El gobernador de Florida, Rick Scott, firmó hoy la ley HB 851, aprobada en mayo pasado por la Cámara de Representantes estatal y que otorga matrículas universitarias como residentes a miles de “soñadores” y estudiantes indocumentados.
La histórica aprobación de esta medida y su aplicación beneficiará enormemente a los jóvenes estudiantes indocumentados que, actualmente, se ven obligados a pagar a un costo tres o cuatro veces superior al de los residentes legales la matrícula estatal universitaria.
”Es una noticia buenísima, aunque esperada. Ahora hay que motivar a los estudiantes (indocumentados) a salir y que sepan que pueden ser elegibles” para los beneficios de esta ley, dijo hoy el hondureño Julio Calderón, estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Internacional de Florida (FIU).
El también activista del grupo Estudiantes Trabajando por la Igualdad de Derechos (SWER)recordó que, no obstante, hay que cumplir con “bastantes requisitos” para acogerse a esta medida, que entrará en vigor el próximo 1 de julio.
En cualquier caso, agregó, esta medida puede beneficiar a decenas de miles de estudiantes indocumentados radicados en el conocido como “estado del sol”.
Afirmó Scott que la firma de esta medida “mantendrá bajo el costo de las matrículas y permitirá a todos los estudiantes que crecieron en Florida tengan las mismas garantías de acceso a una educación superior que los residentes.
De esta forma dio fruto la tenaz lucha que desde hace años han protagonizado varias organizaciones de estudiantes indocumentados de Florida y legisladores estatales.
La entrada en vigor de esta ley pone punto final a la práctica de exigir a miles de estudiantes indocumentados de Florida que “paguen matrículas para no residentes, simplemente debido a su estatus migratorio o el de sus padres”, destacaron las organizaciones Florida’s Future, Reform Immigration for America, el Center for Community Change Action y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Estas ventajas de la matrícula estatal beneficiarán también a los estudiantes indocumentados que asistieron a una escuela de secundaria en Florida durante tres años antes de concluir esos estudios.