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El Congreso está atiborrado de llamadas para quejarse

WASHINGTON (AP) — Las llamadas que reciben los legisladores son un barómetro que permite medir el pulso de la opinión pública… si es que consiguen comunicarse.

Y eso está resultando cada vez más difícil en la era de Donald Trump, en que los empleados de los legisladores se ven abrumados por las llamadas y cuesta mucho comunicarse ya que da siempre ocupado o responde un contestador automático.

Si nadie contesta, eso irrita al votante que quiere hacerse escuchar. Por ello, todos los legisladores, desde el líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, hasta el más novato, se afanan por buscar la forma de responder.

Cuando el conductor de un programa radial local le preguntó a McConnell acerca del polémico decreto de Trump suspendiendo la admisión de personas y refugiados de siete países mayormente musulmanes, el senador trató de asegurar a sus votantes de que se ocupa de ellos.

“Agradezco que mucha gente de Kentucky nos haga llegar sus comentarios y por su paciencia con las líneas atestadas”, declaró McConnell al conductor de WHAS AM Terry Meiners. “Le comento a la gente que ha pasado por eso que la mejor forma de contactarme es online”.

El personal del Senado no confirmó cuántas llamadas están recibiendo las oficinas de los legisladores, pero son muchas, pues la gente está respondiendo a exhortaciones hechas a través de Facebook y Twitter para que inunden de llamadas los teléfonos de sus legisladores. Un portavoz del líder demócrata del Senado Charles Schumer dijo que le habían comentado que se habían recibido un promedio de 1,5 millones de llamadas por día esta semana.

Se ha corrido la voz de que las llamadas, y no los correos electrónicos, son la mejor forma de hacer llegar un mensaje a los legisladores.

La oposición al nombramiento de Betsy DeVos como secretaria de educación parece ser la principal causante del aumento en las llamadas de esta semana.

“Unas 3.000 personas me han contactado para expresar su oposición a su nombramiento y solo 20 dijeron apoyarla. De hecho, los teléfonos no paran de sonar”, comentó el sentador demócrata Jon Tester. “Hay senadores que no están respondiendo llamadas porque no quieren oír lo que les dicen”.

“He recibido miles, realmente miles de llamadas de residentes de Alaska que expresan su preocupación por Betsy DeVos”, declaró la senadora de ese estado Lisa Murkowski, quien se opone al nombramiento. “Me han contactado por teléfono, por email y en persona”.

El aumento de las llamadas hizo que el senador Ben Sasse instalase un software que ofrece una capacidad ilimitada de recibir mensajes de voz. El personal ve de dónde viene y da prioridad a las de Nebraska, el estado que representa Sasse.

Los senadores están acudiendo a las redes sociales para ofrecer alternativas. David Perdue, un republicano, publicó un enlace con un correo electrónico para publicar comentarios. “Les aseguro que nuestro equipo trabaja diligentemente para responder a sus llamadas y sus mensajes”, expresó.

Algunos senadores, por otro lado, responden ellos mismos algunas llamadas. Como el eternamente optimista Steve Daines, republicano.

“Llamaban de Montana. Me acuerdo de Missoula, Bozeman, Butte (localidades de ese estado)… Es bueno levantar el tubo y sorprender al que llama. No esperan que responda el senador”, bromeó Daines. “Es importante escucharlos y tener una conversación seria, civilizada”.

Dean Heller está en una situación delicada. Es el único republicano de un estado (Nevada) que ganó Hillary Clinton en las últimas elecciones generales y tratará de ser reelegido en el 2018. Su oficina trata de responder a todas las llamadas, pero eso es imposible en estos momentos.

Heller ofreció una explicación en Twitter: “Estamos experimentando un pesado volumen de llamadas. Respondemos todas las que podemos. Por favor sigan llamando hasta que consigan comunicarse”.

Las redes sociales parecen ser el principal responsable del incremento en las llamadas, pues la gente publica los números de los legisladores no solo en Washington sino también en sus estados y en sus distritos legislativos.

“Veo muchos amigos de mi maestro en Facebook que están politizados como nunca antes”, comentó Keith Barton, profesor de educación en la Universidad de Indiana que ha tenido poco éxito en sus llamadas al senador Todd Young, republicano de Indiana. “La gente podía tener inclinaciones liberales, pero ahora escriben, llaman y envían emails, cosas que antes no hacían. Es llamativo lo politizada que está la gente común”.

“Ponen los números de las oficinas en la internet y en las redes sociales”, dijo el senador republicano John Cornyn. “En parte esto es en protesta contra el gobierno de Trump y la confirmación de algunos de los miembros de su gabinete”.

Si bien los republicanos son los que están asediados ahora, es previsible que pronto le pase lo mismo a los demócratas, cuando se analice la confirmación de Neil Gorsuch para la Corte Suprema, a la que se oponen vehementemente.

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