En Red Rock Resort, hay una fila separada para los miembros del club de jugadores nivel presidencial, como la que había en el buffet (cuando aún había buffets), para acortar la espera de las inspecciones.
En Fremont Street, a los clientes se les revisa su temperatura corporal en el rango de la hipotermia, a grandes pasos de diferencia del calor de tres dígitos que hay afuera.
No hay normas sobre cómo, o incluso si, los casinos de Las Vegas inspeccionan a sus clientes por fiebres para tratar de detener la propagación del coronavirus.
Cada operador tiene un procedimiento diferente.
Como resultado, el acto de entrar en un casino local (poner la muñeca derecha hacia arriba, bajar el cubrebocas, mirar a la cámara, pararse en un punto específico) se juega como un hokeypokey del COVID.
Sólo huéspedes de hotel deben ser inspeccionados
En cuanto a los controles de temperatura, la Junta de Control de Juegos de Nevada sólo especifica que se realice a los huéspedes del hotel a su llegada. Estos pueden ser evitados completamente si los huéspedes completan una auto-evaluación de sus síntomas, siempre y cuando el hotel tenga un profesional médico en la propiedad en todo momento.
En ninguna parte de las directrices de reapertura de la Junta dice nada sobre la inspección de temperaturas de los miles de clientes (cualquiera de los cuales podría ser sintomático) que entran en los casinos cada día para jugar, comer o beber o sentarse cerca de ti mientras tú haces lo mismo.
Las visitas informales a 40 casinos en todo el valle la semana pasada mostraron que la gente podía entrar sin tener que pasar por el control de fiebre en numerosas propiedades, incluyendo todos los resorts reabiertos propiedad de Caesars Entertainment y MGM Resorts International.
Un representante de MGM no dio una razón de la política de la compañía, mientras que un vocero de Caesars sólo dijo, “Caesars está siguiendo las directivas del estado en todos los lugares donde hacemos negocios”.
Wynn Resorts, Las Vegas Sands, Boyd Gaming y Station Casinos, sin embargo, instalaron mecanismos de control en cada entrada accesible de sus propiedades.
“Nuestra mayor prioridad en este momento es proteger la salud y la seguridad de los miembros de nuestro equipo y los huéspedes”, comentó un representante de Boyd en una declaración. “Los controles universales de temperatura son sólo una forma más de demostrar nuestro compromiso de cumplir y superar las normas establecidas por los funcionarios de salud y mantener a todos seguros en nuestros edificios”.
Un sistema imperfecto
Aunque es beneficioso, un control de la temperatura está lejos de ser una solución perfecta cuando se trata de limitar la propagación de COVID-19.
“Encontrará personas que actualmente están enfermas con fiebre, pero no todo el mundo la padece”, explicó el epidemiólogo y profesor de la UNLV, Brian Labus. “La mitad de la gente (con coronavirus) no padece síntomas, así que de buenas a primeras, no vas a encontrar a la mitad de las personas que están infectadas. Entonces, de los que sí tienen síntomas, no todos tienen fiebre, …pero no vas a encontrar a la mayoría de la gente que tiene una infección”.
Las inspecciones, sin embargo, son la mejor opción disponible a gran escala para ayudar a remover a aquellos que puedan estar portando el virus, mencionó el doctor Paul Kalekas, director del Departamento de Atención Primaria de la Universidad Touro en Nevada.
“Hay muchas cosas sobre este virus que simplemente no sabemos. Con lo que estamos tratando es con porcentajes, así que lo que quieres hacer es, con la menor cantidad de restricciones, obtener el mayor porcentaje de captura de personas con la enfermedad”.
Cada casino por sí mismo
Sin ningún estándar en la industria en general, depende de cada propietario de casino decidir qué es lo mejor para su propiedad.
Esto significa que, mientras que Fremont en el centro limitaba el número de entradas y recibía a cada cliente en la puerta con un control de temperatura, Four Queens de enfrente tenía todas sus puertas abiertas y no controlaba a los visitantes.
En el Strip, las propiedades MGM y Caesars no estaban solas en el control de los huéspedes del hotel. Ese también era el caso en The Strat, Sahara, The Cosmopolitan of Las Vegas y Treasure Island. Mientras que este último no estaba inspeccionando a sus visitantes, tenían que someterse a un medidor de temperatura de mano para entrar a la atracción privada de los Avengers S.T.A.T.I.O.N., o incluso en su tienda de regalos, ambas situadas justo al lado del casino.
