Estudiantes de último año de preparatoria se adaptan a la pandemia

Logan Johnson, izquierda, y Kenzie Matthews participan en un desfile en Las Vegas el viernes, 1 ...

Estudiantes de la generación 2020 pensaron que pasarían la primavera como los mayores antes que ellos.

Esperaban bailar en el baile de graduación, pasar toda la noche en Disneylandia, jugar su última temporada de deportes y, lo más importante, cruzar el escenario en la graduación para aceptar los diplomas delante de la familia y amigos.

Pero la pandemia de COVID-19 arruinó esos planes, y los estudiantes han tenido que adaptarse a la posibilidad de perder las celebraciones de sus logros que los expertos afirman que son esenciales para el cierre durante el periodo de transición de la vida de un estudiante.

“Pueden quitarnos el baile de graduación y Disneylandia, eso no importa”, dijo Maeve Walsh, estudiante de último año en la preparatoria Bishop Gorman. “Pero he trabajado muy duro durante los últimos cuatro años para cruzar ese escenario”.

Chris Kearney, experto en educación de la UNLV, dijo que es completamente comprensible que los graduados de último año estén deprimidos.

“Tienen todo el derecho a sentirse tristes y decepcionados por lo que está pasando”, aseveró. “Es una reacción natural a la pérdida de muchos puntos de referencia clave y eventos de cierre, así que creo que necesitan darse permiso para sentirse así”.

Kearney animó a los estudiantes a hacer un esfuerzo para mantenerse en contacto con sus compañeros y tratar de reunirse para despedirse mientras mantienen el distanciamiento social.

Pero los estudiantes de último año de Bishop Gorman (una escuela católica privada) no se rendirían al tradicional rito de graduación. Iniciaron una petición para exigir una ceremonia de graduación en persona en lugar de una virtual. Hasta el viernes, la petición tenía más de tres mil 500 firmas, incluyendo la de Walsh.

El organizador Jake Gaughan, un jugador de fútbol americano de Bishop Gorman, que egresará de una carrera empresarial en la Universidad Estatal de Arizona, escribió en la petición que la generación entendía que podría llevar meses organizar una ceremonia en persona, pero añadió que valdría la pena la espera.

“Sólo queremos la oportunidad de recibir nuestros diplomas de la misma manera que los padres de nuestros ex-alumnos”, escribió.

Gaughan dijo que la escuela envió una encuesta a todos los alumnos de último año el 23 de abril, después de que se creara la petición, preguntándoles si planeaban participar en las ceremonias en línea y qué idea o propuesta tenían para “una forma divertida y emocionante” de que la escuela pudiera honrar a los alumnos de último año hasta que descubrieran un plan formal de graduación. También se preguntó cuándo (junio, julio, principios de agosto o el fin de semana del regreso a casa en otoño) podrían asistir a la ceremonia de graduación si se reprogramaba.

El director de Bishop Gorman, Kevin Kiefer, envió una carta a los estudiantes de último año el viernes, indicando que debido a que las respuestas de la encuesta mostraron “una clara preferencia por retrasar los eventos ahora con la esperanza de que podamos reunirnos como comunidad escolar con nuestras familias para eventos de graduación más tradicionales más tarde en el verano”, la escuela organizará una misa el 13 de julio, una carne asada para los estudiantes de último año y una fiesta para firmar los anuarios el 14 de julio, y “ejercicios de graduación” en South Point el 15 de julio.

“Recordamos a todos que estos planes están sujetos a cumplirse con todos los requisitos que se han impuesto por nuestro gobierno estatal y local y los funcionarios de salud, así como los requisitos de la Diócesis de Las Vegas y de South Point”, detalló Kiefer en la carta. “Con la continua incertidumbre sobre los requisitos de salud y distanciamiento social, el número de invitados puede ser limitado en estos eventos”.

Los estudiantes de último año de la Universidad de Nevada, Reno, crearon una petición similar que reunió 16 mil 420 firmas. La universidad anunció que permitirá a los graduados de la primavera de 2020 volver y caminar en el otoño de 2020 o en la primavera de 2021 a las ceremonias de graduación.

La Nevada State High School, una escuela pública charter, será la anfitriona de una ceremonia de graduación que permitirá a los estudiantes conducir y obtener su diploma y una foto, celebrando con sus compañeros de clase a distancia. La estudiante de último año Brittney Tran confesó que está agradecida por la oportunidad de tener una ceremonia en persona, aunque se verá un poco diferente.

“Definitivamente es mejor que caminar hasta el buzón para recibir nuestros diplomas”, comentó Tran. “Por lo menos podremos pasar y animar a nuestros amigos mientras se lee su nombre y su universidad”.

El Distrito Escolar del Condado Clark no había emitido un plan oficial para las ceremonias de graduación hasta el viernes. El superintendente Jesús Jara abordó el tema en un video a los estudiantes a principios de abril, alegando que el Distrito y los directores del sitio estaban trabajando para encontrar una manera de conmemorar a los estudiantes de último año.

“No sé cuándo, no sé cómo, pero lo que puedo decirles es que vamos a encontrar una manera de conmemorarlos por sus fenomenales logros”, destacó Jara en el video.

La transición al aprendizaje en línea

Los estudiantes de Nevada State High tienen más en sus platos que la mayoría de los otros estudiantes. La escuela ofrece un programa de doble inscripción, así que los horarios de los estudiantes de tercer y cuarto año cursan clases de preparatoria y universidad.

Tran dijo que se graduará con un título de asociado junto con un certificado de preparatoria antes de dirigirse a la Universidad de Colorado, Denver, para completar un título en biología.

