85°F
weather icon Windy

“Bomba de tiempo”: Brote de COVID-19 en el centro de detención federal de Pahrump

Durante la pandemia de coronavirus, reclusos y abogados han tratado de hacer sonar la alarma del Centro de Detención del Sur de Nevada en Pahrump.

Ahora, siete meses después de que el virus llegó a Nevada, un preso y un oficial de detención han muerto. Hay casi cuatro veces más presos que han dado positivo en el centro de detención federal dirigido por CoreCivic que los de todos los presos del estado, por mucho el mayor número de cualquier centro de detención en Nevada.

“Ha sido una bomba de tiempo que nuestra oficina ha estado esperando a que explote desde marzo”, comentó Maggie Lambrose, una de las dos asistentes de los defensores públicos federales que hablaron con el Las Vegas Review-Journal el viernes sobre las condiciones dentro del centro de detención.

La mayoría de los reclusos están bajo la custodia del U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE) o U.S. Marshals Service. Hasta el viernes, al menos 102 han dado positivo durante la pandemia, según declaraciones de las agencias.

Ha habido 91 detenidos bajo la custodia de los U.S. Marshals que han dado positivo, 52 de los cuales se han recuperado. Once detenidos del ICE han dado positivo. Ha habido 25 casos entre los empleados de CoreCivic en Pahrump, cuatro con enfermedades activas, declaró la vocera de la compañía, Amanda Gilchrist, la semana pasada.

El centro tiene actualmente unos 500 reclusos, según ICE y Marshal Service. El Departamento de Correccionales de Nevada, con casi 2½ más personas en custodia, ha tenido sólo 27 casos en reclusos, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos del Estado.

Casi todos los reclusos en el centro de Pahrump están esperando juicio o sentencia, lo que significa que no han sido condenados. Lambrose y la defensora pública federal adjunta, Erin Gettel, dijeron que su oficina sólo ha tenido éxito en un puñado de solicitudes de liberación por compasión debido a problemas de salud de los reclusos sentenciados.

Brandon Patton, de 29 años de edad, que esperaba sentencia por cargos de drogas y violación de la libertad condicional, murió el 8 de octubre después de que dos peticiones en su caso fueran denegadas.

“La realidad es que la mayoría de las personas que ya iban a ser detenidas, van a seguir estando detenidas incluso durante esta pandemia”, mencionó Gettel. “Así que debemos encontrar una manera de hacerlo de forma segura para que no sea una sentencia de muerte”.

“Preparándose para explotar”

En conversaciones telefónicas y declaraciones juradas (una de ellas firmada por 56 detenidos) los internos describieron condiciones de vida que han creado un “caldo de cultivo para la enfermedad”, mencionó Lambrose.

Los reclusos dijeron que el centro sólo hace pruebas a los que tienen una fiebre de al menos 100.4º. Marshal Service anunció en una audiencia en la corte el martes pasado que comenzará a examinar a los recién llegados, pero no ha habido un examen generalizado de cada recluso en la instalación.

La limpieza es irregular, el distanciamiento social es imposible, y los guardias caminan desde las unidades libres de virus a las que están en cuarentena, afirman los reclusos.

Cuando el centro de detención aísla a los recién llegados o a los que dan positivo en la prueba, se les envía a una celda solitaria y se les deja salir durante 30 minutos tres veces a la semana, según los documentos del tribunal.

En un comunicado enviado el viernes, el vocero de CoreCivic, Ryan Gustin, discutió que el “agujero”, como lo llaman los reclusos, debe ser considerado como confinamiento solitario, pero confirmó que el centro utiliza “unidades de alojamiento separadas… cuando se confirma que alguien da positivo”.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) recomiendan que los centros de detención creen un aislamiento médico “distinto” del confinamiento solitario para evitar que los internos escondan los síntomas por miedo a ser enviados a algún lugar normalmente utilizado para el castigo.

La semana pasada, los reclusos le informaron al Review-Journal que las personas con resultados positivos no estaban siendo retiradas de los dormitorios, que albergan a unas 90 personas cada uno.

“Es una caldera que está a punto de explotar”, confirmó el miércoles el recluso King Umoren.

Umoren, que dio positivo en agosto y se ha recuperado, dijo que hay cada vez más tensión entre los hombres de su unidad, especialmente después de que se les dijera que ocho reclusos con resultados positivos no serían aislados.

Mary Barbee, de 68 años, compartió la semana pasada que sus dos hijos, ambos con asma crónica, dieron positivo en el centro de Pahrump. Un hermano, Melvin Dillon, de 48 años, estaba siendo retenido en la unidad de Umoren después de que su prueba regresara, dijo.

Barbee, de Oregón, creó una campaña de cartas abogando por la liberación de sus hijos mientras esperan su juicio.

“He estado llorando durante semanas, rogando a la gente que los ayude”, dijo Barbee. “Y ahora míralos”.

En la declaración del viernes, Gustin no respondió a las preguntas sobre los informes de que CoreCivic no aisló a los detenidos positivos.

“Al igual que otros, confiamos en la guía experta de los CDC y otras autoridades de salud, así como en la de nuestros socios gubernamentales, para combatir esta crisis de salud sin precedentes”, declaró.

“No te hacen la prueba”

Tres personas de la familia de Daniva Chandler habían muerto por coronavirus cuando su marido, Tavaras, fue arrestado en agosto y llevado a Pahrump.

“Es mi compañero de vida, es la única persona que voy a tener, no quiero perderlo por algo que pudo haberse evitado”, comentó Chandler la semana pasada.

Hablando a través del teléfono de su esposa, Tavaras Chandler dijo que le preocupa lo que le sucedería a su familia si él se enfermara y muriera, especialmente porque su esposa es una ama de casa que lucha por cuidar a cuatro niños y una nieta de dos meses.

Y dijo que siempre le preocupa que una tos liviana se convierta en algo peor.

“Sólo queremos que la gente nos ayude”, comenta. “No necesariamente tienen que dejarme salir, pero dejen salir a los que puedan, porque la gente aquí está estresada, está asustada”.

Roosevelt Jones dijo que CoreCivic debería al menos mejorar el distanciamiento social dentro de las instalaciones, donde ha estado desde agosto. Jones indica que escucha a la gente toser por la noche, mientras que se les niega un examen durante el día.

“Si llegas aquí, no te hacen la prueba”, comentó Jones, quien, al igual que Tavaras Chandler, fue arrestado por una violación de la libertad condicional y no ha sido condenado.

Mientras que el ICE ordenó que se hicieran pruebas a sus detenidos en septiembre, Marshals Service dijo el viernes que las instalaciones individuales son responsables de la atención médica de los reclusos, junto con “las decisiones de cuarentena o los ajustes de política”.

“Cuando se trata de ‘pruebas generalizadas’ en cualquiera de nuestras instalaciones, incluyendo el NSDC, seguimos la dirección de los departamentos de salud locales y estatales, así como nuestros socios gubernamentales”, afirmó Gustin.

Jones es uno de los muchos reclusos que escribieron cartas y peticiones a los jueces. Gettel dijo el viernes que nunca había visto una “acción más concertada” de los reclusos.

Pero presentar quejas formales es una pérdida de tiempo, indicó Jones.

“Actúan como si no importara, como si no les importara si nos enfermamos”, concluyó.

LO ÚLTIMO