose entre ellos y parando para charlar un rato. A lo largo del país los estadounidenses escogen el martes 36 gobernadores y variedad de funcionarios locales, estatales y federales pero la batalla más importante se juega en el Senado federal, que podría quedar bajo control republicano.
Unos 3.4 millones de hispanos viven en el estado de Nueva York, según datos del censo del 2010. La Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados — más conocida como NALEO — asegura que de los 11.6 millones de votantes registrados en el estado un 1.3 millones son hispanos.
Las elecciones transcurrieron con normalidad aunque hubo hispanos en la ciudad que reportaron que su nombre no estaba incluido en la lista de votantes registrados, dijo Amanda Bosquez, portavoz de NALEO. Otros problemas fueron apellidos de hispanos deletreados de forma incorrecta en el condado del Bronx y el condado de Nassau, en Long Island, además de información inconsistente sobre dónde votar en la ciudad de Utica, en el centro del estado, dijo Bosquez.
“Los problemas fueron reportados por votantes latinos a través de nuestra línea telefónica bilingüe”, dijo la vocera.
En East Harlem, Manhattan, donde vive una gran cantidad de mexicanos, sólo se veían algunos votantes puertorriqueños saliendo y entrando de vez en cuando a la escuela pública de la calle 104. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses por nacimiento y por lo tanto pueden votar.
Mark Bustos, de 18 años y nacido en Estados Unidos con padres mexicanos, fue una de las excepciones y depositó su voto por primera vez.
“Es importante venir y votar porque debemos mantener a los políticos a raya. Si no, se vuelven corruptos”, dijo Bustos, que estudia una carrera tecnológica en una universidad local. “Voto además, por los demócratas, porque espero que hagan algo con el Dream Act. Tengo muchos amigos sin papeles”.
El New York Dream Act es una propuesta de ley que garantizaría fondos públicos estatales para estudiantes que viven ilegalmente en el estado y que quieren acceder a la universidad.