La batalla legal entre el presidente de la UFC, Dana White, y un hombre condenado por intentar extorsionarlo en un escándalo de grabaciones sexuales se llevará a cabo ahora en el tribunal más alto del estado.
Ambas partes han presentado escritos ante el Tribunal Supremo de Nevada y están a la espera de saber si se celebrará una audiencia.
La identidad de White como víctima de extorsión se mantuvo en secreto por orden judicial en el caso federal contra Ernesto Joshua Ramos durante varios años.
White, de 52 años, dirige el Ultimate Fighting Championship (UFC), con sede en Las Vegas, la mayor organización de artes marciales mixtas del mundo.
Ramos, un agente inmobiliario y entrenador personal de 44 años, se declaró culpable de amenazar con hacer públicas las grabaciones de su novia manteniendo relaciones sexuales con White en su habitación de hotel durante un evento de la UFC en Brasil en octubre de 2014. La novia, que grabó el encuentro sexual con su teléfono, era entonces una stripper de Las Vegas.
Después de que Ramos completara una condena de un año de prisión y libertad supervisada por el intento de extorsión de 200 mil dólares, “contra-demandó” a White el año pasado.
Ramos acusó a White, con conexiones políticas, de romper un acuerdo para pagarle 450 mil dólares para seguir manteniendo el nombre de White en secreto después de que se cerrara el caso penal.
Ramos sostuvo que no trató de extorsionar a White y que el acuerdo de dinero en efectivo se utilizó para atraerlo a declararse culpable.
Los abogados de White argumentaron que no hubo ningún acuerdo, y un juez de distrito del Condado Clark se puso de su lado y desestimó la demanda. Los abogados calificaron la demanda como un esfuerzo de “desprestigio” y un nuevo intento de extorsionar a White a través del sistema judicial.
Ramos recurrió la decisión ante el Tribunal Supremo.