El senador de Vermont, Bernie Sanders, solidificó una victoria arrolladora el domingo, cuando los funcionarios del Partido Demócrata de Nevada terminaron el recuento de los votos emitidos en las asambleas presidenciales del estado (caucus).
Con el 87 por ciento de las circunscripciones electorales reportadas a última hora del domingo, Sanders había ganado el 47.1 por ciento de todos los delegados de la convención del condado, más del doble que su rival más cercano, el ex vicepresidente Joe Biden, que tenía el 20.9 por ciento.
El ex alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg (cuya campaña protestó por lo que llamó irregularidades en algunos conteos de votos) quedó en tercer lugar con el 13.6 por ciento, seguido por la senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, con el 9.7 por ciento y el empresario, Tom Steyer, con el 4.6 por ciento.
Sanders no se quedó a celebrar su victoria, y se dirigió a Texas para hacer campaña antes de la contienda del Súper Martes del 3 de marzo. Un tercio de los mil 991 delegados necesarios para ganar la nominación del partido estará en juego ese día.
Pero la próxima elección será la primaria del sábado en Carolina del Sur. Haciendo campaña en Palmetto State, Biden proclamó su segundo lugar en Nevada como el comienzo de un regreso después de los desastrosos resultados en Iowa y New Hampshire.
“Vamos a volver y vamos a ganar”, declaró Biden en un mitin dominical en Carolina del Sur.
En Las Vegas, la campaña de Buttigieg disputó su tercer puesto y pidió a los funcionarios del Partido Demócrata del Estado que hicieran públicos los registros de votación para resolver los problemas que, según dice, empañaron la elección y los resultados.
Específicamente, Michael Gaffney, el director de Buttigieg National Ballot Access and Delegates, dijo que los intentos de integrar la votación anticipada con los caucus del sábado estaban “plagados de errores e inconsistencias”.
Gaffney agregó que la campaña recibió más de 200 informes de problemas en todo el estado.
Un funcionario del partido estatal comentó que la campaña debería pedir un recuento para disputar los resultados, el proceso para el cual se esbozó en las normas adoptadas mucho antes de que se celebraran las reuniones electorales.
El asesor del partido, Jon Summers, antiguo ayudante del senador Harry Reid, notificó que el lento goteo de resultados se debía a las medidas de control de calidad del partido y no a problemas en las asambleas.
El presidente Donald Trump dio la bienvenida la victoria de Sanders alegando que el hombre al que se refiere como “Crazy Bernie” sería el nominado demócrata.
“Parece que Bernie será el nominado a menos que lo engañen”, le comentó Trump a los periodistas en la Casa Blanca el domingo. “Mucha gente pensó que iba a ser el nominado la última vez pero no le funcionó”.
En 2016, Sanders perdió la nominación presidencial demócrata frente a la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton. Los partidarios de Sanders afirmaron que los funcionarios nacionales del Partido Demócrata que favorecían a Clinton habían inclinado la balanza por ella.
La votación del Súper Martes será la primera prueba real para el multimillonario ex alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, quien omitió los primeros estados pero ha comprado millones en publicidad televisiva para pregonar su capacidad de derrotar a Trump.
Sanders cuenta con el dinero para competir, con 17 millones de dólares, según el último informe presentado a la Comisión Federal de Elecciones (FEC, por su sigla en inglés). Le sigue Biden con siete millones de dólares.
Bloomberg ha prometido gastar lo que sea necesario de su fortuna personal, mientras que los otros candidatos, como Buttigieg, Warren y la senadora de Minnesota, Amy Klobuchar, tienen muchos menos recursos para competir en varios estados, según los informes de la FEC.
Sanders, en un discurso de victoria desde Texas el sábado, enunció que en Nevada “hemos formado una coalición multigeneracional y multirracial que no solo va a ganar en Nevada, sino que va a tomar este país”.
En Nevada, Sanders tenía más apoyo entre afroamericanos e hispanos que Biden, según encuestas de la NBC.