Elecciones locales, desafío para partido gobernante

En un mitin político organizado recientemente en este suburbio de la capital del país conocido por su alta incidencia delictiva, no sólo se hablaba de las elecciones para gobernador a realizarse el 4 de junio en el Estado de México, sino también de los comicios presidenciales del próximo año.

Una pancarta colocada sobre el estrado mostraba el rostro de Delfina Gómez -una maestra que busca la gubernatura del estado más poblado del país como candidata del partido izquierdista Morena- y el de Andrés Manuel López Obrador, presidente de su partido y un carismático líder político que ha dicho que buscará la presidencia del país por tercera ocasión.

Un año antes de que los mexicanos acudan a las urnas para elegir a un nuevo presidente, la elección estatal es vista como un referendo sobre el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien gobernó el Estado de México antes de ganar la presidencia como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Una victoria aquí podría contener la hemorragia para el PRI después que el año pasado perdió cuatro gubernaturas, las cuales siempre había ganado.

El Estado de México ha sido visto por mucho tiempo como una mina del “voto duro” para el PRI, votos con los que el partido puede contar año tras año, la mayoría de los cuales son de personas de estratos socioeconómicos bajos, con menos educación y mayores de 50 años, dijo Ivonne Acuña, profesora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

Una victoria de Morena en el estado de México le daría a López Obrador “un avance inmenso para su pretensión de ser presidente en el 2018”, afirmó Acuña. Pero el voto opositor está repartido entre varios candidatos, lo que dificulta vencer a la arraigada organización política del PRI.

Una encuesta difundida el miércoles por el periódico El Financiero pone a Alfredo del Mazo, el candidato del PRI, cinco puntos porcentuales arriba de Gómez. Juan Zepeda, del Partido de la Revolución Democrática, al que antes pertenecía López Obrador, se encontraba en un distante tercero, mientras que Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional, se ubicaba en cuarto.

La encuesta se realizó entre 1.200 votantes del Estado de México entre el 20 y el 23 de mayo, y reportaba un margen de error de 3 puntos porcentuales.

Con más de 11 millones de electores, el Estado de México ha sido gobernado por el PRI desde hace 88 años, y es quizá el premio mayor de las tres gubernaturas que se disputan este año y que actualmente ocupa el PRI. Los otros dos son los estados de Coahuila y Nayarit.

“Para el PRI es indispensable ganar el Estado de México para poder tener algo que hacer en el 2018”, dijo la investigadora Marcela Bravo Ahuja, del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Eso no quiere decir que si gana el Estado de México lo tiene asegurado, ni mucho menos, pero si no gana el Estado de México, ya no tiene nada que hacer”.

Peña Nieto ganó la presidencia en 2012 después de que el PAN mantuvo el poder por dos periodos consecutivos. Antes de que Vicente Fox fuera elegido presidente en el 2000 como candidato del PAN, el PRI había gobernado al país ininterrumpidamente por 71 años. En 2006, el PAN volvió a ganar la presidencia con Felipe Calderón como candidato.

Peña Nieto usó la gubernatura del Estado de México como trampolín para la presidencia. Ahora que la tasa de aprobación del presidente ha bajado a casi un solo dígito, el PRI eligió como candidato a Del Mazo, primo en 8vo grado de Peña Nieto, según Del Mazo. La política en México suele ser un asunto de parentela. Tanto el padre como el abuelo de Del Mazo fueron gobernadores del Estado de México.

A unas manzanas de distancia del mitin de Morena, Carmen Morales platicaba en su puesto de comida con su vecina María Avilés.

Morales dijo que era su primer día vendiendo fruta picada porque su puesto de venta de tacos por las noches había decaído por el miedo a la delincuencia.

Las dos mujeres dijeron que estaban al tanto de tres casos de muchachas que fueron violadas en la zona en el último año, incluida una de sus familiares, y que nadie había sido detenido en ninguno de los casos.

Ambas dijeron que planeaban votar por López Obrador en la elección del 4 de junio, aunque su nombre no estará en la boleta.

“Morena, es lo mismo”, dijo Morales. “Ojalá de veras esta vez sí haya un gobernante que se fije en la gente, no nada más en lo que se van a llevar”.

En un mitin más refinado que se realizó horas antes en el municipio de Jaltenco, Del Mazo le dijo a una multitud bulliciosa que quería ser gobernador por las mujeres del estado.

Lanzó una letanía de promesas: agua potable, empleos, seguridad, pensiones, mejores servicios de salud. Pero se enfocó en lo que llamó un “salario rosa”, un estipendio mensual para las madres de familia. Muchas mujeres en la multitud llevaban gorras con la leyenda “Salario Rosa Apoya a las Amas de Casa”.

Los partidos de oposición han denunciado que el PRI está dando tarjetas de plástico que supuestamente podrán usar para cobrar un salario si gana Del Mazo. También se han esparcido rumores de que los habitantes perderán prestaciones sociales si no gana el PRI.

Acuña señaló que las mujeres votan en mayores números que los hombres, lo que hace que la estrategia de Del Mazo tenga sentido, pero cuestionó cómo se financiará dicho programa.

Jesús Antonio Cruz Martínez, un estudiante de 20 años de la comunidad de San Miguel Xaltocan, asistió al mitin de Del Mazo porque le agrada a su hermana, pero a él no le causó impresión alguna.

“Yo siento que debe haber ya un cambio de gubernatura en el Estado de México”, dijo. “Ya estamos gobernados durante casi 90 años”.

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