Explicó que la escuela ya le daba todas sus clases de preparatoria y conferencias en línea, así que el mayor obstáculo era la comunicación. Agregó que la escuela no está disminuyendo sus criterios para graduarse, pero la “senioritis” ha empeorado por la incapacidad de los estudiantes de asistir a la escuela en persona.

“Conseguir que los alumnos respondan durante la cuarentena es realmente difícil”, reveló Tran. “Afecta nuestra motivación para hacer cualquier cosa”.

Las clases de la universidad se toman a través de College of Southern Nevada, y Tran comenta que la transición a las clases en línea no ha sido tan mala, con la excepción de los laboratorios.

“Tenemos que ver videos de gente diseccionando cosas en vez de diseccionarlas nosotros mismos”, criticó. “Realmente nos falta ese elemento práctico”.

Planes en el limbo

Tran señaló que se suponía que iba a tener su orientación en la Universidad de Colorado, Denver, el 10 de abril, pero el evento se trasladó a Internet. No ha visitado la escuela aún y está nerviosa por programar sus clases en persona porque no está segura de que el campus abra en otoño.

Eric Johnston es profesor de inglés en la preparatoria Green Valley, y su hijo cursa el último año de la misma. Dijo que el Distrito Escolar no permite que los estudiantes obtengan sus vestimentas de graduación y anuarios que ya han comprado.

“Es simplemente frustrante”, resaltó Johnston. “No parece tan complicado, no veo por qué no se les ocurre una forma de distribuirlos como lo han hecho con los Chromebooks y la comida”.

Dijo que ha sido difícil ver a su hijo y a los estudiantes a los que ha enseñado durante años perderse los logros que llegan al final del último año, y espera que el distrito encuentre una manera de ayudarlos.

“Ya han perdido mucho”, afirmó Johnston. “Creo que sería bueno pensar en algo que al menos les dé sus togas y birretes”.

Isabella Tollefson, una de las mejores alumnas de la Academia de las Artes de Las Vegas, estuvo de acuerdo en que la incertidumbre ha hecho que sea difícil planificar para el otoño, cuando vaya a asistir a la Universidad George Washington en Washington, D.C.

“Estamos llegando al límite de tiempo, pero luego te sientes indecisa para tomar estas decisiones a largo plazo sin saber siquiera lo que te depara el futuro inmediato”, enfatizó. “Así que, aunque me gusta pensar que las escuelas abrirán de nuevo en otoño y que no habrá lo que llaman ‘una segunda ola’, me siento indecisa a la hora de pagar 60 mil dólares por clases en línea, porque cuando voy a la universidad me imagino a mí misma estando allí y experimentando el mundo”.

“No conseguimos crear un vínculo”

Tollefson señaló que el final de su último año ha sido duro, perdiendo las experiencias de vida que había estado anticipando durante años.

“Ha sido bastante desalentador porque estaba deseando hacer todas las cosas que los mayores pueden hacer”, destacó. “Uno crece imaginando estas cosas y viéndolas en películas y programas de televisión, así que no poder experimentarlas yo misma ha sido un golpe para mi salud mental y esas cosas”.

Rylie Thacker, del instituto Liberty, se clasificó para los regionales de atletismo, justo a tiempo para que se cancelara la temporada de primavera. Sabía que el resto del año estaba en peligro cuando vio a la gente guardar todo el equipo de pista antes de la práctica a principios de marzo.

“Una vez que empezaron a cancelar las actividades extracurriculares, tuve la sensación de que algo grande se avecinaba”, resaltó. “Entonces, ese fin de semana nos dijeron que no volviéramos a la escuela.”

La generación 2020 tiene derecho a estar molesta, dijo Thacker, pero es difícil sentirse mal por sí misma cuando hay tantas personas en peores situaciones debido al coronavirus.

La madre de Thacker, Summer, dijo que cree que los estudiantes están manejando la situación mejor que los padres.

“Los jóvenes son resistentes y eso es bueno. Eso les ayudará en sus próximos pasos en la vida”, aseveró. “Pero como padres, lo vemos como, ‘Oh, Dios mío, ese fue un gran paso en nuestras vidas,’ y ellos son los que nos animan”.

Kearney, la experta en educación de la UNLV, añadió que es importante que los padres estén atentos a los cambios de humor de sus hijos y que se aseguren de controlar lo que pudo haber cambiado con sus siguientes pasos.

“Si un estudiante ha sido aceptado en una universidad, por ejemplo, ¿ha habido algún cambio con respecto a la inscripción en los cursos, la orientación, la ayuda financiera, ese tipo de cosas?” indica Kearney. “Tratar de obtener la mayor cantidad de información sobre eso para reducir algo de la preocupación y la ambigüedad sería útil”.

Walsh dijo que las tradiciones sociales de fin de año (una carne asada para los futuros egresados, incluso una broma para ellos) se echarán de menos.

“No conseguimos crear un vínculo antes de la graduación como las generaciones anteriores a nosotros, y es difícil porque todos vamos a diferentes universidades”, enfatizó Walsh. “Hablo con mis amigos todos los días sobre lo diferente que hubiera sido ese último día si lo hubiéramos sabido”.

Otro estudiante de Bishop Gorman, Sloan Pyatt, agregó que perder el final de su último año “apesta”.

“Muchos de nosotros hemos sido compañeros de clase desde la primaria, y probablemente nunca voy a hablarles o pasar el rato con ellos como solíamos hacerlo”, concluyó Pyatt. “Pero fue algo genial, porque mi última clase en el campus se llevó a cabo en el patio porque la línea de alcantarillado explotó, así que fue un recuerdo divertido”.

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