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El influyente promotor inmobiliario de Las Vegas, Irwin Molasky, muere a los 93

Irwin Molasky, uno de los desarrolladores más influyentes de Las Vegas fuera del Strip, con proyectos que van desde torres de condominios y edificios de oficinas hasta centros comerciales y campos de golf, ha muerto. Tenía 93 años.

Molasky murió de causas naturales el sábado en su casa, rodeado de su familia, comentó su hija, Beth Molasky-Cornell.

“Fue muy feliz al final de su vida”, comentó ella.

Molasky era uno de los promotores más conocidos y antiguos de Las Vegas. A partir de los años 50, él y sus socios estuvieron detrás de varios proyectos pioneros en la zona, incluyendo el primer hospital de propiedad privada de Las Vegas (Sunrise Hospital), un centro comercial cerrado (Boulevard Mall), una torre de oficinas en el centro de la ciudad (Bank of America Plaza) y una comunidad planificada maestra (Paradise Palms).

Más recientemente, su empresa homónima, el Molasky Group of Cos., construyó proyectos de apartamentos en el sur de California; Portland, Oregón; Jacksonville, Florida; y Seattle, donde completó un proyecto de rascacielos que en su día se instaló y cuyo promotor original, un ex monje tibetano, fue enviado a prisión en 2017 tras ser acusado de fraude.

Fuera del sector inmobiliario, Molasky ayudó a lanzar una empresa de entretenimiento que produjo éxitos televisivos como “Dallas” y “Knots Landing”.

Molasky estaba estrechamente ligado a la UNLV. Donó un terreno que eventualmente se convirtió en su campus principal y fue el presidente fundador del ala de recaudación de fondos de la escuela, la Fundación UNLV. También fundó el Nathan Adelson Hospice, una organización sin fines de lucro para el cuidado de los enfermos terminales que ha atendido a más de 75 mil pacientes en el sur de Nevada.

El Gobernador Steve Sisolak dijo en una declaración que Molasky “era un gran amigo y fue una figura extremadamente influyente en la comunidad de Las Vegas”.

“Irwin fue un verdadero visionario y un pionero”, comentó el presidente y director ejecutivo del hospicio Nathan Adelson, Karen Rubel, en una declaración. “Su compasión por la gente le llevó a todo lo que hizo en vida. Siempre nos animó a hacer lo correcto, a cuidar de las personas y a ponerlas en primer lugar. Continuaremos honrando eso mientras mantenemos su legado”.

“Me lancé”

Molasky nació en 1927 y creció en Ohio. Su padre administraba edificios de apartamentos y tenía una agencia de distribución de periódicos. Irwin fue a una escuela militar en Georgia y pasó un año en la Universidad Estatal de Ohio, luego decidió transferirse a la UCLA y se mudó al sur de California, según informes.

Pero, como le comentó al Review-Journal en 1999, trabajó en la construcción para mantenerse, “hice todo. Regaba, transportaba madera, estimaba, entonces me lancé y empecé con el diseño y la construcción”.

Construyó un complejo de apartamentos de cinco unidades a la edad de 20 años y fue reclutado por el Ejército a finales de los años 40, pero fue dado de baja antes de la Guerra de Corea. Después de su servicio en el Ejército, se mudó a Florida durante un año para construir viviendas para soldados, volvió a California e hizo algunas construcciones, y luego se mudó a Las Vegas en 1951, comentó en una entrevista en 2014 para un proyecto de historia oral de la UNLV.

Cuando llegó aquí, Las Vegas era una pequeña pero pujante ciudad desértica, un lugar maduro para trabajar en bienes raíces. La población del Condado Clark se había casi triplicado entre 1940 y 1950, hasta llegar a 48 mil 300 habitantes.

“La ciudad era estrictamente una ciudad del oeste”, dijo en la entrevista de la UNLV. “Casi todos se conocían entre sí”.

Construyó Pyramids, un pequeño motel entre el Flamingo y el Sands, en 1952. Sus padres manejaban el motel, que dependía de agua de pozo y cobraba de seis a 20 dólares por noche.

Molasky también trabajaba en la construcción de garajes y patios y construyó algunas casas “específicas”, o casas sin compradores que se alineaban primero. Pero eventualmente, él y sus socios desarrollaron proyectos mucho más grandes.

Incluyeron el Hospital Sunrise, que abrió sus puertas en 1958; el complejo turístico La Costa en Carlsbad, California, en 1965; el Boulevard Mall en 1968; y la torre del Bank of America en el centro de la ciudad en 1975.

En un editorial de marzo de 1968, bajo el encabezado “Boulevard Mall monta nueva ola de prosperidad”, el Review-Journal escribió que “la zona mejor y más cuidadosamente planificada del sur de Nevada es el nuevo Boulevard Shopping Center en Maryland Parkway”.

Añadió: “No hay ningún lugar de reunión en la ciudad con tanto encanto y gracia”.

