El primer hijo de Luz Helena García y su esposo Juan Álvarez fue diagnosticado con autismo a los 3 años. “Juanito” como lo llaman de cariño era muy hiperactivo, tenía mucha ansiedad, empujaba a los demás niños, corría sin rumbo y no hallaba cómo jugar o interactuar con otros niños. Esos comportamientos llevaron a Luz a buscar una respuesta y el diagnóstico fue: Autismo, una enfermedad que ellos nunca habían escuchado y que les cambió la vida.
Ya encaminada con el tema cuando su segundo hijo Jesús cumplió los 8 meses de nacido -y al ver los mismos rasgos de su hermano-, por precaución lo llevó al médico y, efectivamente, también fue diagnosticado con autismo, pero era un caso más severo. Jesús, quien ahora tiene 11 años, no habla, se comunica con sonidos o gestos, sus sentimientos afloran más rápido y requiere atención casi las 24 horas.
Por su parte Juanito, el mayor y quien está por cumplir 13 años, se comunica muy bien, entiende toda la conversación y es muy atento. Inclusive le ayuda a sus padres con su hermanito.
“Cuando un niño en la casa es diagnosticado con autismo, toda la familia tiene autismo”, compartió Luz Helena García durante una charla con Las Vegas Review-Journal en Español.
Ella se dedica a sus hijos de tiempo completo, asevera que no es fácil y más cuando la llaman frecuentemente de la escuela porque uno de ellos o los dos tuvieron algún tipo de comportamiento o percance. Muchas ocasiones son víctimas de acoso (bullying) y ellos reaccionan ante las hostilidades.
Pero esta familia encontró un aliado que les agarró la mano y dicen no planean soltarlo. Azul Blue, una organización sin fines de lucro y que funciona gracias a donaciones y lo mejor de todo es que se enfocan en familias hispanas.
“Somos un equipo de papás voluntarios que estamos unidos por el autismo y más por el amor a nuestros hijos”, afirma por otro lado, Olivia Espinoza, fundadora y directora de Azul Blue.
“Arropamos a las familias que llegan a nosotros, algunos ni siquiera saben de dónde empezar. Muchas personas que se encuentran en el espectro autista sufren abusos, físicos y mentales, se ponen agresivos o tienen cambios radicales en su comportamiento. Y sus padres no tienen idea cómo lidiar con ellos”, externó Espinoza.
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