En Wynn Las Vegas y Encore, así como en Venetian y Palazzo, los clientes son inspeccionados varios a la vez, normalmente sin reducir la velocidad, por cámaras de imágenes térmicas que dan a los operadores un aspecto del “Depredador” a todo el que entra.
Las propiedades de Boyd (incluyendo Aliante, Cannery, Gold Coast, The Orleans, Suncoast, Station Resorts incluyendo Green Valley Ranch, Red Rock, Santa Fe y Sunset) se acercan más a un enfoque de parada y espera. Se pide a los huéspedes que se espacien en marcadores de distancia hasta que lleguen a los escáneres, en cuyo momento se les puede pedir que se paren en un punto específico y se quiten brevemente elementos como cubrebocas, sombreros e incluso gafas para obtener una lectura precisa. No es muy diferente al proceso de ser fotografiado en el DMV.
En el centro de la ciudad, el California y The D dependen de máquinas que escanean el interior de las muñecas de los huéspedes, y estas últimas registran la temperatura de la piel en los peligrosamente bajos 90 grados. The Plaza ofrecía la opción de presentar la frente o la muñeca, aunque si la frente estaba caliente, la muñeca debía ser escaneada de todos modos.
“El interior de la muñeca es muy poco profundo, anatómicamente, por lo que se logra una cobertura de vasos sanguíneos realmente buena”, explicó Kalekas. “Es razonable revisar el interior de la muñeca por conveniencia, en lugar de la frente, si la gente ha estado de pie en el sol”.
Momento para refrescarse
Ah sí, el sol.
Cuanto más tiempo estés en el calor de Las Vegas, más caliente será tu piel expuesta. Esos escáneres sólo leen la temperatura de tu piel, lo que no es un verdadero indicador de tu temperatura corporal.
“La temperatura de tu piel se ve afectada por el medio ambiente”, señaló Labus. “Por eso te ponemos un termómetro en la boca”.
Aunque 98.6 grados se ha considerado durante mucho tiempo una temperatura “normal”, las personas sanas pueden regular entre 97 y 100 grados, agregó Kalekas. Cuando los casinos niegan la entrada a las personas con una lectura igual o superior a 100.4 grados, indica que eso se debe a que el 99 por ciento de la población no fluctuará tan alto sin tener fiebre.
Sin embargo, todos los casinos pueden ajustar esas recomendaciones y pueden pedirle a cualquiera que tenga una temperatura ligeramente elevada que se haga a un lado y lo intente de nuevo.
En Green Valley Ranch, por ejemplo, una lectura tan baja como 99.1 grados en un escáner de mano (siguiendo las altas mediciones por medio de imágenes térmicas y una segunda cámara que hace un zoom en la cara del huésped y detecta el calor que sale de ella) es suficiente para que lo lleven a una silla donde se sentará, beberá una botella de agua de cortesía y esperará para refrescarse.
O, si eres como aquel tipo que visitó Cannery y registró una temperatura alta el jueves pasado, puedes alzar las manos en enojo y salir corriendo antes de que el guardia de seguridad termine de recitar los procedimientos de seguridad.
Mejor que nada
“No es proporcionar un escudo en la puerta lo que mantiene a todos los enfermos fuera”, comentó Labus sobre las inspecciones de temperatura. “Sé que esa es la esperanza, pero no es realmente lo que se está haciendo”.
El profesor, que pasó 15 años como investigador principal del Distrito de Salud del Sur de Nevada, subrayó que esos controles de fiebre forman parte de un enfoque integral que los casinos están adoptando y que incluye medidas de distanciamiento social, barreras de plexiglás, el uso obligatorio de máscaras y una mayor limpieza.
Por muy defectuoso que sea el sistema, los chequeos de temperatura universales siguen siendo beneficiosos.
“Si se queda corto, está bien, de todos modos lo están intentando”, indicó Labus. “Puede que no sea perfecto, y digamos que sólo atrapan a un par de por ciento de los enfermos, eso sigue siendo un par de por ciento de los enfermos que no llegaron a un casino para propagar la enfermedad”.
Las Vegas Review-Journal / El Tiempo es propiedad de la familia del presidente y CEO de Las Vegas Sands Corp., Sheldon Adelson. Las Vegas Sands Corp. opera Venetian y Palazzo.