Aumentó un 88% la migración infantil hacia EEUU
El calor del desierto, el ser vulnerables al secuestro, a una violación, al robo, a la prostitución o incluso hasta el perder su vida misma no han sido motivos suficientes para detenerlos. Son cada vez más los pequeños que se buscan el sueño americano. Así lo demuestra el último reporte de la Patrulla Fronteriza, que indica que durante los últimos meses ha aumentado un 88% la migración infantil hacia Estados Unidos.
El Informe detalla que las tres zonas que han presentado un mayor flujo de niños migrantes no acompañados son Río Grande, Big Bend, Del Río.
También muestran una diferencia comparativa de los casos. Mientras que en el 2013 se registraron 35,209, para lo que va del año 2014 ya se tienen casi el doble, 66,127.
De la mano, las detenciones no paran. En los ocho primeros meses del 2014, 66,127 fueron capturados por la Patrulla Fronteriza. Las cifras están actualizadas hasta el 31 de agosto, un mes antes de concluir el presente año fiscal.
La Patrulla Fronteriza informó que otros 66,142 adultos y niños, que viajaban como familia, fueron aprehendidos entre octubre y agosto pasado a lo largo de la frontera suroeste, un 412% de aumento respecto al año pasado.
Los sectores que presentan un mayor número de familias detenidas se encuentra en Río Grande y Del Río. Esto significa un aumento de 591 a 4,839 en el caso de Del Río y de 6,002 a 50,619 en el caso de Río Grande. Le siguen Yuma, El Paso y El Centro.
Funcionarios migratorios y legisladores federales habían advertido que hasta 90 mil menores de edad podían ser detenidos tras cruzar la frontera durante el 2014. Sin embargo, algunos pronósticos señalan que esto no se cumplirá ya que para alcanzar esa cifra, tendrían que ser detenidos unos 25 mil menores.
Y es que los pequeños también quieren ser parte de esa mejor vida. En muchos de los casos solo buscan, sin saber bien a lo que se enfrentan, estar cerca de sus familiares y amigos que ya están establecidos en Estados Unidos. Por eso se lanzan a esta desafiante aventura en la que enfrentan un camino lleno de peligros y abandono.
La mayoría de ellos, según el Informe, provienen de Honduras (17,975), Guatemala (16,528), El Salvador (15,800) y México (14,702).
Esta crisis preocupa a todos. Funcionarios del gobierno de Estados Unidos han calificado esta oleada de niños no acompañados como una emergencia humanitaria.
Aunque esta situación comenzó a ganar espacio en los medios de comunicación durante los últimos meses, no es nueva.
El presidente Obama ha hecho varios esfuerzos para disuadir a los más pequeños de migrar, advirtiendo que la última etapa de este peligroso viaje sería la deportación. Sin embargo, cientos de miles siguen llegando a diario a los estados del suroeste de la nación estadounidense.
Texas y Arizona han sido el epicentro de esta crisis. En las zonas, los centros de detención y las bases militares están saturados.
Se han hecho varios reportes sobre que los menores permanecen hacinados a la espera de que las autoridades les abran el proceso para devolverlos a su país.
Las pocas fotografías que han sido reveladas sobre las condiciones en las que los tienen, resultan escabrosas: muestran a decenas de ellos durmiendo en el suelo, sin las adecuadas medidas de limpieza y abarrotados.
Una reciente investigación federal, que incluye inspecciones sorpresa a estos lugares, no pudo fundamentar 16 acusaciones de diversos grupos defensores de derechos humanos sobre la deplorable situación en las que se tienen a los niños detenidos. En donde hay quejas hasta del clima de los hospicios.
Incluso personal de la Cruz Roja de EEUU confirmó que ha tenido que proporcionar a los responsables de las dependencias gubernamentales, algunas mantas y kits de higiene personal para los pequeños.
Pero hasta el momento para ellos parece no haber opción, al menos es lo que piensan. Cansados, temerosos y hambrientos es tan solo una manera rápida de describir cómo llegan los niños solos a Estados Unidos. Una situacion que ha generado grandes problemas de logística en el gobierno federal, en donde incluso han tenido que reajustar el gasto para hacerle frente.