Asociaciones, un pasado colorido

Molasky empezó en los días de la mafia de Las Vegas, y dos de sus primeros socios tenían currículos desagradables: Moe Dalitz, un ex contrabandista del Medio Oeste convertido en empresario en Las Vegas, con presuntos vínculos, entre otros, con la “Purple Gang”, un grupo de gángsteres notoriamente violentos de Detroit; y Allard Roen, que se declaró culpable a principios de los años sesenta de los cargos de conspiración de fraude de valores.

Su grupo de desarrollo financió proyectos en parte aprovechando el fondo de pensiones de los Teamsters, una alcancía de dinero de los sindicatos que también financió la construcción de casinos controlados por la mafia. Molasky le dijo al Review-Journal que una investigación federal no encontró nada malo en los préstamos. Molasky nunca fue acusado de conducta inapropiada.

Alrededor de 1950, Dalitz y otros personajes adquirieron el casino inacabado de Wilbur Clark, Desert Inn, después de que los fondos se agotaran y la construcción se estancara.

Dalitz donó grandes sumas a organizaciones benéficas y proyectos cívicos, a veces de forma anónima, según informó el Las Vegas Sun. Cuando murió en 1989, el Sun lo describió como un “pionero del juego” y “el ciudadano más distinguido de Las Vegas durante cuatro décadas”.

Roen, que fue multado con 10 mil dólares pero no fue sentenciado a prisión en el caso de fraude de acciones, murió en 2008.

Otro socio de Molasky fue Merv Adelson, que abrió el primer supermercado de 24 horas de Las Vegas a principios de los 50s.

Adelson pasó a producir “Dallas” y otros programas a través de la empresa de entretenimiento Lorimar y tenía un valor neto reportado de 300 millones de dólares, pero finalmente perdió su fortuna y terminó viviendo en un apartamento de 500 pies cuadrados en Santa Mónica, California, con una cocineta, un futón destartalado y un perro flatulento, según informó Vanity Fair.

Murió en 2015.

“Su vida fue como un guión de película que ni siquiera creerías, de los harapos a la riqueza y de nuevo a los harapos”, comentó Molasky.

Molasky también estuvo vinculado al llamado Computer Group, que fue acusado en 1990 y obtuvo su nombre por usar computadoras para ayudar con apuestas deportivas.

Molasky (que no fue acusado en el caso) se había asociado con un acusado para hacer apuestas y testificó ante un gran jurado federal, informó The Washington Post.

El Review-Journal informó más tarde que a Molasky se le concedió inmunidad y testificó en el juicio que había apostado pequeñas fortunas.

En 1982, perdió 30 mil dólares apostando al béisbol, pero ganó 350 mil dólares en fútbol americano, testificó.

Finalmente, Las Vegas Organized Crime Strike Force acusó sin éxito al Computer Group. Molasky dijo que el caso fue el resultado de que el gobierno confundió a los apostadores sofisticados con los corredores de apuestas, informó el Review-Journal.

Los edificios se multiplican

El portafolio de bienes raíces de Molasky creció con los años. Construyó comunidades de campos de golf, hangares para aviones, el complejo de condominios Park Towers al este del Strip y centros comerciales, incluyendo el centro comercial de 35 acres Best in the West en los bulevares Rainbow y Lake Mead.

Su portfolio también incluía el Molasky Corporate Center, un edificio de oficinas de 17 pisos cerca del Spaghetti Bowl, y varios edificios de oficinas del FBI en todo el país.

En 2018, el Ayuntamiento de Las Vegas también aprobó un contrato de 59.3 millones de dólares con el Grupo Molasky para construir un juzgado municipal de cuatro pisos, de unos 140 mil pies cuadrados, cerca del Ayuntamiento.

Molasky concedió entrevistas a los medios de comunicación en los años 90 y 2000, pero desapareció de la vida pública en sus últimos años. Según el San Diego Reader, Molasky informó en 2011 que tenía la enfermedad de Waldenström, una forma rara de cáncer, y que estaba en Fase 4, la última de la enfermedad.

Su hija comentó el domingo que Molasky estaba bajo medicación para la enfermedad, que estaba bajo control y que no fue la causa de su muerte.

En el 2000, Molasky le informó al Review-Journal que había llegado a Las Vegas con unos pocos miles de dólares. Cuando el periódico le preguntó cuánto valía ahora, respondió: “Nadie me ha preguntado eso, yo diría que soy rico”.

Molasky, quien entonces tenía 73 años, añadió: “No hago esto por el dinero, lo hago porque me enorgullezco de mi trabajo y me encanta lo que hago. No quiero retirarme”.

A Molasky le sobreviven su esposa, Susan Molasky; su compañera, Cheryl Irwin; sus hijos Steven Molasky, Andrew Molasky, Alan Molasky y Beth Molasky-Cornell; sus hijastros; y varios nietos y bisnietos.

Su hija informó que será enterrado el martes en el cementerio King David de Las Vegas.

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