WASHINGTON.- Los demócratas impulsaron la aprobación en el Senado de su paquete económico en un año electoral, un disputado acuerdo que resulta menos ambicioso que la visión original del presidente Joe Biden, pero que de igual forma cumple con los objetivos del partido de desacelerar el calentamiento global, moderar los costos farmacéuticos y gravar a las enormes compañías
Ahora el paquete por aproximadamente 740,000 millones de dólares se encamina a la Cámara de Representantes, donde los legisladores están listos para respaldar las prioridades de Biden, lo que parecía una iniciativa perdida y destinada al fracaso que recuperó fuerza en la política. Los demócratas se mantuvieron unidos en una votación que se resolvió 51-50 gracias al voto decisivo de la vicepresidenta Kamala Harris.
“Los senadores demócratas se han puesto del lado de las familias estadounidenses en lugar de los intereses especiales”, dijo el presidente Joe Biden en una declaración desde Rehoboth Beach, Delaware. El presidente instó a la Cámara de Representantes a aprobar el proyecto de ley lo antes posible. La presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi dijo que “se moverá rápidamente para enviar este proyecto de ley al escritorio del presidente”. Se tendría previsto que la Cámara de Representantes votara el viernes 12 de agosto. “Ha sido un camino largo, difícil y tortuoso, pero al fin, al fin hemos llegado”, señaló el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, antes de la votación final.
“El Senado está haciendo historia. Estoy seguro de que la Ley de Reducción de la Inflación perdurará como una de las medidas legislativas definitorias del siglo XXI”, añadió.
Los senadores participaron en una maratónica sesión de votaciones. Los demócratas rechazaron unas tres docenas de enmiendas republicanas que pretendían hundir la ley. Frente a la oposición unánime de los republicanos, la unidad demócrata en la cámara, que está dividida al 50%, se mantuvo en la senda de una victoria que eleva la moral a tres meses de las elecciones, en las que está en juego el control del Congreso.
La “Ley de Reducción de la Inflación” ofrece a los demócratas un escaparate de temporada electoral para actuar sobre objetivos codiciados. Incluye el mayor esfuerzo federal de la historia en materia de cambio climático -cerca de 400,000 millones de dólares-, limita a 2,000 dólares anuales los gastos de bolsillo de los medicamentos para los ancianos con Medicare y prorroga los subsidios por vencer y que ayudan a 13 millones de personas a costear un seguro médico. Mediante el aumento del impuesto de sociedades, todo el paquete se paga, con unos 300,000 millones de dólares de ingresos adicionales para la reducción del déficit.
Con apenas poco más de la décima parte de la iniciativa de Biden “Build Back Better”, el nuevo paquete abandona las propuestas anteriores de preescolar universal, licencia familiar pagada y ampliación de la ayuda al cuidado infantil. Ese plan se vino abajo después de la oposición del senador conservador Joe Manchin, demócrata por Virginia Occidental, quien argumentó que era demasiado costoso y avivaría la inflación.
Analistas no partidistas han dicho que la “Ley de Reducción de la Inflación” tendría un efecto menor en el aumento de los precios al consumidor.
“Los demócratas ya han robado a las familias estadounidenses una vez a través de la inflación, y ahora su solución es robar a las familias estadounidenses una segunda vez”, argumentó el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell.