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El Papa Francisco marcará el rumbo de la iglesia de Estados Unidos

Cuando cumplió 75 años, el cardenal Francis George hizo lo que se espera de todo obispo en la Iglesia Católica Romana: presentó su renuncia para que el papa pudiera decidir cuánto tiempo más podía servir el cardenal.

George dijo que esperaba que el papa Benedicto XVI lo mantuviese como arzobispo de Chicago otros dos o tres años. “Pero el que decide es él”, declaró al canal WLS-TV de Chicago.

Han pasado dos años. Benedicto renunció y la decisión está ahora en manos de Francisco, cuya selección será el primer nombramiento importante de su papado en Estados Unidos y un indicio del rumbo que espera dar a la iglesia en este país.

“El nombramiento en Chicago dará muchas pistas acerca de la relación entre el pontificado y la iglesia estadounidense”, manifestó Massimo Faggioli, profesor de la Universidad of St. Thomas de Minnesota, que estudia el Vaticano y el papado. “Creo que va a ser la decisión más importante que va a tomar el papa en relación con la iglesia de Estados Unidos”.

La arquidiócesis de Chicago sirve a 2,2 millones de fieles y es la tercera diócesis más grande del país. La iglesia de Chicago, por otro lado, es considerada desde hace tiempo la abanderada del catolicismo estadounidense. Allí surgieron movimientos laicos de proyección nacional y arzobispos que ayudaron a formular los grandes debates nacionales.

El finado cardenal Joseph Bernadin es venerado por los católicos interesados en temas como el aborto y la pobreza. George, quien sucedió a Bernadin en 1997, es admirado sobre todo por el sector conservador de la iglesia por su oposición al programa de seguros médicos del presidente Barack Obama.

George celebró sus 50 años como cura en diciembre pasado con una misa en la Catedral del Santo Nombre de Chicago a la que asistieron obispos de toda la nación. En enero cumplió 77 años y hace poco fue tratado de un cáncer.

El proceso de selección es confidencial, de modo que no se sabe cuánto tiempo más va a servir. Una portavoz de George, Colleen Dolan, dijo en un correo electrónico que “podrían pasar de seis meses a un año antes de que se anuncie un cambio”.

Documentos difundidos a fines de enero como parte de un acuerdo judicial plantearon nuevos interrogantes en torno a la forma en que George respondió a las denuncias de abusos por parte de curas incluso después de que los obispos estadounidenses se comprometieron a marginar a los culpables de sus ministerios. No está claro, no obstante, si las revelaciones tendrán impacto alguno en la designación del arzobispo.

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