El nombre de K-9 es un juego de palabras que al pronunciarse en inglés se escucha como “canine” o lo que es lo mismo perro en castellano. Esta unidad de las autoridades policiacas, que trabaja en equipo coordinado entre los caninos y los oficiales, son parte del Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas (LVMPD, por sus siglas en inglés), y participaron en el evento Primer Martes del mes, llevado a cabo el 5 de junio.
A la sesión informativa, realizada en la comandancia de LVMPD (Downtown) asistió el sargento de la Unidad K-9, Matt Harris, quien por un breve momento presentó a su fiel compañero “Bones”, que por razones de seguridad -del mismo canino y los asistentes- fue retirado a la patrulla, que esta acondicionada con aire frio y un detector de calor.
El sargento Harris explicó que “los perros que se utilizan en Las Vegas son de la raza belga malinois, pastor alemán y el springer spaniel inglés; el equipo humano son 16 policías y 3 sargentos hay 19 perros patrulleros y 16 perros detectores, están por integrarse otros 2 cuadrúpedos, uno para cada equipo”.
Los perros que son entrenados para el trabajo de detectores, son los que por su delicado olfato pueden distinguir el aroma de una persona que sujetó un arma y es una evidencia en un caso criminal, además de materiales explosivos, sustancias no permitidas como drogas, en el rastreo de evidencia o un sospechoso y en evento públicos.
En su caso, los perros patrulleros, trabajan cuando se realiza un perímetro para la ubicación de un sospechoso de un crimen, el animal puede alcanzar espacios más reducidos donde se esconda una persona, y otra de sus habilidades es la de correr a una mayor velocidad y poder alcanzar a un posible criminal reportado. Además del apoyo que solicite la unidad SWAT.
“El trabajo en equipo entre los oficiales de LVMPD, los oficiales de K-9 y los perros patrulleros, se ve cuando se rodea una cuadra completa, con patrullas en las 4 esquinas, vía área en un helicóptero de la policía se ubica al sospechoso y es cuando se suelta al perro, con instrucciones en inglés y en alemán”, estos son los 2 idiomas que entiende el perro, explicó el Sargento Harris.
La vida de trabajo para un canino es de 10 años como máximo, y como cualquier otro oficial humano, “en caso de accidente es retirado para su recuperación, luego de terminar su vida laboral es puesto en adopción para una familia de un policía, el perro nunca olvida su entrenamiento, pero hace todo más lento en la mayoría de edad”, bromeó Harris con los asistentes.
El caso de “Bones” -perro patrullero que acompaña al Sargento Harris-, vive en su casa, con la familia, con sus hijos y esposa, sin embargo, no es una mascota, “el perro debe estar afuera en el patio, no puedo tratarlo o consentirlo como a cualquier otro perro mascota, el descansa y cuando me ve en uniforme sabe que es momento de salir a trabajar y eso le divierte y excita”.
Por esta razón si usted ve la unidad de K-9, debe de respetar al canino y evitar tratar de interactuar con el animal, ya que está de trabajo y no se comporta como mascota y obedecerá al policía el mantenerse quieto. Se hizo hincapié en este punto por el gusto a los perros de varias personas y sobre todo niños.
Conozca sobre la unidad K-9 en:
www.friends4lvk9.com