BOGOTÁ (AP) — El gobierno de Colombia lamentó el martes 28 la ejecución en China de uno de sus ciudadanos, que había sido condenado por narcotráfico.
La cancillería colombiana aseguró que hizo todo para que las autoridades de la nación asiática le perdonaran la vida.
En un mensaje de Twitter, el organismo dio sus condolencias a los familiares de Ismael Enrique Arciniegas Valencia. “Se luchó hasta el último minuto por su vida”. Arciniegas, un periodista y publicista de 72 años, fue detenido en 2010 por traficar cuatro kilos de droga a cambio de recibir 5.000 dólares.
El vicecanciller colombiano Francisco Echeverry dijo a periodistas que es el primer colombiano ejecutado por narcotráfico en China.
Horas después, la cancillería precisó en un comunicado que Arciniegas murió en la noche del 27 de febrero, luego de que las autoridades judiciales chinas ejecutaran la condena que le habían impuesto por tráfico de drogas. La misma misiva destaca que en las próximas horas las cenizas del colombiano serán entregadas al consulado de Colombia en Guangzhou y luego serán repatriadas para entregarlas a su hijo en Cali.
Desde Cali, al occidente del país, Juan José Herrera, uno de sus hijos, quien por varios años tuvo contacto con él vía telefónica o por medio de cartas, dijo a la cadena radial Caracol: “mi padre era un periodista y una persona que estando escribiendo un libro, en los años 80, se involucró con personas que no podía y tristemente cometió un error que le costó la vida”.
Herrera dijo que su último contacto con su padre fue en la víspera, antes de ser llevado al cuarto de ejecución. “Mi padre cayó en ese error por la avaricia. Realmente la ostentosidad en la que vivían los narcotraficantes de los años 80 seducen a cualquier persona, por más honesta que sea”.
Herrera ha sido tatuador por varios años y en el pecho lleva dibujado el rostro de su padre.
Por la mañana, la cadena Bluradio dio a conocer la última grabación entre Ismael y su familia. Él se escuchaba tranquilo, pero al otro lado se escuchaba sollozos. “Me voy feliz, tranquilo. Adiós, besos y abrazos. No me preocupo por nada, no me voy triste. Dios allá me tiene las puertas abiertas”.
Para algunas personas consultadas por The Associated Press, la ejecución de Arciniegas ha sido triste, pero concuerdan en que violar las leyes de otras naciones no siempre puede pasar desapercibido. “Es muy doloroso… pero si violó reglas establecidas por cada país, especialmente de China (que prohíbe el narcotráfico), que afronte las consecuencias. Éste es un mensaje para que nunca, nunca más, un colombiano lleve droga a ese país”, dijo Jeison Martinez, un kinesiólogo de 26 años.
Éste es el segundo drama que vive la familia Arciniegas Valencia por narcotráfico. Dos años y cinco meses atrás, el hermano de Ismael, Luis Germán Arciniegas, murió en Hong Kong por un derrame cerebral. Se encontraba preso en el centro penitenciario de la provincia de Macao desde junio de 2011 por llevar droga y fue condenado a más de 12 años de prisión.
En China hay cinco colombianos condenados a pena de muerte por el mismo delito. De estas sentencias, tres han sido ratificados y dos están en espera de la apelación. Actualmente hay 15.034 reclusos de Colombia alrededor del mundo y más del 50 por ciento de estos fueron detenidos por narcotráfico.
La semana pasada, la transgénero Sara Maria Galeano fue repatriada desde China por razones humanitarias. Había sido condenada a pena de muerte por la tenencia de tres kilos de cocaína, pero luego le rebajaron la condena a cada perpetua por buena conducta. Ahora está recluida en la cárcel La Picota, al sur de Bogotá. Y cumplirá una pena de más de 11 años.