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Estas son la preocupaciones de activistas por el perfil anti-inmigrante del fiscal general designado por Trump

Varios activistas que defienden los derechos de los inmigrantes reaccionaron alarmados este viernes tras conocer la oferta que le hizo el presidente electo, Donald Trump, al senador republicano por Alabama, Jeff Sessions, para ocupar el cargo de fiscal general.

“Se trata de otra horrible y amenazante decisión para los intereses de los latinos y de los inmigrantes”, comentó Juan José Gutiérrez, director ejecutivo del Movimiento Latino USA de Los Angeles, California. El activista agregó que los más preocupados en estos momentos “son los indocumentados y los semilegalizados a través de programas que están por desaparecer como la Acción Diferida de 2012 (DACA), el Estatus de Protección Temporal (TPS) y la discreción procesal”.

Gutiérrez también tildó la oferta del presidente electo de “desalentadora” y señaló que “los buenos deseos de aquellos que dicen que tal vez Trump no va a ser duro con nosotros, los inmigrantes, creo que están equivocados porque Sessions es un senador antiinmigramte confeso”.

“Él nunca ha tenido tapujos de declararse detractor de cualquier tipo de ayuda o beneficio de legalización para los inmigrantes indocumentados”, precisó.

Para Abel Núñez, director ejecutivo del Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), “el senador Sessions ha sido un arquitecto de leyes y retórica antinmigrante en el Congreso”, y el ofrecimiento hecho este día por Trump “es preocupante”.

“No sabemos quién es Trump como político porque nunca lo ha sido, pero sí sabemos quiénes son los que está nombrando u ofreciendo cargos para integrar su gabinete”, dijo Núñez.

Poco después del anuncio de la oferta lanzada por Trump, el congresista demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez, emitió una declaración en la que, dijo, “si tienes nostalgia por los días en que los negros guardaban silencio, los gays estaban en el armario, los inmigrantes eran invisibles y las mujeres se quedaban en la cocina, el senador Sessions es tu hombre”.

Gutiérrez dijo además que “ningún senador ha luchado más contra las esperanzas y aspiraciones de latinos, inmigrantes y personas de color que el senador Sessions”, y que se trata de un firme opositor a la inmigración indocumentada.

En Texas las preocupaciones son similares. “Creo que el ofrecimiento del puesto al senador Sessions demuestra el racismo y xenofobia de Trump”, dice Barbara Hines, una abogada de inmigración y exprofesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de Texas en Austin.

Hines agregó que Sessions “ha estado en contra de cualquier reforma migratoria” que se ha debatido en el Congreso y también en contra de “de la Voting Rights Act, la cual consagra y protege el derecho de votar”.

“Sessions fue el líder responsable por el fracaso del compromiso de demócratas y republicanos en 2013 para reformar la ley migratoria”, dijo Hines.

La ley referida por Hines corresponde al proyecto bipartidista S. 744 que aprobó el senado el 27 de junio de ese año. Votado con el apoyo de 68 votos y 32 en contra, el plan incluía una vía de legalización para millones de indocumentados que llevaban tiempo en el país y carecían de antecedentes criminales.

Los beneficiarios de esa reforma entrarían en un estado de residencia provisional por espacio de 10 años al término de los cuales podrían solicitar la residencia legal permanente. Tres años después serían elegibles para tramitar la ciudadanía.

Semanas antes de la aprobación del proyecto, activistas denunciaron un movimiento impulsado por senadores republicanos, entre ellos por Sessions, para descarrilar la aprobación del proyecto bipartidista, que finalmente fue detenido en la Cámara de Representantes.

El grupo, bautizado como Pandilla del Odio, lo integraban además los senadores Chuck Grassley (Iowa), David Vitter (Luisiana), así como a John Cornyn y Ted Cruz (Texas).

Los cinco senadores favorecían una iniciativa enfocada en la aplicación de las leyes migratorias vigentes, la autodeportación y rechazaban la vía para que los inmigrantes indocumentados alcanzaran la ciudadanía por considerarla una obstrucción para Estados Unidos.

El grupo republicano contrario a la reforma migratoria estaba asesorado por Mark Krikorian, líder del Centro para Estudios de Inmigración (CIS) y autor intelectual del concepto de autodeportación basado en crear condiciones tan difíciles para los inmigrantes que éstos mismos decidan regresar a su país de origen.

La idea fue ventilada Mitt Romney, excandidato presidencial republicano que en 2012 le disputó la presidencia al presidente Barack Obama.

También figura el nombre de Kris Kobach, secretario de Estado en Kansas y autor de las leyes antiinmigrantes HB 56 de Alabama y SB 1070 de Arizona. Kobach es el ñrincipal asesor migratorio del presidente electo Trump.

En junio de 2013, dos semanas antes de la aprobación del proyecto de reforma migratoria S.744, Sessions declaró que estaba “tratando de representar lo que es mejor para los intereses nacionales”.

El diario La Opinión de Los Angeles reportó que el senador por Alabama dijo que ofrecía a cambio la inmigración legal porque “necesitamos un sistema que sirva a los

intereses del país y no uno que traiga a personas para quitarle trabajos a los estadounidenses”.

Sessions también declaró en esa oportunidad que rechazaba la idea de que era antiinmigrante. “Somos una nación de inmigrantes. Pero esta ley no hace lo que promete”, indicó en referencia al proyecto S.744.

En 2011, cuando Alabama debatía la ley HB 56 conocida como “muéstrame tus papeles”, que entre otras medidas convirtió a los policías en agentes federales de inmigración, Sessions justificó la polémica legislación argumentando que el gobierno de Obama “se ha rehusado a cumplir con las leyes nacionales de inmigración”.

“Es más, el gobierno de Obama está atacando sistemáticamente a estados que tratan de ayudar a Arizona, Alabara y ahora Carolina del Sur”, agregó.

Las leyes migratorias aprobadas por esos tres estados sufrieron derrotas en los tribunales de justicia. En el caso de Arizona, la Corte Suprema suprimió tres de cuatro puntos polémicos que criminalizaban la estadía indocumentada, una falta de carácter civil.

“La politica de Sessions es dura en cuanto los immigrantes, principalmente porque comparte la opinion de Trump de no admitir a musulmanes que son refugiados y de deportar a los inmigrantes indocumentos”, dice Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego. “Durante toda su carrera profesional Sessions ha sido acusado de ser racista, por lo cual tambien se le negó el puesto de juez en 1986, debido a sus comentarios que miembros del KKK eran buenos”, agregó.

Sessions ha negado esos señalamientos.

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