Joseph Frank tenía aproximadamente un año la noche en que las tropas nazis irrumpieron en su casa y detuvieron a su padre como parte de Kristallnacht, una masacre de dos días en toda Alemania en la que murieron aproximadamente 100 judíos y sus comunidades quedaron en ruinas.
“Ellos rompieron todo en pedazos”, dijo Frank, de 81 años, de Henderson. “Mi madre me dijo que voltearon mi cuna y me lanzaron al suelo… Como estaban rompiendo todo, mi madre identificó a uno de los soldados, habían sido amigos antes, y resultó que él era el jefe de esa fuerza de la SS. Cuando él la reconoció, mi madre le dijo: “¿Cómo puedes hacernos esto a nosotros?”
Aproximadamente 7 mil 500 negocios de propietarios judíos y cientos de sinagogas, escuelas, hogares e incluso cementerios judíos fueron objeto de vandalismo el 10 de noviembre de 1938. La redada coordinada, también conocida como “La noche de los cristales rotos”, reflejó la escalada de los nazis de políticas de exclusión a Violencia contra los judíos.
Frank estará en la multitud mientras otros sobrevivientes de Kristallnacht del área de Las Vegas contarán sus historias a las 2 p.m. del domingo en el templo Beth Shalom en Summerlin. La conversación de una hora, que se planeó para coincidir con el 80 aniversario de Kristallnacht, se produce cuando la comunidad judía lamenta los asesinatos de 11 personas el 27 de octubre en una sinagoga de Pittsburgh.
‘Ningún lugar a donde ir’
Las tropas alemanas de la SS arrestaron a aproximadamente 30 mil hombres judíos, incluido el padre de Frank, y los enviaron a campos de concentración. Frank es uno de los cientos de niños que quedaron abandonados.
“La única manera de salir era si alguien, un pariente suyo, pudiera obtener una visa para salir de Alemania”, comentó Frank, cuya familia vivía en Edelfingen, a unos 140 kilómetros al sureste de Frankfurt. “El problema era que no había a dónde ir porque ningún otro país quería dejarnos entrar. Por suerte, mi madre tenía un hermano en Londres que estaba dispuesto a pagar una fianza. Él respondería por nosotros, por lo que no seríamos una “carga para el gobierno inglés”. Nos envió una visa y luego dejaron ir a mi padre y nos subimos a un tren a Londres.
En marzo de 1940, Frank y su familia emigraron a los Estados Unidos. Su madre tenía otro hermano en Nueva York que respondió por ellos. Frank se mudó al Valle de Las Vegas en 2005.
Alexander Kuechel, de 94 años, tenía 14 años cuando su padre fue capturado por soldados nazis durante Kristallnacht. Se reunieron un año más tarde y se mudaron a Cracovia, Polonia, con su madre. Dos años más tarde, vivieron en Chrzanow, a unas 30 millas al este de Cracovia, cuando la policía tomó a Kuechel y lo enviaron a un campo de concentración. Sus padres fueron enviados poco después a Auschwitz, donde fueron asesinados. Fue barajado entre siete campos de concentración en Polonia a los 17 años, comentó.
“Estábamos en tierra de nadie en Alemania”, expresó Kuechel, quien ahora vive en Summerlin. “Había cientos de campos de concentración, era casi imposible escapar; los alemanes te denunciarían o te dispararían en el acto, escapar era inaudito. Cualquiera que lo intentó fue asesinado. Tenías que tener familia en otro país que te avalara. Mi hermana intentó con su esposo y su hijo de 2 meses y gasearon a los tres”.
Kuechel salió de Alemania el 17 de diciembre de 1949, cuatro años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Tenía 26 años. Se mudó a Nueva York y fue a la escuela nocturna. Un año más tarde, se mudó a Los Ángeles, donde obtuvo su diploma en Dorsey High School mientras trabajaba en el hotel Beverly Hills.
Kuechel trabajó en bienes raíces durante aproximadamente 15 años y se mudó al área de Las Vegas en 1996 con su esposa, Lilo, después de retirarse. Ella también es una sobreviviente de Kristallnacht.
“No solo la historia judía”
“Este es un aspecto muy importante de la historia humana”, argumentó Esther Finder, de 65 años, de Henderson, organizadora del evento del sábado y presidenta de los Sobrevivientes del Holocausto del Sur de Nevada. “No es sólo la historia judía, es la historia humana, hay tantas cosas que estamos viendo hoy que lamentablemente volvemos a lo que estaba sucediendo en Alemania. Comienza poco a poco, no comienza matando gente, no comienza con cámaras de gas, solo así fue como terminó”.
Finder, también presidenta de Generations of the Shoah-Nevada, es hija de dos sobrevivientes del Holocausto. Se convirtió en presidenta de Holocaust Survivors of Southern Nevada en 2016 y fundó Generations of the Shoah hace aproximadamente ocho años. Como parte de su misión, organiza eventos para ayudar a mantener vivo el legado de los sobrevivientes del Holocausto a medida que disminuyen sus números en el área de Las Vegas. Ella estimó que 100 permanecen en la región.
“Recuerdo que mi madre me contó una historia una vez”, dijo Finder. “Necesitaba sal o azúcar para su madre, y acudió a un vecino con quien se sentía muy cercana. Mi familia es de Polonia. La mujer polaca la rechazó y le dijo: “No vuelvas”, cuando era niña, la señora solía sobornar a mi madre con un “caramelo por un beso”, así de cercanas eran. Pero en Polonia, si te atrapaban ayudando a un judío, no solo te mataban, sino que toda tu familia también podría ser asesinada”.