En la prisión de Ciudad Juárez (fronteriza con Texas) adonde fue trasladado el mes pasado, El Chapo tiene acceso a familiares, abogados, aire fresco, libros, ajedrez y a la televisión, y puede utilizar una máscara para los ojos para dormir, lo que le permite tener una oscuridad absoluta, sostienen autoridades penitenciarias.
En una entrevista concedida a The Washington Post, Eduardo Guerrero Durán, comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), salió al paso de los comentarios del propio abogado de Guzmán Loera, quien sostiene que las condiciones en las que se encuentra recluido su cliente están por debajo de los estándares internacionales.
José Refugio Rodríguez asegura que El Chapo tiene problemas para dormir debido a que las luces de su celda se encuentran todo el tiempo encendidas y los guardias lo despiertan cada vez que se cubre el rostro.
Las condiciones en las que es detenido son muy drásticas. Es víctima de un tratamiento cruel e inhumano por debajo de los estándares establecidos por las Naciones Unidas. Eso es prácticamente tortura, dijo el abogado.
En tanto, Guerrero Durán señaló que durante los primeros 65 días de estancia de Guzmán Loera en la prisión de Ciudad Juárez, éste ha salido al patio 27 veces, para permanecer allí entre 45 y 75 minutos, dependiendo del clima. Nueve veces ha sido visitado por sus abogados y ha hablado por vía telefónica con sus familiares cuatro ocasiones; los ha visto en persona en 13 oportunidades.
Guzmán Loera ha tenido visita íntima dos veces, ve una hora de televisión al día y el personal médico le revisa la presión arterial a diario y no ha perdido un solo gramo de su peso. Ha visto la película El Juego Perfecto (sobre el triunfo de un equipo mexicano de Monterrey en la liga de béisbol de EEUU) y ha leído el libro El Final del Ave Fénix de Marta Querol (sobre dos familias españolas poco antes de la Guerra Civil de este país).
Esta persona no ha sido segregada ni torturada, ni se ha violado ninguno de sus derechos. Estamos asegurándonos de que cumplimos con la ley, agregó el comisionado.
Joaquín Archibaldo Guzmán Loera ha escapado en dos ocasiones de una cárcel federal mexicana de máxima seguridad. La primera vez fue en enero de 2001, de la prisión de Puerta Grande, en Jalisco. La segunda fue de El Altiplano en julio de 2015. Por ello queda claro que las autoridades buscan garantizar que El Chapo no vuelva a evadirse de una prisión mexicana mientras se resuelve su proceso de extradición, pues Estados Unidos lo reclama para llevarlo ante la justicia.
Las autoridades de EEUU esperan que se defina su extradición para determinar ante qué corte será llevado, según declaró el portavoz del Departamento de Justicia, Peter Carr.
El pasado 1 de junio, la exreina de belleza Emma Coronel Aispuro –esposa de Guzmán Loera– acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington para hablar sobre el caso de su marido.