Las autoridades de El Salvador declararon dos niveles de alerta, uno regional y otro nacional, y evacuaron a pobladores, por la primera erupción en 37 años del volcán Chaparrastique, que ha lanzado ceniza en el oriente del país.
El director de Protección Civil, Jorge Meléndez, informó que se declaró alerta naranja o de alto riesgo en el departamento de San Miguel, donde se ubica el volcán, y en otros lugares aledaños, así como alerta amarilla o preventiva en todo el país.
Con base en la alerta naranja, Protección Civil ordenó la evacuación de los pobladores en un perímetro de tres kilómetros del volcán, indicó Meléndez explicó en rueda de prensa.
Añadió que la alerta amarilla significa que deben activarse el Sistema Nacional de Protección Civil, integrado por distintas instituciones estatales, y las comisiones departamentales y municipales de emergencia, ante cualquier eventualidad.
La erupción se produjo con un estruendo a las 10.32, hora local (16.32 GMT), con emanaciones de ceniza y gases que formaron una gran nube que cubrió amplias zonas y alcanzó entre cinco y 10 kilómetros de altura, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Meléndez apuntó que la ceniza se ha expandido por varias zonas del este de El Salvador y que los expertos prevén que “pueda alcanzar hasta Tegucigalpa, Honduras”, al norte del territorio salvadoreño.
Agregó que, aunque “no hay lanzamiento de magma”, sí “hay presencia de cierta cantidad de lava” en un sector del cráter del volcán.
El funcionario dijo que “todavía no hay un dato consolidado” de personas evacuadas, e indicó que se han habilitado al menos tres albergues en la ciudad de San Miguel, a unos 11 kilómetros del volcán y unos 138 kilómetros al este de San Salvador.
Medios locales indicaron que unas 2,000 personas ya han sido evacuadas de los alrededores del volcán y que muchos habitantes han abandonado sus hogares por su cuenta.
El alcalde de San Miguel, Wilfredo Salgado, declaró al Canal 19 de televisión de San Salvador que “muchísima” gente vive en las cercanías del Chaparrastique, y que “no son menos de 8,000 a 10,000 familias sólo en la parte de arriba” del coloso.
Meléndez remarcó que “decenas de miles de personas” viven en la zona de tres kilómetros alrededor del volcán, dada la alta densidad poblacional del país, y consideró que “posiblemente no” sean evacuadas todas.
Las autoridades han confirmado que por ahora no se registran víctimas mortales ni graves daños materiales por la erupción.
Habitantes de la zona dijeron a medios locales que la ceniza expelida por el volcán se acumula en calles, casas, edificios o árboles, y oscureció parcialmente la ciudad de San Miguel y otros sectores, además de que se siente un fuerte olor a azufre.
El tráfico terrestre por la zona de la erupción ha sido desviado por carreteras alternativas ante la escasa visibilidad y el peligro que suponen las cenizas.